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divendres, 31 de maig del 2013

"Somos invitados en este planeta y en nuestro cuerpo". Prashant Kakode. La Contra de La Vanguardia.

Prashant Kakode. Fundador del Centro para la Salud Integral.
Tengo 58 años. Nací en Goa (India) y vivo en Cambridge. Soltero, sin hijos. Licenciado en Medicina y Cirugía. Los políticos deberían pensar más en el largo plazo y no en las próximas elecciones. Todos los humanos tenemos una personalidad noble y un potencial muy valioso

EL MENSAJERO
Hijo y nieto de médicos, la convicción de que so­mos algo más que cuer­po y cerebro le llevó a crear el Centro para la Salud Integral de Cam­bridge, que utiliza la me­dicina holística para cu­ra, y se centra en la educación para la salud. "Hay un mensaje en la enfermedad". Coordina la Red Científica y Médi­ca, un foro interdiscipli­nario, líder a nivel inter­nacional, de personas comprometidas en la creación de una nueva visión del mundo más allá del materialismo, para el siglo XXI. Reco­rre el mundo dando con­ferencias a colegas y es­tudiantes sobre medici­na espiritual. Sobre ella ha hablado en la sede de Barcelona de la Universi­dad Espiritual Mundial Brahma Knmaris.

En la actualidad los seres hu­manos no están experimen­tando su propia grandeza. ¿Por qué?
Las ataduras. Si alguien es muy fuerte pero está atado o agarrado a algo, no puede utilizar su muscu­latura. Lo mismo ocurre con el talento.

Es extremo lo que dice.
La situación es extrema precisamente por­que estamos autolimitados. Hay que enten­der la vida de otra manera.

¿Cómo?
Somos invitados en este planeta. Si empiezo a poseer, cosas o personas, creo dependen­cias. Si disfruto las cosas sin poseerlas y no me preocupa perderlas, soy libre emocional­mente, y eso crea paz interna.

Según usted, las enfermedades son mensajes.
Si se sienta en esa postura errónea, acabará con dolor; si lo soluciona con calmantes, ten­drá un problema mayor. También una for­ma de pensar puede sentarnos muy mal.

¿Cómo llegó a la medicina holística?
Era cirujano de un gran hospital en Man­chester, allí tratábamos cuerpos, no perso­nas. Para el sistema médico imperante la conciencia es algo demasiado sutil e invisi­ble, así que la ignora.

Usted decidió contar con ella.
Todos percibimos un yo interior más allá del cuerpo y de la mente, capaz de observar­la. Un yo que utiliza el cuerpo y el cerebro pero que no es el cerebro. Me fijé en ello e investigué como tantos científicos y médi­cos en busca de nuevos paradigmas para ex­plicar tantos fenómenos que la ciencia no puede explicar.

¿Qué investigaciones son para usted clarificadoras?
Un médico griego, George Vithoulkas, invir­tió más de veinte años en investigar cómo reaparecía la enfermedad en otra parte del cuerpo a muchas personas tratadas con an­terioridad.

La enfermedad emigra?
Sí. La tesis es que empujamos las enferme­dades hacia otro sistema del cuerpo. En mis observaciones coincido con el doctor Vi­thoulkas; por tanto, hay que tratar el proble­ma que está más allá del síntoma­

¿Cual es su experiencia?
En el centro curamos a muchas personas cambiando su estilo de vida. La dieta, por ejemplo, es básica, y la mayoría come de manera errónea y tiene actitudes nocivas.

¿Cuáles son las actitudes equivocadas?
Somos excesivamente dependientes de los sentidos. Si eres libre, hay armonía y dis­frute; si eres dependiente, hay preocupa­ción, y siempre habrá un motivo. Si estamos ocupados por el dolor, la ira, el mal humor o la preocupación, no podemos experimentar la emoción en su vertiente positiva.

¿Sus consejos fundamentales?
La primera parte de la comida que ingeri­mos mantiene el cuerpo vivo; la segunda mi­tad mantiene al médico vivo, y si seguimos comiendo, mantenemos al dentista.

Hay que comer menos, entiendo.
Tenemos que dejar de comer cuando aún tenemos hambre. Si comemos hasta saciar­nos, estropeamos nuestro cuerpo.

¿Y para mantener a ese yo interior con­tentito?
Ser un observador de uno mismo, un invita­do en este cuerpo y de este mundo cambian­te es un buen punto de partida. Desde esa distancia van surgiendo respuestas.

Pero lo importante son las preguntas.
Hay otra fórmula muy sencilla que aplica­mos en nuestro centro: pedimos a nuestros pacientes que cuiden de otros pacientes. Pa­sar del "ayúdenme" a ayudar a otros, colo­carse en posición de dar resulta muy saluda­ble y tiene mucho poder.

Del omblignismo a un buen deseo.
Si como sociedad más personas dedicaran un poco de tiempo a otros menos afortuna­do, estaríamos mucho más sanos, porque es­te tipo de acción tiene la fuerza de crear au­torrespeto. Hay que cambiar el patrón de la enfermedad, el insano "yo soy una víctima".

Entiendo.
Cuando mi abuelo era médico no había anti­bióticos. Médicos y enfermeras estaban muy expuestos a las epidemias, pero él insistía en que sus colaboradores no enfermaban, de­cía que el espíritu de servir era su protec­ción, y creo que ese es un gran secreto.

¿Algún otro hábito saludable?
Cinco minutos de meditación al día hace nuestra vida mucho más fácil. Experimente­mos la verdad de que somos invitados en nuestra vida, que no poseemos nada y que por tanto no hemos perdido nada en este planeta. Eso da ligereza. Estamos tan ocupa­dos quejándonos, que no somos capaces de ver otras posibles respuestas, nada como la distancia: vivir fuera de la caja.

Todos somos Dr. Jekyll y Mr. Hyde.
Sí, todos tenemos un lado bueno y otro egoísta y manipulador. Los demás puede que traten con Mr. Hyde unos minutos, pe­ro cada uno ha de tratar con él las veinticua­tro horas, y eso ataca el sistema corporal.

Pero forma parte de nosotros.

Debilitemos a Hyde, es la confusión la que nos vuelve egoístas. Un poco de claridad nos ayuda a hallar el siguiente interruptor.


dijous, 30 de maig del 2013

"Desaprovechamos el talento de los introvertidos". Susan Cain. La Vanguardia.


Susan Cain sostiene que desembocó en la abogacía de las grandes empresas teniendo que forzar su naturaleza para triunfar, pero que nació para el estudio de la personalidad. Lo demuestra el que se formara de manera autodidacta en psicología, que dedicara siete años a escribir El poder de los introvertidos en un mundo incapaz de callarse (RBA) y que sospeche que va a invertir el resto de su vida en seguir explorando su especialidad.
La posición de desventaja de los introvertidos respecto a los extrovertidos en la sociedad le parece equivalente a la de la mujer frente al hombre en los años 50. “Entonces se entendió que debía producirse un verdadero cambio cultural, que la sociedad en su conjunto estaría mejor si se igualaban las condiciones de ambos sexos. El paralelismo con la discriminación actual en el ámbito de la personalidad es evidente”, señala.
Cain ofrece una media de 50 conferencias al año por Estados Unidos y Europa con el propósito de ayudar a la gente a superar la culpabilidad que siente por necesitar más soledad y por no sentirse tan a gusto socializando como sus allegados, así como para enfrentarse a la timidez y al miedo escénico. “Muchas personas –dice– sufren un agudo dolor psíquico por ello. No sólo eso, diseñamos nuestras escuelas y lugares de trabajo pensado sólo en los extrovertidos y desaprovechamos fatalmente el talento de los introvertidos”.
La escritora estadounidense, de 45 años, recibió al Magazine en una casa de campo de 1882 circundada por magnolios y ubicada en las afueras de una apacible localidad a orillas del río Hudson, a tres cuartos de hora en tren de Manhattan.
¿Dice que estaba destinada a escribir este libro?
De muy pequeña ya capté la necesidad de aprender a ser alguien que en verdad no era. Después me hice abogada con despacho en Wall Street y al empezar me convencí de que debería ser enérgica y desafiante pero, al mirar a mi alrededor, me di cuenta de que muchos de mis colegas más capacitados no eran así en absoluto, sino callados y reservados, y que era precisamente eso lo que les permitía destacar tanto.

¿Qué le sorprendió al profundizar en la cuestión?
Dividimos a la gente por género, raza, edad, nivel económico… todas ellas categorías significativas, pero la introversión/extroversión lo es tanto o más. Pese a ello, se la ha arrinconado. Por ejemplo, no se la suele citar al hablar de la identidad.

¿Cuáles son los errores y los malentendidos más comunes cuando se describe a los introvertidos?
Cuando menciono la palabra “introvertido”, la mayoría asume que me refiero a alguien sin ninguna competencia social, cuando lo cierto es que están por todos lados, ya que conforman entre un tercio y la mitad de la población mundial. Además, hay multitud de personas introvertidas que jamás dirías que lo son, ya que no actúan según sus parámetros, con frecuencia por temor a lo que pensarán sus jefes. Otra equivocación es creer que los introvertidos no pueden ser excelentes líderes cuando, de hecho, una generosa porción de aquellos que encabezaron los movimientos por los derechos civiles lo eran.

¿Las redes sociales podrían llegar a redefinir algunas de las teorías que sostiene en su libro, por ejemplo, haciendo que los introvertidos se sientan menos marginados y que los extrovertidos presten más atención al resto?
En general, las redes sociales son una herramienta útil para los introvertidos, una suerte de plataforma cómoda al facilitarles el conectar con muchas personas sin salir de casa o de la oficina. Al mismo tiempo, generan una gran ansiedad, en especial entre los jóvenes, porque se basan en un juego de representación cara al exterior. Te fuerzan a componer una visión extrovertida con la que no todos pueden sentirse cómodos. También para los adultos existe una presión que les empuja a que tuiteen, cuelguen contenidos en Facebook… lo que puede antojarse intrusivo para los que deseen llevar una existencia más privada.

¿Cómo deberían organizarse las aulas y las oficinas para garantizar el óptimo rendimiento de todo tipo de personalidades?
Actualmente ha arraigado la idea de “formar equipo”, por lo que tanto en unas como en otras se tiende a distribuir a las personas en grupos de colaboración. Por el contrario, lo más inteligente sería garantizar el desarrollo de las actividades en solitario. Los espacios diáfanos y abiertos en los lugares de trabajo son un error, inhiben y desconcentran a los introvertidos. Por otro lado, muchos profesores tienden a pensar que algo malo ocurre con los alumnos callados y tímidos, de lo que se deriva que necesitan ser tratados de manera diferente. Lo cierto es que, sin dejar de procurar obviamente que se relacionen con sus compañeros, se les debería respetar tal cual son y no forzar su sociabilidad.

¿Por qué no se aplican con mayor eficiencia estos conocimientos?
La empatía y la colaboración son importantes, pero no sabemos exactamente qué queremos decir con ello. Asumimos que el niño gregario es también sociable, lo que no es necesariamente cierto. El gregario es alguien que requiere muchos estímulos, por lo que se siente atraído por los grupos numerosos, a los que acude en busca de acción, no porque sea empático por naturaleza. El tímido y vergonzoso es el que sufre al ser visto como el antisocial cuando puede ser afectuoso, participativo y tener un gran corazón.
¿Nacer hombre o mujer puede resultar determinante para ser introvertido o extrovertido?
De acuerdo con los estudios, no tiene la menor incidencia, está repartido en un 50%/50%. Sí es verdad que hombres y mujeres no experimentan su introversión de la misma manera dadas las expectativas que activan los estereotipos culturales. Para ellos, la dificultad es que se espera que sean dominantes, algo con lo que los introvertidos no podrían sentirse más incómodos. Con las mujeres, al presuponerse que son dulces y cálidas, se confía en que actúen con cordialidad y que hagan que todos se sientan bien, el síndrome de la azafata, vaya.

¿Hasta qué extremos la obsesión de la televisión con la fama y de la publicidad con hacerse notar conspiran contra los introvertidos?
Esas dos fuentes tienen su responsabilidad, pero la madre de la bestia es la cultura de los negocios. Todo este asunto empieza con nuestra fijación con hacer dinero a toda costa y vendernos a nosotros mismos, que es el terreno natural del extrovertido. Nuestra cultura valora menos las cualidades interiores al no estar ligadas con el enriquecimiento. A principios del siglo XX, momento en que los grandes negocios y el cine entraron en escena, el carácter (recursos interiores) como valor supremo que definía al individuo se vio barrido por la personalidad (recursos exteriores). Hacer de los glamurosos actores de Hollywood y de los triunfadores en los negocios los emblemas de la sociedad la transformó por completo.

¿Qué opinión le merece la autoayuda, toda una industria en Estados Unidos?
Una parte generaliza de forma alarmante, al menos en algunos de los multitudinarios seminarios a los que he acudido, donde se te garantizaba una profunda transformación en una semana. Los que alcanzan la cúspide de la enseñanza de la autoayuda son personalidades arrolladoras –lo que es de perogrullo, cómo si no ibas a conseguir reunir y estimular a 3.000 personas en un curso que dura una semana–, y el malentendido es creer que si sigues su plan de diez pasos, tú también vas a serlo, por mucho que tu naturaleza quiera salir corriendo. Pero también hay caminos más tranquilos y honestos en los que buscar una mejora personal, como el yoga.

¿La crisis económica traerá cambios sustanciales en la cultura del lucro desmedido, que se asocia a las personalidades extrovertidas, y se valorará mejor las aptitudes que pueden aportar los introvertidos?
Imposible saberlo, aunque la entronización del león está tan arraigada, que seguramente se necesitará más de una crisis para que algo cambie de verdad. Pero querría aclarar algo: los extrovertidos tienden a poseer cualidades como carpe diem, ves a por ello, que no te paralicen los riesgos… que pueden ser muy positivas y que explican que los valoremos tanto. El problema surge cuando no atendemos en igual medida las cualidades de los introvertidos, los que dicen “bueno, un momento, vamos a mirar todos los ángulos, tomémonos nuestro tiempo, no nos precipitemos…”. Necesitamos desesperadamente ambos modelos, no es que uno sea mejor que otro, es que uno ha sido sobreestimado en detrimento del otro.

En su libro concluye que hay una especie de “equilibrio global” entre unos y otros.
Son como el yin y el yang, su funcionamiento simultáneo es imprescindible, por eso regreso una y otra vez a la analogía con lo masculino y lo femenino. La humanidad parece diseñada para acoger por igual a los introvertidos y los extrovertidos. Basta con observar cualquier especie animal, hay peces y monos de uno y otro tipo, ¡incluso entre las moscas de la fruta! Ambos desarrollan estrategias de supervivencia diferentes que, dependiendo del entorno, son más o menos efectivas.

¿Cómo suele irles a parejas sentimentales de personalidad mixta?
La mitad responde a este modelo. Por norma, funcionan, pues del otro les atrae lo que no tienen y lo emplean para complementarse. Uno de los fundamentos del amor radica en idealizar a tu pareja, y es más sencillo con alguien que reúne cualidades de las que tú careces. La desventaja es que hay muchos puntos de conflicto, tienen maneras muy opuestas de mirar el mundo. Uno de los obstáculos más frecuentes es cómo gestionar la vida social: si, el viernes por la noche, se sale con amigos o se quedan en casa. En el caso de una pareja de extrovertidos, el riesgo más acusado es que viven tan volcados en la vida social que se desatienden el uno al otro y no llegan a conocerse de verdad.

¿Un introvertido puede forzar tanto su naturaleza que acabe pasándose al otro bando?
A mí me gusta definir la introversión como la forma en que uno responde a los estímulos, es decir, si uno se siente más vigorizado rodeado de tranquilidad o de bullicio. Estoy convencida de que estos gustos jamás se alteran. Uno no deja de ser introvertido, aunque puede ganar aptitudes sociales. Enfrentado a una situación que antes les habría resultado embarazosa, ahora la tiene bajo control. Su necesidad de soledad o de estimulación no varía, aunque se sienta a gusto en un acto social.

Pero hay que ir poco a poco.
Si te fuerzas en exceso, acabas mental y emocionalmente exhausto, no somos conscientes de la cantidad de energía que un introvertido consume durante el rato en que actúa como un extrovertido. Los que están en trabajos que les obligan a mucha actividad social han de buscar refugios de introspección.

¿Cuánto ahorraría a la sanidad pública una buena orientación para lidiar con las emociones?
Se reducirían drásticamente los niveles de estrés, y la farmacología perdería mucho peso si se nos enseñara a gestionar los miedos y las dudas, las frustraciones e incertidumbres, y también si se honraran las virtudes de cada personalidad.

Convierte en falsos mitos la eficacia de los brainstormings o que uno pueda vencer el miedo escénico imaginándose desnudo al auditorio.
Que los brainstormings (pensar ideas en grupo) no funcionan, porque neutralizan la iniciativa de los introvertidos, es uno de los aspectos más analizados de las dinámicas de grupo. Acerca de la desnudez y el auditorio, nuestro miedo a hablar en público es instintivo y tiene su origen en una rémora de nuestro cerebro reptiliano, que identifica tantos ojos puestos en uno con los de depredadores a punto de abalanzarse sobre su presa. Como sabemos, el león va desnudo por la sabana, de modo que quitarle la ropa no es una opción.

También corrige un malentendido acerca de Gandhi.
No predicó el concepto de “resistencia pasiva”, sino de “resistencia no violenta”, porque no creía en la pasividad, era un hombre de acción.

Hablando de líderes, ¿cómo definiría la personalidad de Barack Obama y qué consecuencias tiene en el modo en que dirige su país?
Creo que es un introvertido que no padece de timidez, entendiendo por esta el temor a lo que los otros pensarán de ti. Muchas de las grandes decisiones que ha tomado han sido fruto de encerrase a reflexionar en calma y soledad tras escuchar a todos. Este perfil le ha traído problemas con una buena parte de los estadounidenses, que creen que un líder ha de ser bromista y cálido antes que sustancioso.

Su apunte de que el bótox reduce la rabia porque, al limitar la expresividad facial, no permite que el cerebro reciba el tipo de señales negativas que produce un fruncimiento del ceño parece la más original defensa de la cirugía estética.
Es que resulta asombroso hasta qué punto lo que haces físicamente te afecta psicológicamente. Sólo el hecho de reír propulsa tus niveles de bienestar emocional.

Y su revelación de que el origen del término cool está ligado a la sudoración...
Yo tampoco sabía, hasta que me puse a investigar, que empezó llamándose cool a aquellos que, enfrentados a situaciones difíciles, mantenían la temperatura corporal a raya, por lo que su piel no transpiraba, síntoma de alguien admirable por su valentía y autodominio y calificativo que hoy se ha ampliado a todo lo que mola. El caso extremo, aquel que no suda ni al estar sometido a las más altas cotas de presión es, por supuesto, el psicópata.

A los introvertidos les reconfortará saber que figuras como Albert Einstein, Charles Darwin o Vincent Van Gogh pertenecían a su club. El primero atribuía además sus capacidades a la constancia.
Sí, tiene esta frase estupenda: “No es que sea más listo, es que me quedo con los problemas más tiempo”. La persistencia es tan importante como la creatividad, no hay duda.


VIVIR COMO LAS FLORES. Fábula.

Maestro, ¿qué debo hacer para no sentirme molesto?.. Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes.. Algunas son indiferentes… Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian…

- ¡Pues, vive como las flores!, advirtió el maestro…

- Y ¿cómo es vivir como las flores?, preguntó el discípulo.

- Pon atención a esas flores -continuó el maestro, señalando unos lirios que crecían en el jardín.

Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas.. Extraen del abono maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos…

Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden… Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos.. .Y si no son tuyos, no hay motivo para molestarse… Ejercita pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde afuera y perfuma la vida de los demás haciendo el bien….

Ésto, es vivir como las flores…

dimecres, 29 de maig del 2013

Sentimientos que dañan el alma. Patricia Ramírez. El País.


La culpa, la envidia, la inseguridad... forman parte de nuestra evolución.
Lo inteligente es saber dosificarlos para que cumplan su función y no dejar que nos bloqueen.
La envidia hace sufrir, hay que reconocer tenerla para poder llegar a vencerla.
Si les pidiera que contestaran a la pregunta: ¿cuál es su misión en la vida? Seguramente no me darían una sola respuesta, sino muchas. Todas las personas tienen objetivos diferentes relacionados con su vida familiar, personal, social y laboral. Pero hay un deseo que nos une a todos, y ese es el de ser feliz. Todos anhelamos equilibrio interior, paz y tranquilidad.
El bienestar no viene genéticamente predeterminado, sino que se busca, se entrena. Las personas se rodean de circunstancias, de otros compañeros de viaje y de momentos que les aportan felicidad, buscan la seguridad y tratan de desprenderse de todo lo que les incomoda y provoca dolor. De hecho, vivimos en la era de la felicidad. Se cultiva y practica una filosofía dirigida a cuidarse y mimarse, y muchas personas dejan de salir de su zona de confort para evitar enfrentarse a sus miedos y no sentir la incomodidad del sufrimiento. Pero la envidia, la culpa, el remordimiento, la inseguridad, la frustración, la vergüenza…todos esos sentimientos forman parte nuestra evolución. Lo inteligente es saber dosificarlos para que cumplan con su función y no dejar que nos bloqueen.

Hay un remedio para las culpas, reconocerlas” (Franz Grillparzer)
Todo tiene su razón de ser y una explicación lógica. Los sentimientos negativos funcionan como un termómetro, nos indican que algo no funciona y se manifiestan a través del malestar. Pero tienen su parte positiva: educan, permiten evolucionar y generan aprendizaje. ¿Si no sintiera culpa, cómo sabría que ha herido a alguien? Si no sintiera frustración, igual no le daría valor al esfuerzo cuando consigue su objetivo. ¿Y qué me dice de la inseguridad?…También tiene un sentido evolutivo, le protege de las amenazas, aunque muchas de ellas no sean tan aterradoras como imagina. Ahora, deje espacio a sus sentimientos y, cuando estime que han convivido con usted el tiempo suficiente, ábrales la puerta y déjeles marchar.
Siente envidia porque anhela aquello que desea y que sí tienen otras personas. Siente envidia porque valora el mundo como un lugar injusto en el que usted no está ni tiene lo que desearía. Una de dos, o acepta su realidad o se implica en modificarla. Pero sufrir sin invertir tiempo y esfuerzo, no. Para abrir la puerta de salida a la envidia:
  • Reconozca su sentimiento. La envidia es un sentimiento que, además de hacerle sufrir, es feo. Dígase a sí mismo: “Tengo envidia”. Si no lo hace, siempre tratará de justificar su malestar, pero no llegará a vencerlo.
  • Analice por qué. Esfuércese y acepte lo no controlable. Las personas suelen tener envidia porque perciben una situación como injusta. Los motivos por los que no tiene aquello por lo que suspira (tipo, inteligencia, dinero, poder…) pueden ser muy variados, pero sean los que sean tiene dos opciones: la primera, implicarse y trabajar en lo que dependa de usted para conseguirlo, la segunda, aceptar lo que no puede gestionar.
  • Si es de los “envidiosos buenos”, compórtese como si no tuviera envidia. Pregunte a su amigo qué tal le va en ese trabajo en el que está triunfando y escúchele; dígale a su amiga que la ve más delgada y esbelta, alégrese de forma sincera por el viaje de vacaciones que va a hacer esa pareja de conocidos o familiares. Y refuércese por haber superado una situación difícil. Dígase a sí mismo: “Ves, lo haces muy bien, ahora te sientes mejor por haberte interesado por ellos”.
  • Céntrese en usted mismo. El valor no está en la comparación, sino en su propio yo. Plantéese un objetivo y piense en qué medida puede involucrarse para alcanzarlo. A veces pierde más tiempo criticando, desprestigiando y deseando lo de otros que invirtiéndolo en su mejora. Esa energía sería muy productiva si la gastara en evolucionar.

  • Pida perdón para vencer a la culpa y el remordimiento. Usted siente culpa cuando sabe que ha herido a otra persona, con intención o sin ella. Ver que otro sufre por algún comportamiento que ha tenido le hace sentir mal. Ese malestar es el motor que le lleva a reflexionar para que la próxima vez tenga más cuidado. Gracias a esta sensación incómoda conseguimos aprender. Si cada vez que hiriésemos a alguien no sintiéramos ese dolor, estaríamos hablando de una persona sin empatía, incapaz de ponerse en el lugar de otros, y esto le dificultaría mucho sus relaciones sociales. Nadie quiere convivir, ni trabajar, ni tener como amigo a una persona que hace daño y que no es consciente del mismo.


“El miedo siempre está dispuesto a ver las cosas peor de lo que son” . (Tito Livio).
Pero sentir culpa no significa que tenga que machacarse toda la vida. La culpa le permite pensar qué haría de forma diferente la próxima vez, y a partir de ahí, borrón y cuenta nueva. Siga estos pasos para deshacerse de su malestar:
  • Pida perdón de forma sincera. Pero no lo haga de forma cobarde, no utilice el whatsapp, dé la cara. Pronuncie el nombre de la persona y acompáñelo diciendo que lo siente y por qué.
  • Repare el daño. Pedir perdón es el primer paso, el segundo es tener un detalle. Si ha roto algo, repárelo; si ha sido borde, tenga el gesto de llevar unos bombones, si no ha sido atento con algo que era importante para esa persona, mande un correo, una canción o algo gracioso que haga sentir especial a la persona herida.
  • Sea el de siempre. Haberse equivo­­cado una vez no le obliga a convertirse en alguien sumiso con esa persona, como si tuviera que estar avergonzado toda la vida. Todos cometemos errores. Si el desliz entra dentro de lo razonable y, sobre todo, si no ha tenido una mala intención, tendría que poder perdonarse. El rencor y la soberbia de las personas heridas a veces superan su buena intención. Cuando haya hecho todo lo que podía, deje que la otra persona tenga su tiempo. Y si le parece excesivo, decida cómo comportarse usted a partir de ahora con esa persona que no tiene capacidad para perdonar y cerrar heridas.
  • Enfréntese con valentía a su inseguridad y su vergüenza. La inseguridad, la vergüenza y el miedo son sentimientos y reacciones del cuerpo y de la mente ante lo que usted interpreta como una amenaza. Siente inseguridad cuando no controla el ambiente, cuando lo que le rodea no es predecible. Siente vergüenza cuando percibe la posibilidad de no estar a la altura, de perder, cuando las expectativas le superan. Y el miedo se apodera de usted pensando que puede pasarlo mal, puede contagiarse, darle un infarto, perder el trabajo o ser rechazado por esa persona que le atrae. ¡Qué más da el miedo que sienta! El verdadero peligro es dejar escapar las oportunidades, no luchar por ellas, porque ahí es donde está la derrota.

Aprenda a convivir con el fracaso y con las emociones negativas, forman parte de la evolución y de la vida. ¿Alguna vez le dijo alguien que esto sería fácil? Cometer errores, ser criticado, sufrir… es parte del camino. Coexis­­ten con la felicidad, la recompensa y el orgullo.

“La felicidad es darse cuenta de que nada es demasiado importante”. (Antonio Gala)
Si quiere conseguir salir de su zona confortable:
  • Busque un motivo. Seguro que lo tiene. Póngalo ahora por escrito, en grande y en un lugar visible.
  • No piense que puede fallar y centre su atención solo en lo que desea hacer y cómo. Describa su plan de actuación.
  • Es válido, bueno y fuerte. Tiene ejem­­plos en su vida que lo demuestran. ¿Qué tiene en la cabeza, lo que le debilita o sus fortalezas? Son sus puntos fuertes los que debe potenciar, no los que restan.
  • Pensar en el éxito. ¿Qué hace pensando en lo que puede fracasar o en lo que no desea que ocurra? ¡Menudo gasto de energía inútil! El tiempo es limitado, inviértalo en pensar en lo que ¡sí! desea que pase. Prepárese con la palabra y con el pensamiento para conseguirlo. Repítase: “¡Yo puedo! ¡Estoy preparado! ¡Me lo he trabajado!”.
  • No a las emociones negativas. No es el único que las tiene, las tenemos todos, pero muchos de nosotros hemos decidido dejar de escucharlas. Es lo que nos diferencia. Su vida no es más difícil, ni tiene menos suerte que otros. Solo que los otros, en lugar de escuchar el peligro, lo valoran, y luego deciden enfrentarse a él. No se trata de ser temerario, solo valiente.
  • Actúe. Los cinco puntos anteriores son geniales solo si los pone en marcha. Los propósitos solo tienen sentido si se materializan.


“Solamente aquellos espíritus verdaderamente valerosos saben la manera de perdonar”. (Laurence Sterne)
Los sentimientos negativos le permiten ver el mundo desde otro punto de vista, pero no significa que le tengan que paralizar. Analice y saque una lectura positiva de su emoción y de su presencia. Aproveche lo que le pueden aportar y, luego, desármelos.
Hay muchas personas con miedo a ser felices. Hacen extrañas deducciones, como que si se entregan al placer recibirán un castigo. Cuando cometen un error se lo reprochan una eternidad, para tomar consciencia del tremendismo de lo que han hecho. Ser sufrido, negativo, sumiso… no es la pócima de la felicidad. Nadie le va a recompensar en otra vida por haber sufrido en esta de forma gratuita. Atrévase a ser feliz y a tener recuerdos de esos que vale la pena almacenar. 

TRAMPAS Y MIEDOS
LA PELÍCULA
‘Revolutionary road’, de Leonardo DiCaprio y Kate Winslet. Culpa, reproches, miedos…
UN LIBRO
‘La trampa de la felicidad’, de Russ Harris. Editor
ial Planeta.
UNA CANCIÓN
‘Irremediablemente, celos’, de Antonio Orozco.


"Nunca te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida". Frases pra cambiar vidas.


Autor: Pablo Neruda
Pensamientos insuperables para alimentar nuestros sueños y para recordarnos que en mitad de esta vida de vértigo, que somos incapaces de manejar con el criterio y la pausa necesarios, es conveniente desacelerar de cuando en cuando, descomprimir tensiones, aplacar la irracional urgencia de los ‘asuntos urgentes’ y dar cabida a lo esencial. ¿Qué es lo esencial? Aquello que dentro de cinco o diez años seguirá estando ahí, y no lo que transcurrido ese mismo tiempo, ni siquiera recordarás…
Le preguntaron a Pablo Neruda cómo surgió su primer poema…
"Muchas veces me han preguntado cuándo escribí mi primer poema,...cuándo nació en mí la poesía. Trataré de recordarlo...
Muy atrás en mi infancia y habiendo apenas aprendido a escribir, sentí una vez una intensa emoción y tracé unas cuantas palabras semirrimadas, pero extrañas a mí, diferentes del lenguaje diario.
Las puse en limpio en un papel, preso de una ansiedad profunda, de un sentimiento hasta entonces desconocido, especie de angustia y de tristeza...
Era un poema dedicado a mi madre, es decir, a la que conocí por tal, a la angelical madrastra cuya suave sombra protegió toda mi infancia.
Completamente incapaz de juzgar mi primera producción, se la llevé a mis padres...
Ellos estaban en el comedor, sumergidos en una de esas conversaciones en voz baja que dividen más que un río el mundo de los niños y el de los adultos...
Les alargué el papel.... tembloroso aún con la primera visita de la inspiración. Mi padre, distraídamente, lo tomó en sus manos, distraídamente lo leyó, distraídamente me lo devolvió, diciéndome:
-¿De dónde lo copiaste? 
Y siguió conversando en voz baja con mi madre de sus importantes y remotos asuntos. Me parece recordar que así nació mi primer poema y que así recibí la primera muestra distraída de la crítica literaria."

Titulo: No culpes a nadie. Autor: Pablo Neruda (Poeta Chileno, 1904-1973)

Nunca te quejes de nadie, ni de nada,
porque fundamentalmente tú has hecho
lo que querías en tu vida.

Acepta la dificultad de edificarte a ti
mismo y el valor de empezar corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre surge de
las cenizas de su error.

Nunca te quejes de tu soledad o de tu
suerte, enfréntala con valor y acéptala.
De una manera u otra es el resultado de
tus actos y prueba que tú siempre
has de ganar.

No te amargues de tu propio fracaso ni
se lo cargues a otro, acéptate ahora o
seguirás justificándote como un niño.

Recuerda que cualquier momento es
bueno para comenzar y que ninguno
es tan terrible para claudicar.

No olvides que la causa de tu presente
es tu pasado así como la causa de tu
futuro será tu presente.

Aprende de los audaces, de los fuertes,
de quien no acepta situaciones, de quien
vivirá a pesar de todo, piensa menos en
tus problemas y más en tu trabajo y tus
problemas sin eliminarlos morirán.

Aprende a nacer desde el dolor y a ser
más grande que el más grande de los
obstáculos, mírate en el espejo de ti mismo
y serás libre y fuerte y dejarás de ser un
títere de las circunstancias porque tú
mismo eres tu destino.

Levántate y mira el sol por las mañanas
y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de tu vida,
ahora despiértate, lucha, camina, decídete
y triunfarás en la vida; nunca pienses en
la suerte, porque la suerte es:
el pretexto de los fracasados.