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dijous, 31 de gener del 2013

"Si quieres una vida feliz, átala a un objetivo y no a personas o cosas". Frases para cambiar vidas.


Autor: Albert Einstein 
Un matrimonio había salido de viaje. El esposo conducía enfebrecido y concentrado por completo en la carretera. Habían recorrido ya más de trescientos kilómetros sin descanso y en un tiempo casi récord, cuando, de repente, la esposa consultó la guía de carreteras y proclamó:
- "Nos hemos perdido".
- "¿Y qué?", replicó el marido. "¡Llevamos una media estupenda!".
Ese 'estupendo' promedio camino de ninguna parte, es el que muchos sostienen en la vida en un intento de llenar sus días de una vana sensación de plenitud. Deberían recordar que cuando uno no sabe adónde va, acaba en otra parte.
Vagar está bien, para un bucólico paseo o una errática tarde de compras, pero para casi todo lo demás hace falta una meta"En primer lugar, tener un ideal definido, claro y práctico; una meta, un objetivo. En segundo lugar, acopiar los medios necesarios para alcanzar los fines: sabiduría, dinero, materiales y métodos. En tercer lugar, ajustar todos los medios a ese exclusivo fin." (Aristóteles)
El establecimiento de objetivos es utilizado, por ejemplo, por deportistas de alto nivel. Ellos fijan metas que les aportan visión a largo plazo y motivación a corto plazo. Se centran en su preparación a través del entrenamiento y organizan su tiempo y sus recursos para poder sacar el máximo partido de sus habilidades en un momento determinado; quizá una competición olímpica o un campeonato del mundo.
Una meta nos predispone, nos enfoca y simplifica de tal manera, que reduce las opciones a tan solo una: específica, mensurable, alcanzable y realista. Es decir, si hubiera un primer consejo que pudiera darte sería este sin duda: mantén las cosas tan simples como puedas. No te marques demasiados objetivos, y a ser posible, solo de uno en uno. Así lograrás no disipar la energía.
Arriesgándonos a plantearnos nuestros propios objetivos y a luchar por ellos, adquirimos otros  aprendizajes: además de la consecución de nuestras metas, nos demostrarnos que somos capaces de alcanzar lo que queremos, lo cual mejorará nuestra autoestima y el rendimiento en las diferentes áreas de nuestras vidas. Lograr nuestras metas nos brinda sentido vital y satisfacción.
Haz una lista con todo cuanto te gustaría hacer y sin dejar nada fuera de ella (ya tendrás ocasión después). Se trata de poner por escrito tus proyectos, tus ideas, tus sueños y deseos, cualquiera de los propósitos que se te pasaron algún día por la mente y que has ido aplazando o manteniendo en el limbo de lo que te gustaría hacer, pero no haces. Escríbelos todos con una sola restricción: que se puedan hacer en un año. Si fuera algo que te llevará varios años, deberías plantear submetas parciales. 
Establece una jerarquía con todas tus intenciones y sitúa en primer lugar aquello que no sea lo más factible, o lo menos costoso o lo que convenza más a otros. Elige tu pasión. Aquello en lo que estás dispuesto a ir más allá, a gastar más esfuerzo, a emplear más tiempo y ganas. Aquello que, inequívocamente, sea lo que responderías a la pregunta de cuál es el sueño de tu vida. Todos los que han logrado grandes cosas han tenido un gran objetivo, han fijado su mirada en un objetivo, que era alto, uno que a veces parecía imposible.
¿Y si pasamos a la acción? ¿Qué se puede hacer este mes para lograr tu objetivo? No hace falta que establezcas un plan para más allá de este mes. Basta con que pienses qué pasos vas a dar en las próximas semanas. No importa el tamaño o la cantidad de los pasos, pero sí que mantengas en tu cabeza el plazo de un año para hacerlo. Algunos días podrás hacer varias cosas si quieres, pero no te sobrecargues o te cansaras. Lo que no hayas terminado el día anterior ha de ser, de forma obligada, lo primero el día siguiente.
En definitiva, simplemente una meta. Céntrate en un solo objetivo y conviértelo en un hábito. De tal manera que si quieres correr una maratón, crea el hábito de correr todos los días. Si deseas escribir una novela, crea el hábito de escribir cada mañana. 
Las metas ayudan a entender y a priorizar lo que queremos, pero lo más importante: las metas nos ayudan a entender lo que somos y lo que somos capaces de lograr.


Algunas excusas para no lograr tu objetivo, Vicky Muns.


“Es que no tengo tiempo”, “Es que no soy capaz”, "Es que no sé por dónde empezar”, “Es que no es el mejor momento”. Y podríamos seguir…
Todos usamos excusas en algún momento, encontramos razones que justifiquen el porqué no hemos hecho algo o lo hemos abandonado. La mayoría de los obstáculos que aparecen al querer lograr un objetivo son excusas que nos paralizan y que impiden que encontremos una solución al respecto.
Cuando no valoramos el resultado ni la importancia de nuestro objetivo, es entonces cuando no se tiende a planificarlo y surge la excusa de “no tengo tiempo”. Piensa que un día tiene 24 horas, ¿cómo planificas esas 24 horas? Quizás una buena planificación de todas tus actividades diarias te haga ahorrar tiempo o quizás aprender a decir “no” cuando se te pida algo que repercuta en tu tiempo y en tus prioridades.
Ante el “no soy capaz”, piensa que todos somos capaces de algo y todos podemos aprender a ser capaces. Lo importante es trazar un objetivo realista, incluyendo tus capacidades. Si sientes que no tienes recursos, aprende nuevas aptitudes, desarrolla las que ya tienes, infórmate y pregunta a personas que te puedan ayudar.
Cuando te digas “no sé por dónde empezar”, piensa como te comerías un elefante. Entero parece imposible pero ¿y si lo partes a trocitos? Si te has marcado un objetivo demasiado grande empieza por partirlo y dividirlo en trozos más pequeños y empieza por el que sea más importante para ti. Es importante que realices tu plan de acción con las diferentes pautas que te ayuden a empezar.
“No es el mejor momento para mí”. Pregúntate ¿cuándo será ese momento? ¿Qué condiciones se tienen que dar para que sea el mejor momento? Es importante considerar que si estás pasando por una situación que te pueda producir estrés lo importante entonces sea superar esa situación para luego seguir con tu objetivo. Tienes que tener muy claro cuándo vas a iniciar o proseguir con tu objetivo para no volver a utilizar que no es el momento adecuado como excusa.
La motivación juega un papel importante, verifica realmente tu motivación, si tu objetivo es importante para ti, si tienes un verdadero compromiso en alcanzarlo. Recuerda las 5 ideas para tus objetivos inteligentes:

1. El objetivo debe ser específico, concreto. No vale “quiero mantenerme en forma”, si vale “quiero salir a correr tres veces por semana durante una hora”.
  • ¿Qué quieres lograr exactamente?
  • ¿Dónde, cuándo y cómo alcanzaras tu objetivo?


2. Que sea medible cuantitativamente o cualitativamente. No vale “quiero tener más ingresos”, si vale “quiero ganar un 10% más de mis ingresos”.
  • ¿Cómo vas a medir tu objetivo? ¿Qué sistema utilizarás?
  • ¿cómo sabrás que vas por el buen camino?
  • ¿cómo sabrás que lo has conseguido?


3. Que el objetivo sea alcanzable, que se enmarque en tus posibilidades, que te sientas cómodo. No vale, “quiero adelgazar 10 kilos como sea”, si vale “quiero adelgazar 1 kilo por mes”.
  • ¿de qué habilidades dispones para conseguir el objetivo?
  • Si no las tienes, ¿qué habilidades necesitas desarrollar?
  • ¿cuál es tu plan de desarrollo personal o profesional?


4. Un objetivo realista, que lo puedas conseguir, que lo puedas cumplir, con los pies en el suelo. Valora los recursos, el tiempo y el entorno.
  • ¿está unido el objetivo con tus valores e intereses personales o profesionales?
  • ¿para qué quieres conseguir este objetivo?
  • ¿cómo afecta a tu entorno (familia, pareja, socios…) conseguir tu objetivo?


5. Pon tiempo límite a tu meta, establece el periodo de tiempo que necesitaras para completar tu objetivo, planéalo por etapas si es necesario.
  • ¿cuándo quieres que tu objetivo se haga realidad?
  • ¿qué día, mes y año?


Vicki Muns

http://www.vickimuns.com/

dimecres, 30 de gener del 2013

Reglas efectivas para resolver conflictos. Suite101.

Resolver los conflictos efectivamente ayuda a mejorar y aun fortalecer las relaciones entre las personas. He aquí algunas reglas para lograrlo.
Los conflictos siempre habrán de presentarse en las relaciones pues como seres humanos somos diferentes, con pensamientos, conductas y conceptos diferentes y sobre todo con una perspectiva distinta acerca de la vida, y tiene que ver mucho con el grado de acercamiento entre las personas.

Por qué surgen los conflictos?
Los conflictos surgen principalmente por tres razones específicas que son:
  • Por diferencias de interés,
  • Por diferencias de opinión, y
  • Por diferencias de personalidad.

Existen ciertas reglas o pasos importantes y determinantes que nos ayudan de manera eficiente a resolver los conflictos y que evitan deteriorar las relaciones humanas y tienen que ver con el diálogo. Alguien dijo alguna vez: "El diálogo genera paz interna y mejora la relación con los demás“. A veces es imposible evitar los conflictos pero siempre es posible salir avante de ellos, haciendo que en vez de dañar las relaciones, ayuden a fortalecer los lazos afectivos entre los protagonistas del mismo. A continuación daremos a conocer dichas reglas:

1. El primero y más importante paso es tomarse un tiempo prudencial para calmarse, pensar y analizar objetivamente los puntos del desacuerdo, antes de hablarlo y discutirlo. Albert Einstein decía: “No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”.

2. Hacer todo lo posible por mantener intacta la relación a pesar del asunto, manteniendo la calma y sobre todo la objetividad. Es necesario pensar siempre que la relación es más importante, por lo tanto debe imperar sobre el conflicto, sobre todo cuando se trata de relaciones de pareja, relaciones familiares o laborales.

3. Asumir la responsabilidad de cada uno, pues los conflictos son siempre generados entre dos o más, y la manera más sabia de resolverlos es asumiendo cada uno su parte. "La solución a todo conflicto es siempre cooperativa", dice con mucha propiedad el conflcitólogo Josep Redorta, esto es, que en la misma medida en que las partes hacen su aporte negativo al problema, deben también participar activamente en la resolución del mismo.

4. Ser asertivo y expresar claramente lo que se espera y desea en la resolución del conflicto, para lograr el mejor acuerdo.

5. Cuando se considera imposible lograr un acuerdo es importante en estos casos buscar un mediador que sea objetivo y tenga un buen poder de persuasión.

6. Finalmente viene la retribución. Después de haber asumido la responsabilidad y ambas partes reconocen su contribución como generadores del conflicto, viene entonces la retribución que consiste en hacer un compromiso de ambas partes para mejorar los comportamientos y hábitos en pro de incrementar el nivel de comunicación, para que la relación no se estanque ni se deteriore y siga su curso en progreso hasta hacerse más madura y fortalecida, sobre todo en las relaciones de pareja y familiares no solo para estrechar y mejorar las relaciones, sino además para enseñar a nuestros hijos a resolver conflictos, pero aplica igual para toda clase de relación.

Es obvio que los problemas y conflictos en las relaciones es mejor evitarlos, pero hay ocasiones que es imposible hacerlo, de tal manera que lo más sabio cuando nos vemos enfrentados a ellos, es superarlos y sacar de ellos el mejor partido.
Juliana Echeverri
http://suite101.net

dimarts, 29 de gener del 2013

¿QUÉ ES NECESARIO PARA SER FIEL?. Walter Riso.


Para ciertos enamorados (por lo general más mujeres que hombres)  mantenerse en los terrenos de la fidelidad es relativamente fácil, porque no se construye conceptualmente, sino que se siente. Cuando aman, la puerta se cierra automáticamente. Independiente de lo que piensen, el afecto los lleva de la mano a un bloqueo bioquímico-afectivo incompatible con cualquier nuevo invasor: “Si amo a alguien, nadie más puede entrar”. Como comer después de comer. No implica análisis racional, ética avanzada, moral trascendental ni nada por el estilo. Simplemente, el organismo no soporta la redundancia afectiva. No entran dos a la vez. En versión de Shakira: “Tontos, ciegos, sordomudos, testarudos...”, y demás,  pero plenos y felices.
Estos sujetos no requieren de las técnicas modernas de autocontrol, ni tratamientos psicológicos sofisticados. Tampoco necesitan atarse como hizo Ulises al mástil del barco para que las sirenas no lo tentaran con sus irresistibles y seductores cantos. El don de la rectitud interpersonal surge per se, como si el amor produjera su propia disciplina. Una inmunidad al engaño nace desde adentro y nada les mueve el piso. El deseo afectivo se concentra en un solo punto con tal fuerza, que lo sexual queda subordinado y a su sombra. Premiados por la naturaleza o por Dios, nada los perturbará. Para ellos no hay sucursales ni desvíos: están en lo que están. Pero insisto, aquí la honestidad afectiva (aunque pueda ser racionalizada) no es producto del discernimiento, sino de la más primitiva y limpia monogamia: “No me nace”.
Para otro tipo de enamorados (más hombres que mujeres), la honestidad requiere de nuevos ingredientes. Aquí la lealtad solo se logra a base de voluntad, esfuerzo y autodisciplina ascética tipo faquir. En este grupo, la persona leal no es insensible a los embates externos y a las tentaciones del diario vivir, sino que debe oponerse a ellos valientemente y por convicción.
En estos casos con el amor no basta. Pese a que se ame profunda y sinceramente a la pareja, el deseo ajeno sigue asechando peligrosamente y el impulso está vigente. Un descuido, la subestimación del intruso o la sobrevaloración de las propias fuerzas pueden ser suficiente para trastabillar. Y en las lides del amor, un tropezón, casi siempre es caída.
Para las personas que aún amando se sienten tentadas por otras ofertas afectivas, ser fiel es en un acto de voluntad, decisión y tenacidad sostenida. Para ellos la fidelidad no es ausencias de deseo (lealtad afectiva), sino autocontrol y evitación a tiempo (lealtad mental). Firmeza en los principios y/o balance costo beneficio: “No pondré en riesgo mi relación. No quiero y no se justifica”, “Lo que tengo vale la pena” o “No violaré mis normas de conducta”. Independiente del móvil que se argumente, la clave está en no bajar la guardia. Cuando una persona atractiva nos coquetea y  se acerca indiscretamente a los umbrales de nuestra vida, ojo. Si realmente quiero defender lo que he construido, debo mantenerla lejos. Cuanto más lejos mejor. Pero si subestimo su poder y la dejo traspasar los límites una vez, ya la cosa se pone difícil. Si no quiero caer en la droga es mejor no probarla. 
Para resumir, podríamos decir que para alejar los “malos espíritus” y el diablillo que nos empuja a delinquir, la mejor fórmula es constancia permanente y amor al por mayor. Lo demás llega solo. Es verdad que nadie está exento, pero también es cierto que algunos son más inmunes que otros.
La fidelidad es posible, si verdaderamente la practicamos como una forma de vida. Ser fiel no es cercenar las ganas o la atracción natural, sino poner a trabajar la corteza cerebral para mantener y defender la relación que hemos construido con amor. Es estar pendiente (alerta, vigilante) y cuidar, más allá de cualquier duda, aquello que vale la pena cultivarse.
Walter Riso

dilluns, 28 de gener del 2013

Cegados por la primera impresión. Jenny Moix.


Tendemos a encasillar a las personas al primer golpe de vista.
Sumar matices y no limitarnos a confirmar nuestras certezas preconcebidas es el mejor antídoto
Somos así. Una mirada y ¡zas!, ya hemos encasillado al personal. Los experimentos de John Bargh de la Universidad de Yale muestran que nuestro cerebro solo necesita dos décimas de segundo para formarse la primera impresión. Esa sensación no proviene de nuestro córtex. No surge de nuestra parte racional, sino de la amígdala, una estructura cerebral que da cuenta de nuestras emociones. No es una conclusión lógica y razonada, es más bien una sensación inconsciente que decanta nuestro corazón hacia un lado u otro.
Si programáramos a un robot para que clasificara a las personas, seguramente lo diseñaríamos para que recogiera el máximo de datos antes de extraer una conclusión. A nosotros nos programó la evolución, y no lo hizo así precisamente. Cuando nuestros antepasados se encontraban ante un extraño, su cerebro debía decidir lo más rápidamente posible si era peligroso o no, de ello dependía su supervivencia. Si sus neuronas hubieran dedicado mucho tiempo a recabar información, quizá la conclusión habría llegado demasiado tarde. Así que estamos cableados para llegar a un juicio rápido basado solo en algunos detalles. Si ante un desconocido, algo de su aspecto nos recuerda inconscientemente a alguien que nos perjudicó en un pasado, probablemente nos sentiremos amenazados. Puede que nuestra sensación sea atinada o puede que no. Quizá sea una simple peca la que nos genera esa impresión. Bromas que gasta la evolución.

“La intuición es poderosa; a menudo, sabia, y a veces, peligrosa” (David G. Myers)
Lo peligroso del tema no es solo que nuestra primera impresión puede estar totalmente equivocada, sino que es bastante determinante. Marca sobremanera las percepciones posteriores. Tanto, que apenas tomamos en cuenta si las informaciones siguientes apuntan en otra dirección.
Robert Lount de la Universidad de Ohio realizó un estudio mediante un videojuego de rol. El participante jugaba con otro que en realidad era el ordenador. El supuesto compañero (el ordenador) traicionaba a los participantes. A algunos, los traicionaba al principio; a otros, a la mitad, y a otros, al final. Los que se sentían engañados al principio no confiaban más en sus supuestos compañeros, cosa que no ocurría si eran traicionados a la mitad. Es más, cuando al final del juego se les preguntó qué impresión les había causado su compañero, si habían sido traicionados al principio, las impresiones eran mucho más negativas que si habían sido traicionados a la mitad o al final. Estos resultados apuntan hacia algo que ya sabíamos: si alguien nos engaña de entrada, difícilmente volveremos a confiar en esa persona; sin embargo, si lo hace cuando ya ha ganado nuestra confianza, quizá no la perderá. El orden es clave, lo primero determina.
“Tengo mucha psicología, cuando veo a alguien ya sé de qué pie calza, y siempre acierto”. Certezas aplastantes como esa se oyen a menudo. Existen dos fenómenos psicológicos que son los culpables de que a veces nos sintamos tan cargados de razón: la atención selectiva y la profecía autocumplida.
El mundo es un caos. Y los humanos nos sentimos muy desorientados en ese embrollo. Necesitamos ordenarlo. Así que tenemos una especie de casillero mental donde lo vamos clasificando todo. Una vez esa idea ya tiene su lugar en nuestro cerebro, nos gusta mucho ir apuntalándola. Nuestros ojos escudriñan la realidad solo buscando los datos que validan nuestras certezas, y pasan totalmente por alto las informaciones que las contradicen. Por eso, en parte, creemos tener tan buen ojo con la gente, sin darnos cuenta de que nuestro ojo tiene una parte ciega.

“Nunca tendrás una segunda oportunidad de causar una buena primera impresión” (Anónimo)
Pablo cree poseer un talento especial para detectar a los clientes que finalmente acabarán comprando algún mueble. Analicemos a Pablo. Entra un hombre trajeado en su tienda y rápidamente lo analiza, “este tiene pinta de que se va a dejar el dinero”. Con este pensamiento motivador en mente se dirige con la mejor de sus sonrisas al cliente y lo informa detenidamente sobre el producto. Y efectivamente, al final, el cliente compra. Ese mismo día entra otra señora. Por su aspecto, Pablo cree que no adquirirá nada. La clienta le pregunta por un secreter, y Pablo le contesta con desgana. La señora se marcha. ¿Realmente Pablo tiene una intuición especial o es su conducta la que determina el resultado final?
No podemos evitar seleccionar la información y es muy difícil no crearnos expectativas. Afortunadamente, si conocemos nuestras tendencias podemos ir suavizándolas. Sabemos que nuestras neuronas están programadas para darnos una impresión muy rápida del extraño que tenemos delante. Por suerte, hoy en día no tenemos tanta prisa como nuestros antepasados por emitir un juicio. Si, de entrada, nuestro corazón nos dice que se trata de una buena o mala persona, podemos intentar ser conscientes de esa sensación inconsciente y matizarla con más datos que vayamos recabando sobre la persona. No hay prisa.
La primera impresión, la surgida del inconsciente, no la hemos de desechar. Tenemos que escuchar los murmullos de nuestro inconsciente, pero matizarlos con los datos que nuestra conciencia, con más lentitud, vaya recopilando.

“Con seguridad, cuando trates de causarle buena impresión a alguien cometerás alguna estupidez” (Anónimo)
Nos gusta gustar. Y encima, a todo el mundo. Paradójicamente, ese deseo puede ser culpable a veces de que no caigamos bien. Lo primero sería extirparnos del cerebro esa ridícula idea de agradar a toda costa. Con el deseo de gustar, en una mano, y con la certeza del determinismo de la primera impresión, en la otra, no es fácil mantenerse tranquilo cuando vamos a conocer al alguien y podemos cometer muchos deslices, por ejemplo, en una entrevista de trabajo.
El error por excelencia es “la actuación”. Cuando actuamos puede haber una especie de disociación entre lo que decimos y lo que comunicamos por vía no verbal. Nuestros gestos y nuestras palabras no bailan armoniosamente. Y esa incongruencia es algo que no pasa desapercibido al inconsciente de nuestro interlocutor. Ser nosotros mismos, la autenticidad, es lo mejor para causar una buena primera impresión.
Sin embargo, lo de ser auténticos es un consejo que nos suena fatal si no nos gustamos. La raíz de la primera impresión que causamos a los demás se encuentra en la impresión que tenemos de nosotros mismos. Dejar de preocuparnos tanto por la imagen que proyectamos y ocuparnos más de cómo estamos con nosotros mismos puede ser un sabio camino.

ACERTAR O NO ACERTAR
PELÍCULAS
La cinematografía nos muestra cómo la primera impresión algunas veces es atinada, y otras, no.
‘A primera vista’, de Irwin Winkler.
‘Los puentes de Madison’, de Clint Eastwood.
‘Nueve reinas’, de Fabian Bielinsky.
‘Orgullo y prejuicio’, de Joe Wright.
‘Adivina quién viene a cenar esta noche’, de Stanley Kramer.


diumenge, 27 de gener del 2013

“Antes de huir arriésgate a conocer bien a tu pareja”. Martha Saez..

Todas las personas al entrar en una relación quisieran que se cumpliera la frase “Y vivieron por siempre felices”. En la realidad las cosas no son tan sencillas como en los cuentos de hadas, y es por eso que cada vez más relaciones de pareja se separan ante el temor de experimentar el dolor y los obstáculos que a cada uno se le presentan para ser resueltos, y no sólo para salir corriendo.
Hay un sinfín de excusas ante las rupturas como “No era la persona adecuada”, “Necesito más tiempo”, “No estoy preparado”, “Cuando termine carrera, trabajo, maestría, etc.”. Lo que no se contempla y no se nos enseña al iniciar una relación de pareja, es que la relación deberá pasar por diferentes etapas, las cuales no necesariamente serán todas agradables ya que se tendrán que enfrentar miedos, dudas e incertidumbres para poder consolidar una relación de amor estable y apasionada. La verdadera pasión no se busca, se genera y es espontánea. El verdadero amor se muestra como una vida compartida, con incrementos y disminuciones, altas y bajas. Se necesita superar cada una de las dudas, miedos e incertidumbres y esto sólo se logra entendiendo las diferentes etapas:

PRIMERA: SE DESCUBRE A LA PAREJA ESPERADA
Al inicio de la relación, además de la sensación de “Mariposas en el estómago”, se presenta el tan escuchado comentario “El amor es ciego”. Aquí se piensa que se ha encontrado “Un tesoro” de un valor incalculable en la otra persona, y que éste se ha esperado por mucho tiempo, que tiene un valor que nadie puede reemplazar para la relación. Se idealiza la relación y se piensa que esta sí será la verdadera y la única.
Las personas creen que ya no tendrán que trabajar más, sin pensar o cuestionar qué es lo que tiene que hacer para que la relación continúe y se fortalezca. Los muy jóvenes no saben qué es lo que buscan, los hambrientos buscan sustento y los heridos buscan consuelo de sus anteriores pérdidas. Ingenuamente se piensa que ya se logró lo que se buscaba y que no se tendrá que hacer nada más.

SEGUNDA: DUDAS, TEMORES, Y PREGUNTAS NO RESUELTAS
Cuando la pareja pasa más tiempo junta y sus integrantes empiezan a conocerse muchas veces aparecen dudas, miedos y preguntas como. ¿Será la persona adecuada?. ¿Habrá alguien mejor esperando por mí?. Y además el miedo a ser transformado y perder la libertad. Miedo al abandono, a la fusión o al rechazo, es decir, aparece el “Temor a la intimidad o al compromiso”. Es una etapa donde los pensamientos están confundidos, el corazón late con fuerza no porque se ama y se es amado, sino de puro miedo.

TERCERA: ACLARAR EL PANORAMA
Pocas parejas logran sobrevivir hasta esta etapa. La mayoría ya ha tomado la decisión de romper, esperar y buscar otra opción. Es aquí cuando a través del amor y la compasión la pareja empieza a aclarar sus verdaderas intenciones, a ver la realidad y a demostrar fortaleza mientras espera a ver qué pasa. El cuento de “La Bella y la Bestia” ejemplifica este momento de la relación, donde se sabe que detrás de lo feo se encontrará la verdad. Comprender a la otra persona y enfrentar los propios miedos son las características de esta etapa, y se puede lograr entender que después de la pasión viene otra forma de amar con calma y tranquilidad. Se entiende y acepta que no hay que sufrir porque ya ha pasado esa pasión desbordada donde se sentía que no se podía vivir sin el otro, y se vive una pasión de una manera más segura y enriquecida.

CUARTA: LA CONFIANZA
Hay momentos en la vida donde las personas necesitan dejarse llevar por el amor, ser valientes y enfrentar lo que se tenga que enfrentar. Dicen que lo que buscamos también nos busca a nosotros y que si nos quedamos quietos, nos encontrará. Debemos aprender que se tiene la capacidad de curar cualquier daño que se haga en la relación y confiar en que se tiene la capacidad de sanar las heridas que se sufran por amar.
Aprender que todas las cosas tienen un significado más profundo, aún los acontecimientos desagradables, y que dichas heridas se pueden utilizar como energía vital. Se utilizan todos los recursos y se confía en que se podrá superar las antiguas heridas de amor, así como cualquier evento del pasado que pueda interferir en la relación.

QUINTA: PLANEAR SUEÑOS PARA EL FUTURO
Cuando se es capaz de compartir las penas, desilusiones y temores del pasado, y existe la capacidad de comprensión y compasión de la pareja, se empiezan a sanar y aliviar las tristezas pasadas y a vislumbrar en un futuro lo que serán los sueños donde se construirá una relación que ha superado obstáculos, y ha entendido lo pasado como un proceso de crecimiento. Se ha podido brincar del enamoramiento al verdadero amor, donde se llega a acuerdos y se elaboran planes para el futuro.

SEXTA: EL USO DEL CORAZÓN
Aquí es cuando realmente se utiliza el corazón y se fusiona el cuerpo y el alma.
Ya se ha comprendido que la relación pasará por altibajos, se ha dejado de idealizar el amor como un cuento de hadas, y cada uno de los que integran la pareja se ha comprometido con lo agradable y desagradable del otro, aceptándolo como un ser humano y no como un dios que podrá satisfacer todas sus necesidades. Se ha aceptado y valorizado que la relación perdurable implica trabajo y aceptación de las diferentes etapas, y se ha decidido quedarse con la persona que se ha elegido. Lo anterior es un proceso que ayuda a entender que una buena relación pasa por etapas, no todas tan buenas, pero que siempre se llega a una meta que es el atreverse a sentir el amor como una decisión de compartir la vida con la persona elegida, vivir el amor y entregar el corazón.

Para reflexionar:
  • Si cada vez que terminas con tu pareja y la culpas, ¿Será realmente la responsabilidad de la otra persona?
  • Si en tus planes no consideras tener pareja, ¿Te has preguntado por qué?
  • Si has tenido infinidad de rompimientos, ¿Le tendrás miedo al compromiso?
  • Si piensas que siempre encuentras a las personas equivocadas para ti, te has preguntado ¿Realmente son ellas las que están mal?
Lic. Martha Sáenz

http://www.marthasaenz.com

¿DONDE ESTAS?. Cortometraje.


DONDE ESTÁS
Quim Badenes Torrens
Después de mucho tiempo, Alex está hoy de paso por la ciudad. Contacta con Sara via chat. Tienen muchisimas ganas de verse... pero no podrán. Porque no están donde están.

Actores: Joel Duran, Nadina Campas
Guión: Quim Badenes


dissabte, 26 de gener del 2013

La inspiradora historia de Ben Carson. Autoayuda, Desarrollo y Superación personal


Esta es la historia de un niño de color llamado Ben Carson. Cuando era pequeñito, su hermano, su madre y él fueron abandonados por su padre. Eran gente muy pobre que vivían en un barrio muy peligroso y violento de Detroit.
Este niño era considerado el estúpido de la clase. Imaginaros lo que significa que alguien, cuando te mira, te vea como un estúpido. Al final, Ben cargaba con una etiqueta que acabó creyéndosela. Tenía tanta tensión, tristeza y rabia que en un momento de desesperanza cogió un cuchillo y se lo intentó clavar a un amigo suyo con la fortuna que se le partió la hoja al chocar contra la hebilla del cinturón.
En aquel momento, el joven Ben, experimentó una crisis emocional y se dio cuenta de que tenía que hacer algo diferente, que así no podía seguir su vida… pero no sabía qué hacer.
Un niño norteamericano pasa una media de 7,5 horas al día viendo la televisión. Ben no era una excepción en aquella época. Sin embargo, un día su madre le dijo que había tenido una revelación durante un sueño y que lo que ellos tenían que hacer, tanto su hermano como Ben, era leer. Ellos no leían prácticamente nada.
Como no tenían dinero para comprarse libros, iban a la Biblioteca Pública de Detroit.
Ben empezó a interesarse por la naturaleza: por los minerales, los vegetales y por los animales.
Un buen día, el profesor de ciencias llegó a la clase con una roca de color negro. Una roca extraña. Seguidamente dijo a la clase:
-      “¿Qué es?”
Ben inmediatamente supo que esa roca era oxidiana. Sin embargo, Ben era considerado el tonto de la clase… para qué iba a hablar. Esperó a que hablaran los más inteligentes, los que sabían más, los que tenían más conocimiento… pero esos chicos estaban callados. Entonces esperó que hablaran los otros, los que eran un poquito menos inteligentes… pero tampoco dijeron nada. Al final, tímidamente levantó la mano.
Al levantar la mano, el resto de sus compañeros le miraron sorprendidos como diciendo:
- “Jejeje… pero Ben… pero ¿cómo te atreves?”
El profesor podría haber dicho:
- “Venga Ben, tu esto no lo sabes”
y haber guardado la roca. Pero el profesor le miró a Ben y le dijo:
- Ben, ¿tu sabes qué es esto?
- Sí, yo lo sé- respondió tímidamente Ben.
- ¿Qué es?- inquirió el profesor.
- Es oxidiana- respondió Ben.
- Sí, es oxidiana.
En ese momento Ben observó cómo la cara de sus compañeros cambiaba. El profesor podría haber dicho:
- “Sí Ben, oxidiana, muy bien, has acertado.”
Sin embargo dijo:
- Ben, ¿tu sabes algo más de la oxiadiana?
Vaya que si sabía Ben de la oxiadiana. Empezó a hablar de la oxidiana con todo detalle. Todos estaban perplejos.
Este niño que era el tonto de la clase, que tenía una crianza muy dura en la pobreza y en la dificultad… este niño experimentó un cambio muy profundo. Tan profundo fue el cambio que quedó el número 1 de la clase, el número 1 del colegio, el número 1 de todas las escuelas de Detroit, fue becado por la Universidad de Yale y es el mejor neurocirujano infantil del mundo: el doctor Ben Carson, jefe de neurocirugía infantil del Johns Hopkins en Baltimore, Maryland.
Ben Carson, una persona aparentemente condenada al fracaso por sus circunstancias social y demográficamente tan adversas, se convirtió en el mejor neurocirujano infantil del mundo, la persona que más experiencia tiene en craniopagus, siameses unidos por el cráneo. Hablamos de operaciones de 100 horas.
Ben Carson es un ejemplo de cómo alguien puede deshacerse de las etiquetas impuestas por los demás y que nos las acabamos creyendo.
Extraído de una conferencia de Mario Alonso Puig.



"La meditación nos lleva a vivir sin expectativas". Vicenç Alujas.


Vicenç Alujas (Barcelona, 1962) está convencido de que el cambio que esperamos en el mundo “está en nosotros mismos”. Por tal de alcanzar este propósito compagina la coordinación del único hospital psiquiátrico penitenciario de España, el de Brians, con la meditación y el coaching. Alujas es sociólogo y ha cursado estudios de psicología, Desarrollo Personal y Liderazgo, meditación y mindfulness. También es creador y divulgador de un nuevo método para liberar la mente, práctica que explica en el libro Meditación inmediata (Angle Editorial). “Para que el cambio se produzca tenemos que tener la mente calmada”, asegura.

- ¿Qué resquebraja nuestra paz interior?
- El día a día y el hecho de que nos da miedo conocernos a nosotros mismos: estar parados, en silencio y calmados nos produce terror. También nos quita mucha energía y ataca el sistema inmunitario lo que llamamos mente errante o mente de mono, aquella situación en que los pensamientos se van por las ramas, saltan de un sitio a otro y pensamos cincuenta mil cosas a la vez.

- ¿Qué provoca la mente errante?
- La falta de conciencia. 

- Entonces, se trata de conseguir llegar al estado de presencia…
- Que es lo que culmina la meditación, que se consigue con conciencia plena, dándonos cuenta en cada momento del aquí y del ahora.

- ¿Cuando no nos damos cuenta de lo que hacemos somos infelices?
- Correcto. La felicidad está vinculada a las emociones positivas y negativas; muchas veces donde está la felicidad, está la infelicidad, pero yo aconsejo el estado medio, el de equilibrio, el de bienestar. La meditación nos lleva a vivir sin expectativas ni ambiciones, que no conducen absolutamente a nada. Hay que vivir el día a día, el segundo a segundo, el aquí y el ahora.

- Pero, ¿por qué nos empecinamos a menudo en ponernos metas que nos superan?
- Por nuestro ego, un mecanismo de supervivencia emocional que nos impone objetivos que no son lógicos ni están dentro de un contexto real, mientras que la meditación nos ayuda a ser nosotros mismos. Simplemente, podría decirse que necesitamos un cambio de enfoque, del exterior al interior.

- ¿Qué le llevó a meditar?
- Me di cuenta de que había otra manera de vivir mucho más calmada y consciente y que podía conseguirlo a través de la meditación. Al principio, no meditaba asiduamente porque erróneamente lo vinculaba a religiones y sectas, pero cuando me di cuenta de que en el yoga, que yo también practico, se hacía meditación, me fui involucrando cada vez más.

- Uno de los principales inconvenientes de la meditación a menudo es la falta de tiempo, ¿qué es lo que propone para solucionarlo?
- Un monje budista muy importante del siglo XX dijo: “Quien no tiene tiempo para meditar, no tiene tiempo para respirar”. La meditación está muy relacionada con la respiración y el estado vital, existe desde hace 2.500 años, pero como todo en la vida, va evolucionando. La meditación inmediata, que no quiere decir rápida, sino aquí y ahora, aprovecha cualquier circunstancia para practicar.

- ¿En qué la diferencia de otro tipo de meditación?
- En la sencillez, que es muy fácil y práctica. Quiero demostrar a todo el mundo que le interese que no hace falta hacer movimientos extravagantes, ir a monasterios o a la India y al Nepal para meditar. 

- ¿En qué partes se divide?
- Parar (1 minuto), aceptar (5 minutos), discernir (10 minutos) y soltar –la liberación plena- (20 minutos).

- ¿Cualquier lugar es bueno para hacerlo?
- Sí, podemos meditar en un parque, en un coche, mientras esperamos a alguien o estamos atrapados en una retención de tráfico, también se puede hacer mientras andamos o corremos  dándonos cuenta de las sensaciones al pisar el suelo, de cómo nos da el aire en la cara, de cómo respiramos... De esta manera podremos llegar a hacer muchos kilómetros, incluso, un maratón, yo lo he conseguido.

- ¿Cuál es el sitio más raro donde ha meditado?
- Lavándome las manos, en la ducha, en el metro, en el autobús y en un avión, donde hice una meditación muy bonita: puse el asiento en posición vertical, los pies en el suelo, me centré en la ubicación –el asiento-, después en el trozo de avión, después en todo el avión y cuando fui ampliando me di cuenta de que estaba en el cielo, fui haciendo ondas y parecía que estaba mediando en el universo.

- ¿Pasó desapercibido para los demás pasajeros?
- Ahí está uno de las grandes ventajas de la meditación inmediata, que puedes hacerla sin que nadie se de cuenta. La gente se piensa que estás adormecido, pero eres plenamente consciente de lo que estás haciendo.
- ¿En qué nos beneficia la meditación?
- En todo: nos conoceremos a nosotros mismos, conseguiremos más paz, seguridad, salud, el espacio interior que necesitamos, calma, ser lo que realmente somos.

- ¿Lo pone en práctica en su trabajo?
- Sí, aconsejo a la gente que cada hora o cada dos horas mire de parar un minuto. Creo que es vital, clave, hace que la jornada laboral sea diferente de lo que era antes.

- ¿También lo aconseja a los presos a los que trata?
- No, trabajo con enfermos mentales y según para qué tipo de psicopatía –psicóticos y trastornos de la personalidad- no es aconsejable; para los neuróticos –es el que tiene la desgracia o el defecto de complicarse la vida-, sí.

- Explíquese.
- Hay mucha gente que tropieza varias veces con la misma piedra: necesitan calmar la mente, sentarse y tener conciencia de ella misma. La meditación inmediata es el mejor remedio para acabar con esa neurosis. Automáticamente minimizas los problemas exteriores. La clave es aceptarlos; las cosas son como son.

- Puede parecer una actitud conformista…
- Quiere decir simplemente aceptar, no resignarse. Si tengo un trabajo que no me gusta, lo acepto, pero no me resigno a no encontrar uno mejor. Aceptar es clave, hay que olvidarse del yo, que existe porque existen los demás.

- ¿De esta forma el sufrimiento se amortigua?
- Hay que saber diferenciar dolor y sufrimiento. Por ejemplo, si te pego un martillazo en la mano te producirá dolor, pero si de aquí a tres meses piensas todavía en ello, eso es sufrimiento. El dolor no tiene remedio, hay que pasarlo; el sufrimiento es opcional y hay que evitarlo.

- ¿La meditación puede convertirse en una adicción?
- No. Hay varias falacias sobre la meditación y una es esta. La adicción es el grado máximo de la costumbre malentendida –como pueden ser el tabaco, el alcohol o el gimnasio-. Simplemente, la meditación calma la mente; una vez que está calmada, no te pide más, es un estado de petición por parte de una causa externa a tu yo interno.