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dimecres, 31 de desembre del 2014

FELIZ 2015.

Día de reflexión, de repaso de lo que ha acontecido este 2014. Imágenes, situaciones, personas, sentimientos, actitudes... van pasando como si de una película se tratara y así voy entrando en una montaña rusa de emociones que me hacen estar, alegre, triste, nostálgico, feliz, desilusionado, melancólico, ilusionado, tierno... y así seguiría nombrando emociones en función del fotograma que llega a mi corazón. Pero he decidido quedarme con solo una, AGRADECIMIENTO.

Sí, agradecer a la vida que me haya dado un año más para saborearla,
Agradecer estas situaciones buenas que han llegado y a las no tan buenas que me hayan ayudado a crecer.
Agradecimiento a las personas que han pasado por mi vida, unas se han quedado, otras han marchado y no volverán, encuentros y desencuentros prolongados o fugaces. Todas han llegado por algo y se lo agradezco.
Agradecer poder sentir estos sentimientos que en el fondo no son más que sentir la vida misma.
Agradecer, agradecer, agradecer....

Pero sobretodo agradecimiento infinito a mis amigos, esos que siempre están ahí, que a veces no les doy la importancia que realmente tienen, que no les dices OS QUIERO, si, en mayúsculas porque son mi familia.

Este 2014 pasé por momentos muy delicados en mi vida, por suerte ya superados, donde quedó demostrado lo que es la amistad... la amistad y mucho más!.

Se que hubo mucha gente que se preocupó por mí y así me lo hizo saber, personas que no nos conocemos, que nos une decirnos los buenos días saboreando un café por la mañana y compartiendo escritos, emociones y en definitiva la vida. Aunque estemos lejos nos sentimos cerca de corazón. A todas estas personas deciros que también OS QUIERO aunque no hayamos ni hablado ni nos conozcamos....


Así que para el 2015 solo pido un deseo, que sigáis estando ahí, amig@s, conocid@s y compañer@s de vida, que pondré todo lo necesario para no perderos porque sois lo mejor que me ha pasado este año y quiero que lo siga siendo el próximo año.


Feliz 2015 y mucho amor para tod@s!

Sí al cambio en 3 pasos. Blog Phronesis.

Escuchamos siempre decir que todos los cambios son buenos, que si cambias podrás realizar mejoras en tu vida, pero para todos, realizar cambios en nuestra vida es muy complicado. Tan simple sería decir: “Mañana voy a cambiar mis hábitos de levantarme tarde y me levantaré temprano”, algo tan sencillo ocasiona grandes problemas.
¿Por qué resistirnos al cambio?, Según el diccionario de la RAE, resistir es tolerar, aguantar o sufrir. También define esta palabra como combatir las pasiones o deseos.
Si estamos luchando contra algo que nos hace mal, ¿por qué seguir viviendo con eso? Hablamos de cambiar o modificar, hábitos alimenticios, pensamientos, comportamientos, expresiones, etc. Existen tres razones fundamentales que hacen que nos resistamos al cambio:

1. Comodidad. Por qué cambiar, si es tan fácil y agradable seguir viviendo como estamos, la vida llega a un estado de confort donde nos acomodamos y acostumbramos a las cosas que tenemos, ¿por qué arriesgarnos y, sobre todo, perder esa comodidad si podemos seguir haciendo las cosas igual?

2. Miedo. El miedo paraliza a muchas personas, y esto ocasiona que nos opongamos a realizar cambios; se puede tener miedo a hacer algo diferente o no realizar alguna actividad por el temor a equivocarte, a ser criticado o quizás, a fracasar en el intento. El miedo al fracaso, limita. Pero si queremos y anhelamos de verdad realizar algún proceso o alcanzar una meta en nuestras vidas, debemos enfrentarlo, así como ocrurrió con el inventor de la bombilla eléctrica, el gran Thomas Alva Edison quien al inventar la  bombilla, no le salió a la primera, sino que realizó más de mil intentos, hasta el punto de que un discípulo suyo le preguntó que porqué persistía en construir una bombilla, si tras más de 1.000 intentos no había conseguido más que fracasos, Edison, respondió: no son fracasos, he conseguido saber 1.000 formas de cómo no se debe hacer una bombilla.

3. Creencias erróneas. Vivir con falsas creencias sobre la vida sólo permitirá enfocarnos en eso que se cree, de esta manera no damos vía a que llegue el cambio y seguimos aferrados a creer sólo lo que vemos y lo que tenemos a nuestro alrededor. Es momento de cambiar el chip y salir de esa zona de confort que no genera más que cierta “comodidad” pues es la zona donde sentimos plena seguridad y en la que podemos controlar las diversas situaciones basadas en nuestras creencias.

Los seres humanos, para vivir una vida plena y sana, debemos experimentar estados de constantes cambios, no podemos llevar una vida llena de monotonía, donde no exista nada más de lo que ya conocemos, debemos renovarnos cada vez que sea posible. En Phronesis te sugerimos unos sencillos pasos para poder realizar el cambio que necesitas:

1. Comienza por analizar qué parte no está bien en tu vida; sé objetivo, piensa en cómo sería si el cambio ya estuviera hecho.

2. Haz conciencia: debes estar consciente de la necesidad de realizar el cambio, piensa detenidamente en los pros y los contras de seguir como estás. Busca el mayor número de razones por las cuales debes hacer este cambio, esto te motivará a dejar de lado la zona de confort y para enfrentar lo que viene.


3. Adiós al miedo: olvida tus temores y arriésgate, sigue siempre tus sueños, comienza poco a poco y verás que cuando te des cuenta habrás cambiado por completo. Que el miedo al cambio no sea un obstáculo, para no cumplir tus sueños.


El mayor aprendizaje de mi vida ha sido ser un fracasado. Félix García. La Contra de La Vanguardia.

Tengo 36 años. Madrileño. No llegué a la universidad. Soy autodidacta. Soltero. Apuesto por la autosuficiencia, no me creo ningún discurso. No dejo que calen en mí las ideologías. Creo en mí y en lo que yo puedo conseguir. Consumimos cantidad de información.

Provengo de una familia muy humilde, un padre ultracomunista y una madre monja hasta los 35 años. Ambos pobres, hijos de la guerra.

¿Qué le inculcaron?
La posibilidad de creer en mí mismo y que todo se consigue a base de esfuerzo.

¿Por qué no estudió?
No era buen estudiante, era un hiperactivo. A los 15 años trabajaba de electricista en la construcción con mi padre. A los 18 decidí sacarme el COU trabajando de noche como electricista en el metro.

¿Y luego?
Vendí enciclopedias durante cinco años. Una de las experiencias formativas importantes de mi vida: he podido meterme en el salón de su casa y entrevistar diariamente a entre quince y veinte personas.

¿Y de ahí?
Ni mis tres hermanos ni yo teníamos trabajo y decidí montar un negocio, una tienda de moda de jóvenes diseñadores y galería de exposiciones en Malasaña, y al lado un bar.

En el Soho de Madrid.
Sí, ahí residen todos los artistas. Al cabo de seis años, con la crisis, el negocio del diseño de moda fue el primero en caer. El bar decidí dejarlo, no me gustaba la noche.

¿Por qué?
Es peligrosa, mucho alcohol, te puede llevar por el mal camino. Decidí apostar por la hostelería. Monté un restaurante japonés.

¿Bien?
Me duró dos años y me arruiné totalmente, pero fue el mayor aprendizaje de mi vida.

¿Fracasar?
Sí, ser un fracasado. Tener que volver a mi habitación de la infancia, en casa de mis padres, soportar la condescendencia de mi entorno. Aprendí a reconstruirme, a asumir esa visión social de que todo lo que había emprendido había acabado mal.

¿También se quedó sin ideas?
Sí, porque el peso social es muy grande, y en ese momento, cuando fracasas y te arruinas, y tienes que empezar de cero, corres el riesgo de quedarte por el camino. Es durísimo.

¿Cómo lo afrontó?
Tienes que aprender a autogestionarte a nivel emocional. Me tragué mucha psicología que me ayudó a gestionar la culpa. No tenía dinero para un psicólogo, descargué cientos de libros y me enfrenté a la situación.

¿Qué idea le fue de más ayuda?
Cómo nuestro entorno nos determina a creer quiénes somos. Tienes que elegir tú quién quieres ser. ¿Y cómo te conviertes en esa persona que quieres ser? Actuando como se comportaría esa persona.

Eso no es nada sencillo.
No, porque todo te mediatiza, desde tus padres hasta los estudios que tienes o que no tienes y la clase social a la que perteneces.

Entiendo.
“¡Cómo vas a ser empresario sin una carrera universitaria!”. Pues estudias, te informas; no es tan difícil, pero hay que saltarse los determinismos que nos limitan. Persigue tu sueño, hazlo, camina.

¿Cuánto duró esa etapa?
Dos años, y en plena crisis. El sentimiento de que todo está muy mal y que hay mucha gente como tú, viviendo en casa de sus padres, te lo has de sacudir de encima, porque la tentación es decirte que no es el momento de montar nada. No se puede vivir sin futuro.

Mirando.
Es un mal sentimiento alrededor y siendo consciente de que en el momento actual hay mucha gente que no tiene la posibilidad de un trabajo y que necesita ser autosuficiente (el fenómeno maker), luché por crear el Mercado Central de Diseño, un espacio en el que se citan mensualmente cientos de diseñadores del ámbito de la moda, la joyería, objetos, muebles...

¿Jóvenes precarios?
Sí, pero con mucha ilusión. He suprimido los intermediarios y he recuperado el trato humano entre el diseñador y el público, lo que le permite entender el alma de la pieza.

¿Con qué dificultades ha topado?
Las mayores han sido institucionales. Ni fomentan ni estimulan la creación de proyectos, sólo lo aparentan.

¿Y las ayudas, las subvenciones?
Creo que difícilmente los proyectos subvencionados llegan a ser rentables. Se ha vivido mucho de las ayudas, que a largo plazo nos convierten en poco competentes.

¿Cuál debería ser el papel de las instituciones?
Si presentas un proyecto cultural viable que está dando oportunidades a muchos jóvenes, deberían agilizar los trámites y darte acceso a los espacios públicos, que parecen privados, como si les pertenecieran.

¿Qué ha aprendido?

Que sólo generarás recursos si crees en ti. La barrera fundamental son los determinismos, lo que creemos que podemos y no podemos hacer. Siempre puedes reinventarte, reciclarte, has de invertir esfuerzo. Desterrar el “yo soy” y el “me dedico a...”, crearte un universo nuevo alrededor. Los cambios implican muchísimo trabajo, pero se puede. ¿Quién me iba a decir a mí cuando estaba en la obra que crearía un mercado de diseño?


dimarts, 30 de desembre del 2014

POSEER EL AMOR. Fábula.

En una de las aulas del colegio había varios niños, uno de ellos pregunto.
- Maestra, ¿que es el amor?.
La maestra sintió que el niño merecía una respuesta que estuviese a la altura de la pregunta inteligente que había formulado.
Como ya estaban en hora de recreo, pidió a sus alumnos que dieran una vuelta por el patio de la escuela y trajesen lo que mas despertarse en ellos el sentimiento del amor.
Cuando volvieron la maestra les dijo.
- Quiero que cada uno muestre lo que trajo consigo.
El primer alumno respondió:
- Yo traje esta flor, ¿no es preciosa?.
Cuando llego su turno el segundo alumno dijo:
- Yo traje esta mariposa. Me gusto el colorido de sus alas; la voy a colocar en mi colección.
El tercer alumno dijo:
- Yo traje este pajarito que se cayó del nido, ¿no es lindo?.
Y así los chicos, uno a uno, fueron mostrando lo que habían recogido en el patio.
Terminada la exposición, la maestra noto que una de las niñas no había hablado y que había permanecido quieta durante todo el tiempo. ¿Se sentía avergonzada porque no había traído nada?.
La maestra se dirigió hasta ella:
- Muy bien, ¿y tu Carlota?. ¿No has encontrado nada?.
La criatura, tímida, respondió:
- Disculpe, maestra. Vi la flor y sentí su perfume, pensé en arrancarla pero preferí dejar que siguiera soltando su aroma. Vi la mariposa, suave y colorida, pero parecía tan feliz que no tuve el coraje de aprisionarla. Vi también el pajarito caído pero, al subir al árbol, note la mirada triste de la madre y preferí devolverlo al nido. Por lo tanto, maestra, traigo conmigo el perfume de la flor, la sensacion de libertad de la mariposa y la gratitud que observe en los ojos de la madre pájaro. ¿Como puedo mostrar lo que traje?.
La maestra dio gracias a la alumna y la premio con una nota máxima, por ser la única que había logrado comprender una gran verdad: solo podemos llevar el amor en el corazón.
La vida viene a cuento, Relatos de Ecología Emocional.
Jaume Soler y Mª Merce Conangla (integral).

"No podemos convertirnos en lo que queremos ser, permaneciendo en lo que somos". Frases para cambiar vidas.

Autor: Max DePree
Si la inercia es la propiedad que tienen los cuerpos de permanecer en su estado de reposo o movimiento mientras no se aplique sobre ellos fuerza alguna, instalarse en la llamada zona de confort es una suerte de inercia, por la que una persona tenderá a permanecer inmóvil si nada le obliga a activarse.
Por ejemplo: salir de la zona de confort implicaría para alguien sentir la necesidad reconocida de dejar un trabajo poco satisfactorio y que el miedo a las consecuencias de hacerlo se lo impida.
Cuando algo amenaza con romper nuestros hábitos más acendrados, nos sentimos incómodos y nerviosos. Estos sentimientos negativos son soslayados mediante la evitación y la insistencia en vivir exactamente la misma vida de siempre, rechazando todo cambio. Ante la ocasión de entrar en territorio desconocido, una situación impredecible, temblamos y, a menudo, preferimos replegarnos aferrándonos a lo que ya conocemos. Por tanto, lo que nos mantiene dentro de nuestra zona de confort es el miedo.
Si tenemos miedo y tratamos de evitar todos los errores a cambio de lo que consideramos que es seguridad, perderemos también la mayoría de las oportunidades. Las personas que nunca cometen errores nunca hacen nada nuevo.
¿Cómo salir de la zona de confort? si reconocemos que permaneciendo ahí estaremos en un nivel muy por debajo de lo que nuestro potencial nos permitiría alcanzar, quizá nos activemos. Pero para salir voluntariamente necesitarás seguir un plan de acción, normalmente en contra de lo que son tus hábitos y costumbres y, en definitiva, de lo que tu cuerpo te va a decir que “le apetece”. La fuerza de voluntad es la chispa que puede ponerte en marcha.
No te des excusas. Si das el primer paso y te preparas para empezar, te va a costar más dar marcha atrás, que terminar lo que ya has empezado.
Y para finalizar, trata de reflexionar sobre el hecho de que si te quedas toda la vida 'aparcado' en lugares que ya conoces, puede que el día que te topes con lo desconocido (que llegará) no sepas qué hacer. Lo cierto es que aunque no lo quieras ni lo pretendas, de todos modos, la propia vida se encargará de llevarte a lugares donde te sentirás incómodo e inseguro, fuera de control.
Abre voluntariamente tus horizontes. La vida no es unidimensional, posee matices, aventura, pasión y riesgos... Quedarse en el ámbito de lo ya conocido es renunciar a las maravillas que te esperan al otro lado, en ese lugar incierto donde ocurren los portentos y los milagros.

"Nadie ha muerto de incomodidad, sin embargo, la comodidad ha matado más ideas, más oportunidades, más acciones y más crecimiento, que todo lo demás junto. El confort mata." (T. Harv Eker)


dilluns, 29 de desembre del 2014

Javier Urra: "¿Qué pondrían de ti en tu epitafio? Piénsalo". La Vanguardia.

Javier Urra, nacido en 1957 en Estella (Navarra), es conocido por ser el primer defensor del Menor en España. En su currículo también figura una experiencia de más de tres décadas como psicólogo forense en la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia y Juzgados de Menores en Madrid. Su sabiduría en estos ámbitos le ha llevado a dar clases de Ética y Deontología en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid, además de escribir numerosa bibliografía sobre estas materias. Asegura que “los sentimientos son un material inflamable”. Su preocupación por alcanzar la estabilidad emocional le ha llevado a escribir Mapa sentimental (Aguilar), un manual donde explica las claves para conducirnos en la incertidumbre, aceptar la frustración y controlar los impulsos.

- ¿Qué mensaje quiere transmitir con su último trabajo?
- El ser humano es capaz de pensar porque tiene emociones que le llegan de fuera y le hacen dar una respuesta muchas veces más bien instintiva o física y, sin embargo, hay un proceso ulterior, cognitivo, que es más rico y que podemos elaborar, que son los sentimientos.

- ¿Por qué es importante controlar los sentimientos?
- Para no levantar nunca la mano a nuestra pareja, para no decir que tienes un trastorno mental transitorio, para dominar la ira y la cólera, y creo que a veces los sentimientos se escapan porque tienen su propia libertad, pero en el fondo la vida hay que llevarla en los propios brazos.

- ¿En qué se diferencian sentimientos y emociones?
- Los sentimientos son menos instintivos, más elaborados, menos de la amígdala cerebral, más del aspecto prefrontal, la capacidad de empatía, de compasión.

- Y a veces mezclamos las dos cosas.
- Por eso el ser humano es capaz de tener mucho miedo y mostrarse muy valiente; de insultar o ser agresivo o decirlo finamente con una ironía; de hacer una poesía o componer música siendo sordo; eso sólo se transmite desde el sentimiento (…) Somos grandes simios, pero vamos un punto más allá que el puramente animal, aunque también lo somos y por eso tenemos ese problema de posesión y territorialidad. Y en ese cabalgar, de un equilibrio inestable, allí está el ser humano.

- ¿Somos contradictorios por naturaleza?
- Yo creo que sí. El ser humano nace y lo primero que se pregunta es por qué ha nacido, por qué en esta familia, preguntas que no se hacen otros animales. Cabalga el resto de su vida sabiendo que va a morir, lo que le genera una angustia vital. A partir de ahí busca la felicidad y encuentra escapes y atajos, como son las drogas.

- ¿En qué otras cosas somos contradictorios?
- Por ejemplo, el ser humano es capaz de tener relaciones sexuales y entrarle una melancolía triste; es capaz de esperar nueve meses a dar a luz y generar una depresión posparto; la gente está todo el día esperando que llegue el fin de semana y el domingo está aburrida. Por tanto, el ser humano es complejo, simple, sencillo, pero con dificultades para conocerse, para entenderse con los demás y, sin embargo, absolutamente dependiente de los demás.

- ¿La soledad es lo peor que nos puede suceder?
- Quizá lo más peligroso para el ser humano sería quedarse solo. Nadie querría sobrevivir a una tragedia mundial solo, preferiría morir. Sin embargo, vivimos en una sociedad en que mucha gente mayor está sola. Por eso los medios de comunicación se critican mucho pero una televisión siempre acompaña.

- Esto le sucede a mucha gente, que pone la televisión aunque no la vea.
- La gente necesita sentirse acompañada. La mayoría de la gente no podría dormir a las cuatro de la tarde sin un televisor encendido. Esa soledad es terrible. Igual que la de los jóvenes que no escuchan su soledad.

- ¿Por qué es importante escucharla?
- Es la que te permite preguntarte qué has hecho en la vida, en qué has fracasado, cuál es tu proyecto, por qué estás desnortado, qué te gusta y qué te propones hacer. La soledad es la que te permitiría escribir en una hoja en blanco tu epitafio, ¿qué pondrían de ti? Piénsalo. Y una vez que te contestes, plantéate si merece la pena y si se ajusta a lo que querrías que pusieran. Si es así, sigue igual; pero si no es así, es el momento de cambiar.

- ¿Llegamos algún día a conocernos a nosotros mismos?
- Yo creo que no, entre otras cosas, porque intentamos dar una imagen distinta a cómo somos, pero, ¿cómo somos? ¿Nos gustaría conocernos? ¿Por qué hay que conocerse al cien por cien? ¿Soy el que soy en el rol de padre o en el de señor entrevistado? No lo sé, posiblemente sea las dos cosas. Hacerse estas preguntas es muy insondable y sobre todo muy preocupante y poco práctico. Hay que conocerse a sí mismo, pero no estar en un psicoanálisis constante, hay que pasar a la acción.

- Tampoco podemos caer bien a todo el mundo.
- Eso seguro, pero sobre todo porque uno tiene que ayudar a los demás. O sea, la forma de ayudarse a uno mismo son los demás, proyectarse en ellos, poder hacer cosas, lo que hace que te sientas útil. La circunscripción al uno mismo, al yo, es muy peligrosa, muy dañina, nihilista, hedonista. Lo importante son los otros, el transmitir, comunicar, el ser humano es sociable y creo que para ser feliz hay que hablar mucho.

- ¿Hay que explicarlo todo?
- No. Esta es una sociedad donde la gente está perdiendo mucha intimidad, lo transmite y lo graba todo. No nos debemos de desnudar con tanta facilidad en lo profundo; la gente tiene cierta tendencia a perder la reputación, no le importa hacer el ridículo, pero tiene que saber dónde está su limitación y ser coherente con ello, no dejarse llevar por el impulso.

- ¿El altruismo es lo que más nos reconforta?
- Sin duda. Eso quiere decir que el hombre y la mujer son en gran medida sentimiento, y que en el fondo reaccionamos más por sentimientos que por pensamientos.

- ¿Por qué el fracaso es importante?
- Porque hay que aceptarlo, no pasa nada, caes y te levantas. En la vida vas a fracasar en muchas cosas. Lo cuento porque lo he vivido. Soy consciente de que hay muchas situaciones que son azarosas, que se nos escapan y que hay que asumirlas.

- ¿Cómo controlar nuestras frustraciones?
- Eso es esencial porque el ser humano se frustra en casi todo: querría, alcanzaría, le gustaría… Hay mucha gente que pone el nivel muy alto y está todo el día frustrado porque no llega. En cambio, hay gente que teniendo una vida muy sencilla no se frustra, es muy feliz con lo que tiene y aspira a vivir, como decía Saramago.

- ¿Qué otras cosas causan frustración?
- Por ejemplo, querer cambiar a tu pareja, que es una cosa que pasa a menudo. Tu pareja no va a cambiar en casi nada, simplemente envejecerá.

- ¿Hasta qué punto es importante controlar nuestro lenguaje interior?
- Escuchando, leyendo, aprendiendo riqueza expresiva, el gusto por la palabra, la idea poliédrica, la polifonía y los matices. Tenemos que utilizar la palabra, los medios y los sentimientos.

-¿Mujeres y hombres piensan distinto?
- Más que pensar distinto, elaboran de distinta manera los sentimientos. El varón es mucho más agresivo y es por eso que hay un número mayor de hombres que de mujeres en las cárceles.

- ¿Por qué?
- Porque es más orgulloso, nihilista y narcisista, y la mujer no lo es tanto porque da a luz. Por ejemplo, cuando una mujer está con un bebé y se produce un incendio, el bebé jamás se quema; si muere, es porque inhala humo. El amor de una madre es incalculable. ¿Eso quiere decir que la mayoría de hombres no daríamos la vida por un hijo? Sí, la daríamos. Hombres y mujeres somos parejos.

- ¿El sentimiento más destructivo?
- El odio.

- ¿y el más constructivo?
- El amor.

- ¿Cuál es la esencia de la persona?
- El otro.

- ¿Cuál es el problema de nuestra sociedad?
- El egoísmo y la incomprensión hacia el otro.

- ¿Es bueno olvidar?
- Sin duda, algunas cosas. Es bueno olvidar lo negativo, no es bueno olvidar la gratitud.




La educación exige emociones. Borja Vilaseca. El País.

Ilustración Anna Parini
El fenómeno es imparable. Los nuevos tiempos exigen desarrollar las capacidades innatas de los niños y cambiar las consignas académicas.
¿Estamos educando a las nuevas generaciones para vivir en un mundo que ya no existe? El sistema pedagógico parece haberse estancado en la era industrial en la que fue diseñado. La consigna respecto al colegio ha venido insistiendo en que hay que “estudiar mucho”, “sacar buenas notas” y, posteriormente, “obtener un título universitario”. Y eso es lo que muchos han procurado hacer. Se creyó que, una vez finalizada la etapa de estudiantes, habría un “empleo fijo” con un “salario estable”.
Pero dado que la realidad laboral ha cambiado, estas consignas académicas han dejado de ser válidas. De hecho, se han convertido en un obstáculo que limita las posibilidades profesionales. Y es que las escuelas públicas se crearon en el siglo XIX para convertir a campesinos analfabetos en obreros dóciles, adaptándolos a la función mecánica que iban a desempeñar en las fábricas. Tal como apunta el experto mundial en educación Ken Robinson, “los centros de enseñanza secundaria contemporáneos siguen teniendo muchos paralelismos con las cadenas de montaje, la división del trabajo y la producción en serie impulsadas por Frederick Taylor y Henry Ford”.
Si bien la fórmula pedagógica actual permite que los estudiantes aprendan a leer, escribir y hacer cálculos matemáticos, “la escuela mata nuestra creatividad”. A lo largo del proceso formativo, la gran mayoría pierde la conexión con esta facultad, marginando por completo el espíritu emprendedor. Y como consecuencia, se empiezan a seguir los dictados marcados por la mayoría, un ruido que impide escuchar la propia voz interior.

LA VOZ DE LOS ADOLESCENTES
“Desde muy pequeño tuve que interrumpir mi educación para empezar a ir a la escuela”. Gabriel García Márquez
Cada vez más adolescentes sienten que el colegio no les aporta nada útil ni práctico para afrontar los problemas de la vida cotidiana. En vez de plantearles preguntas para que piensen por sí mismos, se limitan a darles respuestas pensadas por otros, tratando de que los alumnos amolden su pensamiento y su comportamiento al canon determinado por el orden social establecido.
Del mismo modo que la era industrial creó su propia escuela, la era del conocimiento emergente requiere de un nuevo tipo de colegio. Básicamente porque la educación industrial ha quedado desfasada. Sin embargo, actúa como un enfermo terminal que niega su propia enfermedad. Ahogada por la burocracia, la evolución del sistema educativo público llevará mucho tiempo en completarse. Según Robinson, “ahora mismo sigue estando compuesto por tres subsistemas principales: el plan de estudios (lo que el sistema escolar espera que el alumno aprenda), la pedagogía (el método mediante el cual el colegio ayuda a los estudiantes a hacerlo) y la evaluación, que vendría a ser el proceso de medir lo bien que lo están haciendo”.
La mayoría de los movimientos de reforma se centran en el plan de estudios y en la evaluación. Sin embargo, “la educación no necesita que la reformen, sino que la transformen”, concluye este experto. En vez de estandarizar la educación, en la era del conocimiento va a tender a personalizarse. Esencialmente porque uno de los objetivos es que los chavales descubran por sí mismos sus dones y cualidades individuales, así como lo que verdaderamente les apasiona.
En el marco de este nuevo paradigma educativo está emergiendo con fuerza la “educación emocional”. Se trata de un conjunto de enseñanzas, reflexiones, dinámicas, metodologías y herramientas de autoconocimiento diseñadas para potenciar la inteligencia emocional. Es decir, el proceso mental por medio del cual los niños y jóvenes puedan resolver sus problemas y conflictos emocionales por sí mismos, sin intermediarios de ningún tipo.
La base pedagógica de esta educación en auge está inspirada en el trabajo de grandes visionarios del siglo XX como Rudolf Steiner, María Montessori u Ovide Decroly. Todos ellos comparten la visión de que el ser humano nace con un potencial por desarrollar. Y que la función principal del educador es acompañar a los niños en su proceso de aprendizaje, evolución y madurez emocional. En esta misma línea se sitúan los programas de la educación lenta, libre y viva que están consolidándose como propuestas pedagógicas alternativas dentro del sistema. Eso sí, el gran referente del siglo XXI sigue siendo la escuela pública de Finlandia, país que lidera el ranking elaborado por el informe PISA.

¿PARA QUÉ SIRVE?

“Educar no consiste en llenar un vaso vacío, sino en encender un fuego latente”.  Lao Tsé
La educación emocional está comprometida con promover entre los jóvenes una serie de valores que permitan a los chavales descubrir su propio valor, pudiendo así aportar lo mejor de sí mismos al servicio de la sociedad. Entre estos destacan:
Autoconocimiento. Conocerse a uno mismo es el camino que conduce a saber cuáles son las limitaciones y potencialidades de cada uno, y permite convertirse en la mejor versión de uno mismo.
Responsabilidad. Cada uno de nosotros es la causa de su sufrimiento y de su felicidad. Asumir la responsabilidad de hacerse cargo de uno mismo en el plano emocional y económico es lo que permite alcanzar la madurez como seres humanos y realizar el propósito de vida que se persiga.
Felicidad. La felicidad es la verdadera naturaleza del ser humano. No tiene nada que ver con lo que se tiene, con lo que se hace ni con lo que se consigue. Es un estado interno que florece de forma natural cuando se logra recuperar el contacto con la auténtica esencia de cada uno.
Autoestima. El mundo no se ve como es, sino como es cada uno de quienes lo observan. De ahí que amarse a uno mismo resulte fundamental para construir una percepción más sabia y objetiva de los demás y de la vida, nutriendo el corazón de confianza y valentía para seguir un propio camino.
Amor. En la medida que se aprende a ser feliz por uno mismo, de forma natural se empieza a amar a los demás tal como son y a aceptar a la vida tal como es. Así, amar es sinónimo de tolerancia, respeto, compasión, amabilidad y, en definitiva, dar lo mejor de nosotros mismos en cada momento y frente a cualquier situación.
Talento. Todos tenemos un potencial y un talento innato por desarrollar. El centro de la cuestión consiste en atrevernos a escuchar la voz interior, la cual, al ponerla en acción, se convierte en nuestra auténtica vocación. Es decir, aquellas cualidades, fortalezas, ­habilidades y capacidades que permiten emprender una profesión útil, creativa y con sentido.
Bien común. Las personas que han pasado por un profundo proceso de autoconocimiento se las reconoce porque orientan sus motivaciones, decisiones y acciones al bien común de la sociedad. Es decir, aquello que hace a uno mismo y que además hace bien al conjunto de la sociedad, tanto en la forma de ganar como de gastar dinero.
En vez de seguir condicionando y limitando la mente de las nuevas generaciones, algún día –a lo largo de esta era– los colegios harán algo revolucionario: educar. De forma natural, los niños se convertirán en jóvenes con autoestima y confianza en sí mismos. Y estos se volverán adultos conscientes, maduros, responsables y libres, con una noción muy clara de quiénes son y cuál es su propósito en la vida. El rediseño y la transformación del sistema educativo son, sin duda alguna, unos de los grandes desafíos contemporáneos. Que se hagan realidad depende de que padres y educadores se conviertan en el cambio que quieren ver en la educación

CLAVES PARA SABER MÁS
Libro
¡Esta casa no es un hotel!. Irene Orce (Grijalbo)
Este libro es un manual de educación emocional para padres de adolescentes. Está escrito desde la perspectiva de los chavales, y su intención es proporcionar claves y herramientas para que los adultos aprendan a crear puentes más constructivos con sus hijos.

Documental
La educación prohibida

Un documental que propone cuestionar las lógicas de la escolarización moderna y la forma de entender la educación, visibilizando experiencias educativas diferentes, que plantean la necesidad de un nuevo paradigma educativo.



diumenge, 28 de desembre del 2014

Él era yo. Cortometraje.

Cuando crecemos muchas veces la rutina, los "deber ser" y las obligaciones nos llevan a olvidarnos de quién realmente somos: aquel niño o aquella niña que soñaba, que creía que todo era posible. Espero que os guste este cuento de Peter H. Reynolds.


¿Qué es la dependencia emocional?. Psicoterapiacotidiana.

Claudia viene a terapia después de romper con su pareja. Llevaban cinco meses juntos pero para ella había sido una relación muy intensa porque continuamente estaba pensando en él. A pesar de lo importante que era para Claudia él en ningún momento dio signos de estarse tomando la relación tan en serio. Ella lo describe como una persona con mucho carácter y con convicciones fuertes, esto era lo que más le atraía de él. Dice que le gustan los hombres fuertes y con las ideas claras.
Ella es una chica atractiva y con éxito profesional. Está acostumbrada a que muchos chicos le vayan detrás pero raramente se interesa por lo que muestran interés por ella. Dice que los ve como peleles. Como consecuencia de esto siempre termina enamorándose de hombres a los que siente que puede admirar: emocionalmente distantes y rígidos de carácter.
Todo fue bien durante el primer mes pero desde entonces él le dijo que quizás estaban yendo demasiado deprisa y que se sentía agobiado porque ella lo llamaba mucho. Ella acepto no llamarle tanto y que se vieran menos a menudo a pesar de que eso le suponía sentirse continuamente ansiosa e insegura respecto a la relación. Él cada vez fue mostrando cada vez menos interés en verla y finalmente rompió la relación porque había conocido a otra persona. Desde que no está con él, ella se ha sentido muy decaída anímicamente y ansiosa, hasta el punto de intentar reanudar la relación varias veces.
Cuando habla sobre su historia de parejas anteriores todas tienen un perfil muy parecido al de su ex. Ha ido alternando parejas más serias con algunas que considera menos significativas pero que la ayudaban a reponerse después de una ruptura, nunca ha estado un periodo prolongado sin pareja. La pareja con la que estuvo más tiempo fue un chico al que perdonó una infidelidad y con el que luego formó una pareja abierta, permitiéndole que tuviera relaciones sexuales con otras mujeres. Ella nunca estuvo con otro mientras duró la relación y dice que consentía con la idea de tener una relación abierta para que él no la abandonara.
El caso de Claudia es un caso de dependencia emocional dañina. Éste es uno de los temas más complejos en una relación de pareja. Al fin y al cabo todos dependemos de nuestras parejas y en general de todas las personas a las que amamos. Con este artículo intento explicar la diferencia entre las formas de dependencia saludables en una relación y aquellas que generan dolor en los dos miembros de la pareja.
Una pareja sana está formada por dos individuos independientes capaces de apoyarse mutuamente. Podemos considerar a las personas individuos independientes en la medida en que su historia de vida les ha permitido serlo, es decir en la medida que sus necesidades emocionales se han visto lo suficientemente satisfechas a lo largo de sus vidas.
Erróneamente podemos pensar que la dependencia emocional es un fenómeno unidireccional con un miembro débil y dependiente y un miembro aparente fuerte e independiente. Normalmente en la base de las relaciones de dependencia emocional se encuentran por un lado personas abiertamente dependientes como Claudia que esperan encontrar una persona fuerte que en su fantasía será capaz de sostenerlas emocionalmente y por personas aparentemente independientes, pero que sin embargo necesitan ser continuamente admiradas y valoradas. Desde este punto de vista, la dependencia emocional es el producto de una fantasía compartida de que la otra persona saciará mis necesidades y completará mis carencias.

En una pareja sana los dos miembros se alternan para darse apoyo. Cuando uno de los dos miembros falla al realizar lo que el otro esperaría, las desavenencias pueden solucionarse mediante el compromiso, la negociación y la aceptación. En una pareja emocionalmente dependiente los dos miembros se encuentran rígidamente atrapados en las expectativas y deseos inconscientes del otro. En el momento que estas expectativas no se cumplen el agravio se convierte en algo inadmisible para la pareja. La reacción a ese agravio contempla todo un abanico de respuestas: Maltratos, reproches y culpabilizaciones en parejas que siendo profundamente infelices no pueden separarse, conductas de huída como tener aventuras sexuales o caer en adicciones, depresiones o enfermedades psicosomáticas de alguno de los miembros, etc. Detrás de muchos conflictos de pareja y de muchos síntomas aparentemente individuales se encuentra la reacción ante el agravio que se produce cuando la fantasía de la dependencia emocional se ha roto.