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diumenge, 31 de maig del 2015

EL PROBLEMA. Fábula.

Un gran maestro y un guardián compartían la administración de un monasterio zen. Cierto día el guardián murió, y había que sustituirlo. El gran maestro reunió a todos sus discípulos, para escoger a quien tendría ese honor.
- "Voy a presentarles un problema dijo-. Aquel que lo resuelva primero será el nuevo guardián del templo".
Trajo al centro de la sala un banco, puso sobre este un enorme y hermoso florero de porcelana con una hermosa rosa roja y señaló:
- "Este es el problema".
Los discípulos contemplaban perplejos lo que veían: los diseños sofisticados y raros de la porcelana, la frescura y elegancia de la flor... ¿Qué representaba aquello? ¿Qué hacer? ¿Cuál era el enigma? Todos estaban paralizados. Después de algunos minutos, un alumno se levanto, miró al maestro y a los demás discípulos, caminó hacia el vaso con determinación y lo tiró al suelo.
- "Usted es el nuevo guardián -le dijo el gran maestro, y explicó-: Yo fui muy claro, les dije que estaban delante de un problema. No importa qué tan bellos y fascinantes sean, los problemas tienen que ser resueltos. Puede tratarse de un vaso de porcelana muy raro, un bello amor que ya no tiene sentido, un camino que debemos abandonar pero que insistimos en recorrer porque nos trae comodidades. Sólo existe una forma de lidiar con los problemas: atacarlos de frente. En esos momentos no podemos tener piedad, ni dejarnos tentar por el lado fascinante que cualquier conflicto lleva consigo".
Los problemas tienen un raro efecto sobre la mayoría de nosotros. Nos gusta contemplarlos, analizarlos, darles vuelta, comentarlos... Sucede con frecuencia que comparamos nuestros problemas con los de los demás y decimos.
- "Su problema no es nada... ¡espere a que le cuente el mío!"
Se ha dado en llamar "parálisis por análisis" a este proceso de contemplación e inacción. ¿Y la solución?

La mayor verdad es que todos mentimos. Pilar Jericó

Aseguro que no es mi objetivo en absoluto pero incluso en este texto, que trata de ser sincero y honrado, puede que haya trazas de mentira. Porque la verdad absoluta aplicada a los seres humanos no existe. Es así de duro y así de necesario a la vez. Por eso puede que la mayor verdad de todas sea precisamente esa, que todos, sin excepción, mentimos, maquillamos información o lo hemos hecho en alguna ocasión. Y quien se empeñe en negar esa afirmación… estaría mintiendo una vez más.
No es sencillo ni agradable admitir la mentira en nuestras vidas, de hecho, nos cuesta perdonar a una persona mentirosa o, por lo menos, la confianza hacia ella se ve seriamente afectada. Solo hay que recordar el reciente caso de la actriz Ana Allen cuando a partir de destaparse que no estuvo invitada a los Oscar, se supo que llevaba años inventándose su vida profesional. España la desenmascaró, la humilló y la sentenció hasta el punto de que esa mala reputación es probable que le acompañe durante muchos años. El hecho de que todos mintamos no significa que lo hagamos de la misma manera que Allen. Hay engaños incluso peores, terribles y masivos que hacen desplomar la economía mundial, hay mentiras absurdas, mentiras que tratan de ocultar infidelidadesun abanico enorme, pero también las hay sociales o piadosas, y son estas últimas a las que ninguno estamos dispuestos a renunciar.
Para la experta en detección de mentiras y MBA en Harvard, Pamela Meyer, estas pequeñas mentiras no tienen por qué ser dañinas ya que lo único que hacen es mantener nuestra dignidad social. Y si no, hagamos la prueba:
¿Qué pasaría si llegamos tarde a una reunión y somos tan sinceros de admitir que la noche anterior se alargó y nos hemos quedado dormidos? ¿Qué ocurriría si tuviéramos que contestar con la verdad por delante a esa persona que te pregunta qué tal le queda esa talla 36 a punto de estallar? ¿Y si en una entrevista de trabajo afirmásemos con honestidad que nuestro nivel de inglés no es medio/alto, sino bajo tirando a ‘relaxing cup of café con leche’? Podríamos seguir con miles de ejemplos diarios pero es evidente que socialmente está más aceptado decir que llegamos tarde a la reunión por un atasco imaginario, que a esa chica le realza su figura ese vestido, o que nuestro nivel de inglés es parecido al de Shakespeare. La sociedad nos obliga por nuestro bien, por nuestra imagen y por la de los demás… y así lo hacemos.
Esto lo explica bien Meyer cuando afirma que “estamos en contra de la mentira de cara a la sociedad, pero en secreto estamos a favor”. Y no solamente mentimos para mantener esa dignidad social de cara a los demás. También nos mentimos a nosotros  habitualmente porque “el engaño es un atajo para conectar nuestros deseos y fantasías, y sobre quién y cómo nos gustaría ser, con quien somos realmente. Para rellenar esas brechas estamos dispuestos a mentirnos”.
El hecho de que este tipo de mentiras no sean dañinas, o sean una condición de vida como afirmó Nietzsche, no debe suponer que nos relajemos y sigamos con la espiral. De hecho si reducimos este tipo de mentirijillas podría incluso mejorar nuestra salud física y mental, tal y como reflejó un estudio de la Universidad de Notre Dame donde los participantes, obligados a mentir con menos frecuencia, sintieron mejoras evidentes en su estado de ánimo. Asimismo, el presidente del Hospital Lenox Hill de Nueva York, Bryan Bruno, afirmó que “la mentira puede causar mucho estrés para las personas, lo que contribuye a la ansiedad e incluso a la depresión”.
La frecuencia con la que mentimos y nos mienten es brutal teniendo en cuenta datos objetivos de investigaciones científicas aportadas por Meyer. Cada día nos mienten entre 10 y 200 veces, siendo mayor el número de mentiras con personas que acabamos de conocer. En concreto mentimos hasta en 3 ocasiones en los 10 primeros minutos de interacción con desconocidos. Además, las personas más inteligentes y más extrovertidas son más propensas a la mentira y, en el caso del matrimonio convencional, se miente en una de cada 10 interacciones con la pareja. Tremendo.
El cantante Joaquín Sabina reflejó de forma brillante este último punto conyugal en su canción ‘Mentiras piadosas’, donde se reafirma en que “en historias de amor conviene a veces mentir, ya que ciertos engaños son narcóticos contra el mal de amor”. Mentir es tan antiguo como respirar, y tan innato que incluso los bebés fingen el llanto en ocasiones para llamar la atención. Ya en la adolescencia llenamos la edad del pavo y a nuestros padres de mentiras casi compulsivas y, de mayores, hay quienes no son creíbles ni cuando dicen la verdad… Por no hablar de los programas electorales.
Pero no nos engañemos, si atendemos solo a este tipo de mentiras banales, no hay de qué preocuparse. En su justa medida tienen hasta su punto beneficioso y nos pueden evitar malos ratos y alguna que otra pelea. Porque la sinceridad compulsiva, sin control, siempre acaba en enfrentamiento. De verdad.


dissabte, 30 de maig del 2015

"El reto es conseguir que haya vida después del nacimiento". Raúl Guerra Garrido. La Contra de La Vanguardia.

Raúl Guerra Garrido, novelista, premio Nacional de las Letras 2006, Nadal 1976


Tengo 77 años. Nací y vivo en Madrid, pero pasé 50 años en San Sebastián (fundador del Foro de Ermua). Estoy casado, tengo 4 hijos y 8 nietos. Soy doctor en Farmacia. Soy agnóstico. Creo en la dignidad, en la valentía y en que hay que ser uno mismo en toda circunstancia

El pacto del 'outsider'
Dice que los años te condenan a ser sincero, lúcido e incomprensible; que si no has traicionado demasiado los ideales que tenías de joven puedes seguir soportándote en la vejez. Es profundo y certero, pero imagínenlo tierno y con humor, que lo tiene, y de una sutileza e inteligencia que da gusto no sólo hablar con él, también estar en su compañía. Acaba de publicar La estrategia del outsider o la vuelta al mundo de Naraya Sola (Alianza Literaria), una especie de radiografía de la mente de un mirón que vive en la periferia de las normas sociales, que lo cuestiona todo pero que se moja: defendió posturas políticas críticas con el nacionalismo peneuvista y ha vivido amenazado.

Acabo de ver un anuncio fascista.

¿Cuál?
"Si no te recuerdan, no importa lo bueno que seas", está en todas las estaciones de tren.

Déjeme que adivine: ¿vendedores de lápidas?
Infraestructuras ferroviarias. Nefasto: es la versión de la utilidad de la ética.

Muy poco digno.
La dignidad es seguir siendo uno mismo cuando ser uno mismo es lo que más puede perjudicarte. ¿Por qué ser solidario cuando la gente te está mirando o aplaudiendo?

Usted sabe mucho de eso: de mantener su posición pese a la amenaza de muerte. ¿Cuál es el precio y cuál la recompensa?
La recompensa, que nadie puede quitártela, es poder mantener la mirada en el espejo mientras te afeitas cada mañana, eso es impagable. Pero pasarte media vida con guardaespaldas es pesadito.

ETA le ha matado a gente muy querida.
Muchísimos. Entre ellos, a un amigo íntimo simplemente por escribir lo que pensaba. Se llevó una parte de mí. Es tan terrible que cuando ves a algún amigo en televisión lo primero que piensas no es que le hayan dado un premio, sino que lo han asesinado.

¿Qué ha hecho con la rabia?
Hay que ser un tanto budista o confuciano: ser feliz es la mejor venganza.

La verdadera lucha contra el terrorismo la dieron los movimientos civiles.
Hay un lema de la revolución de los claveles que me gusta: "Di en la calle lo que hablas en casa". Eso ocurrió en el País Vasco.

¿Antes de eso reinaba el silencio?
En 1990 mi editor no se atrevió a publicar La carta, que explicaba por qué la gente no hablaba en el País Vasco y cómo se vivía con ese sentimiento de culpa por no ser nacionalista... Mejor hablemos de chicas.

... De acuerdo, hábleme de sus chicas.
Ava Gardner y Maite Espinosa, que me está durando mucho más. Los dos hemos querido seguir siendo uno mismo pero en pareja. Se trata de tener un proyecto.

Tener hijos era el proyecto de su época.
Ni tener hijos ni ganar dinero: lo esencial era llegar a nuestra edad y seguir acostándonos juntos. Todo lo demás era una herramienta para conseguir eso. Casi mejor volvamos a la política...

Defíname un outsider.
Es el anómalo, el que mira desde la periferia; alguien que decide vivir la vida como a él le gusta y no como le viene dada, y en esa opción se define como rebelde. El que no se adapta. En términos de colegio, los que suspenden y los sobresalientes. Pero ojo...

¿Con el rebelde de pegote?
Sí, con el toreo de salón.

Usted ha tenido desencuentros.
La independencia es fundamental y va acompañada de la disidencia, y los ismos, sean artísticos o políticos, no la admiten, exigen siempre una disciplina. Yo creo que hay que ser individualista en las ideas y solidario en los actos.

¿Por qué con la edad el pasado mejora?
Una de las mejores pintadas de la transición rezaba: "Con Franco éramos más jóvenes". Con la edad ganas experiencia y pierdes entusiasmo y fuerza.

Es perder mucho.
Mantener el entusiasmo y una dosis de ingenuidad (que en los tiempos que corren es dificilísimo) es muy importante.

¿Y dónde encuentra el entusiasmo?
Normalmente, en casa. Cuando nació mi octavo nieto, uno de sus hermanos, un mocoso, le dijo: "Bienvenido a Madrid", y el otro le corrigió: "Bienvenido a la Tierra". ¡Había en ellos tanto entusiasmo y optimismo! A los niños les parece tan magnífico vivir que hay que contagiarse..., siendo a la vez sanamente escépticos hasta el cinismo.

Es usted un malabarista de muchas pelotas.
La verdad es que somos capaces de asumir muchas incompatibilidades.

¿La vejez convierte en outsider?
Sí, eres desplazado, un parásito que consume y apenas da nada. Hay una frase que no es mía y me sabe fatal porque es genial: "Si crees que la vida te ha tratado injustamente, espera a la vejez". No perder el coraje, aguantar el tipo no es fácil.

Dígame algo bueno de ser viejo.
Desarrollas una capacidad maravillosa de perder el tiempo.

¿Qué merece la pena en la vida?
Conseguir que haya vida después del nacimiento; y creo que eso lo da el amor. Con los años te vas dando cuenta de cómo la amistad es un amor importantísimo. La cosa no tiene remedio, pero si hay complicidades...

La vida se lleva mucho mejor, cierto.
No quiero ponerme lírico, pero le traduciré los tres principios de la termodinámica -que rigen el mundo mecánico y físico- a la vida cotidiana. Son un poco demoledores.

Viniendo de usted...
Primero: usted no puede dejar de jugar esta partida. Segundo: no puede empatar esta partida. Tercero: no puede ganar esta partida. Ya ve, hay que disfrutar con la partida y que los compañeros sean gente agradable.


Pequeños hábitos que lastran nuestra felicidad. Carlos Carabaña. El País.

Lo hacemos casi instintivamente. Recordamos con vergüenza y nos recriminamos la debilidad. Así nos machacamos sin querer.
Desde pequeños nos hacen prestar atención cada vez que hay un problema en vez de cuando pasa algo positivo.
En la Encuesta de Condiciones de Vida del INE un 63,6% de la población valora su satisfacción global con la vida entre los siete y los diez puntos. Buena cifra, pero significa que hay un tercio que no cree que su vida en general merezca más de un seis en felicidad. Lo cual no deja de ser curioso porque al tratarse la felicidad de un estado mental, ¿no debería uno poder influir en él?
“Tenemos unos 4.000 pensamientos al día y el problema es que no los controlamos”, dice la psicóloga María Jesús Álava, directora de una clínica homónima y autora del libro Las tres claves de la felicidad. “Muchos están distorsionados, son catastrofistas y no son objetivos, del tipo 'Nada tiene solución, todo falla, siempre me ocurre lo mismo...' que nos llevan al límite y nos influyen de forma clara en nuestras emociones”. Es decir, el problema no es tanto lo que pasa sino cómo decidimos abordarlo.
Este tipo de pensamientos, en su opinión, causan una serie de hábitos que califica de tremendos. “Nos machacamos sin piedad, principalmente cuando hemos tenido un acontecimiento poco satisfactorio. Y deberíamos hacer justo lo contrario debido a que estamos especialmente débiles y vulnerables. Otro sería recriminarnos y traer a la memoria hechos pasados en los que actuamos de manera poco hábil, ya que el cerebro no distingue el tiempo verbal y los vivimos como si estuvieran pasando ahora, llevándonos a la inseguridad y la insatisfacción”. Para completar la lista: dejar que los demás nos culpen de sus problemas y sufrir por lo que no tiene solución.
Con esta filosofía, la doctora recomienda fijarse más en los hábitos que conviene potenciar.
Aceptar la condición humana, llena de errores;
  • asumir el desconocimiento y la falta de control sobre la vida, sobre todas sus variables;
  • animarnos en los momentos duros;
  • cambiar de actitud;
  • usar el sentido del humor en las situaciones más límite;
  • comprender que las cosas pueden tardar más en llegar de lo que desearíamos...
“Tenemos que desarrollar al máximo el pensamiento lógico, que hay mucha gente que lo tiene atrofiado. La felicidad está en nuestras manos".
Nos machacamos sin piedad, sobre todo cuando estamos débiles y vulnerables. Y nos recriminamos hechos pasados que nos llevan a la inseguridad
Álava reflexiona que el problema puede venir de que una educación centrada en lo negativo –“desde pequeños nos hacen prestar atención cada vez que hay un problema en vez de cuando pasa algo positivo”. Desde su consulta observa que adolescentes y jóvenes son los que cada día acuden más a solicitar sus servicios. “Cada vez tienen menos recursos ante la vida, pero a unos niveles tremendos, rindiéndose a las dificultades, con poca resistencia a la frustración ya que no los hemos preparado para luchar en condiciones de adversidad”. El motivo en su opinión es la sobreprotección.

Con esto en mente, un equipo de psicólogos de su centro, en colaboración con la Autónoma de Madrid, ha desarrollado Gomins, una aplicación para Android e iOs con el conocimiento de los 15.000 casos que asegura haber revisado. “Los juegos están diseñados para reforzar las competencias que necesitan los niños en el presente actual”. Algo que si ocurre desde luego los podrá ayudar en su futura existencia.


divendres, 29 de maig del 2015

COPOS DE NIEVE. Fábula.

Dos pájaros estaban posados sobre una rama durante una nevada, y se pusieron a conversar:
-Dime, ¿cuánto pesa un copo de nieve? -le preguntó el pájaro carbonero a la paloma salvaje.
-Casi nada -fue la respuesta.
 -En tal caso, antes de irme déjame contarte una maravillosa historia -replicó el carbonero-.
Al empezar este invierno me posé sobre la rama de un abeto. No era un duro invierno, y como no tenía otra cosa que hacer, me puse a contar los copos de nieve que se iban asentando en las ramitas y en las hojas de mi tallo. Su número exacto fue 3.741.952. Cuando el último copo de nieve se depositó sobre la rama, sin que nada pasara, esta se partió -dijo el pájaro, y se alejó volando.
La paloma estuvo reflexionando un rato sobre esa historia y por fin se dijo:
-Quizá sólo lo haga falta la voz de una persona más para que la paz llegue al mundo.
Así como los copos de nieves son la suma de un invierno, los valores, la conductas son la suma para ser un buen líder y ser humano.

No sabía qué ponerme y me puse feliz. Raquel Aldana. La Mente es Maravillosa.

Yo me levantaba cada mañana con la esperanza de que algo cayera del cielo. Sonrisas, amores eternos, viajes espectaculares, sueños cumplidos, satisfacciones personales… Sin embargo, día tras días crecía mi desesperación al ver que nada cambiaba.
Entonces me di cuenta de que, a mi manera y sin darme cuenta, estaba ensuciando cada oportunidad, empañándola de espera y olvidando la acción.
Así que, un buen día, decidí empezar a aceptar mis emociones y mis esperanzas. Sin dolor ni enfrentamientos ni cárceles emocionales. Simplemente comencé a cultivar mi paciencia y mi capacidad de reflexión.
Me levanté un día y, como no sabía qué ponerme, me puse feliz. Es mi vestido de la suerte, mi traje de gala.

No podemos pedir peras al olmo.
Cualquier día es bueno para hacerlo. Pero.., es cierto que todo tiene su momento en la vida. No podemos pedir peras al olmo, hay que estar preparados.
Ocurre que cuando ya has sufrido lo suficiente te planteas qué estás haciendo mal. Entonces te das cuenta de que el tema es bastante simple. Tú no puedes ser feliz si estás peleándote contigo mismo constantemente. Porque es precisamente ese combate interior el que te destruye.
Me cansé de escuchar eso de “es una tontería”, “no merece la pena”, “anda, deja de llorar”, “es hora de que aprendas que la vida es dura”, “no tienes motivos para estar así”
Pero.., ¿qué está pasando? ¿Es que la gente no se da cuenta de que es perfectamente normal estar triste cuando algo no nos va bien? ¿Es que hay que ir con la sonrisa puesta en la cara aunque estés destruido por dentro?
Pues, perdonad, pero no todo en la vida es blanco o negro.
Yo admito los grises, los rosas, los amarillos y cualquier otro color.
Es el momento de que entendamos que todas las emociones tienen una función en nuestra vida. Y, esa función, no es empañar nuestros cristales y hacernos imposible ver cómo amanece. No y no. Rotundamente no. Su objetivo es ayudarnos a crecer y a comprender este lugar llamado mundo.
Sentirse bien se ha acabado convirtiendo para todos nosotros en una obligación. Una triste y agotadora obligación. Porque si estamos mal y nos sentimos forzados a sentirnos mejor y no lo conseguimos, terminaremos por sentirnos peor.
Es un círculo vicioso que nos hará sentir torpes, culpables y desgraciados. Esto nos hunde en un pozo de mayor negatividad por no saber cómo conseguir lo que nos proponemos. Además es que los problemas se hacen aún más grandes en nuestra mente cuando reforzamos la obligación de sentirnos bien y de “dejar de preocuparnos”. Es una espiral de culpabilidad.
Es una verdadera locura imponernos sentimientos y emociones. Ellos están ahí para algo, o los tomamos o los dejamos. Si elegimos la opción de tenerlos en cuenta nos enseñarán cosas maravillosas para ser felices en nuestro día a día.
Sin embargo, si caemos en querer apartarlos de nosotros, entonces acabaremos en un túnel sin salida.
“La sabiduría es el arte de aceptar aquello que no puede ser cambiado, de cambiar aquello que puede ser cambiado y, sobre todo, de conocer la diferencia.”

Ser feliz no es estar alegre todo el día
Obviamente, la alegría es un ingrediente básico para obtener un buen postre de felicidad, pero no es ni el único toque ni el imprescindible. Os podría contar miles y miles de teorías y experiencias que hablan de la felicidad. Pero seguiríamos sin saber a qué tiene que sabernos esa mezcla de ingredientes.
¿Qué es? ¿Una meta? ¿Un camino? ¿Un grado de sabiduría? ¿La paz? En realidad nadie sabe qué es pero los que de verdad la sienten hablan de aceptar y de fluir. Son estos conceptos los que nos llevan a darnos cuenta de que vamos por mal camino.
Buscamos que la felicidad caiga del cielo mientras peleamos con nuestra realidad. Las personas, en este sentido, somos poco inteligentes.  Realmente las cosas van mejor cuando dejamos que sucedan, que nos enriquezcan y que nos aporten lo que han venido a aportar a nuestra vida.

Así que, quizás, lo que tenemos que hacer es abandonar el combate que nos destruye, aceptar el dolor como una parte inevitable de la vida y comprender que la paz solo llega cuando no existen frentes abiertos con nosotros mismos.


dijous, 28 de maig del 2015

HAZME REIR. Isabel Larraburu. La Vanguardia.

El humor es la mejor protección contra el dogma, la arrogancia, la rigidez e incluso la desesperación. El sentido del humor siempre mantiene la posibilidad de ver las cosas de otra forma. (Edward de Bono, autor del concepto “pensamiento lateral”)
En el bar de copas se encuentra un corrillo de jovencitos de ambos sexos en gustosa compañía.  Sobresale de entre el murmullo una potente voz masculina contando cuentos de risa. Las carcajadas provienen de voces femeninas de diversos registros. Observados desde una perspectiva aérea, se diría que se trata de un pavo real desplegando su colorido plumaje mientras las gallinitas se revolucionan alborotadas y ruidosas a su alrededor en devota admiración.
La cualidad “sentido del humor”  ha vivido una recalificación en el ranking de las virtudes de un posible compañero elegible. Tanto es así que se dice que en los anuncios personales en EEUU, se utiliza un acrónimo: GSOH,  cuyo equivalente en castellano sería GSDH (gran sentido del humor), como virtud a publicitar. Pareciera que a la vista de que hombres y mujeres se van pareciendo cada vez más tanto en necesidades como en gustos, el sentido del humor ha pasado a considerarse un atractivo que puntúan ambos sexos por igual. No obstante, mujeres y hombres siguen difiriendo en el uso y la apreciación del humor: mientras la mujer busca a un compañero que le cuente buenos chistes, el hombre, mayoritariamente, desea una compañera que le ría los chistes. Claro que no hacía falta que la ciencia demostrara algo tan pedestre. El humor en la atracción sexual.
No obstante, los psicólogos investigadores, como siempre quitándole parte de la gracia a la cosa, intentan poner bajo el microscopio las conductas, los pensamientos y las emociones humanas. El sentido del humor no ha sido muy estudiado hasta ahora, pero en eso andamos.
Eric Bressler, de la Universidad McMaster de Canadá, investigó el valor que se le concede al humor en la búsqueda de pareja a largo plazo.  El investigador concluyó que las mujeres buscan a un compañero que sea un “generador” de humor, mientras que los hombres buscan a una “apreciadora” del humor.
Otro investigador y experto en humor, el profesor de lingüística, Don Nilsen afirma que muchos hombres pueden sentirse cohibidos ante una mujer divertida, por temor a ser algún día un miserable objeto de su afilada lengua. Sobre todo si se trata de casarse con ella. Según concluye en sus estudios, los hombres divertidos son considerados atractivos porque tienden a ser creativos y con un estilo no cuadriculado de pensamiento. Tienden a utilizar la “doble visión”, es decir, la capacidad de entender el punto de vista del otro. Las dos cualidades, por supuesto, muy apreciadas por las mujeres. Por otra parte, matizando el hecho de que el hombre no busque a una mujer divertida como compañera, afirma que los hombres que las aprecian suelen ser hombres más seguros de sí mismos, más maduros y más cultos que el hombre promedio. Valoran positivamente a sus compañeras y no se sienten intimidados por ella. Advierte, asimismo, que si una mujer encuentra a un compañero que aprecie su sentido del humor, tiene una buena medida de la autoestima que lo adorna y su capacidad potencial para el compañerismo.
Por último, John Gottman experto en relaciones de pareja, añade que el humor funciona como reductor de la tensión y del conflicto y favorece la buena salud de una pareja a largo plazo. Un marco mental juguetón y divertido es un activo protector de la pareja, aún cuando los dos no coincidan sobre lo que es divertido o no.

EL SENTIDO DEL HUMOR
Contar chistes con gracia es solo una parte de la cualidad llamada sentido del humor. El humor como atributo de la inteligencia o como percepción libre de condicionamientos previos ha sido tradicionalmente relegado en todos los estudios sociales “serios”. Se le ha excluido del repertorio de los valores fundamentales de la sociedad. Se ha considerado sacrílego e inaceptable para las religiones dogmáticas  basadas en la fe, como el cristianismo y el islam. 
Todas estas circunstancias le han convertido en un objeto de estudio relativamente abandonado, nuevo dentro del ámbito de la psicología positiva. Esta última se define como el estudio de las emociones, estados e instituciones positivas (ver el magnífico trabajo de Begoña Carbelo y Eduardo Jáuregui en “Papeles del psicólogo”, enero 2006). Estos mismos autores afirman que, desde el punto de vista de la psicología positiva, el sentido del humor no es  un mero remedio para prevenir o ayudar a superar la enfermedad, sino una virtud que fomenta un mayor bienestar y disfrute de la vida e incluso el crecimiento hacia una mayor humanidad y plenitud. Hacen notar que en algunas culturas se considera que un sentido del humor positivo es tanto el resultado como la causa de un elevado nivel de sabiduría o madurez emocional. Jáuregui apunta que en las disciplinas místicas de oriente, una disposición risueña se juzga como atributo de una persona altamente desarrollada. Las paradojas zen, por ejemplo, fuerzan al practicante a confrontar el absurdo para superar las limitaciones del lenguaje y el pensamiento para lograr un momento de iluminación mediante la risa.
Para el investigador Vassilis Saroglou, en su trabajo sobre el sentido del humor y las religiones, de entre las 10.000 existentes en el mundo, las religiones monoteístas basadas en la ortodoxia y la fe, tienden a fomentar la rigidez mental y a suprimir el humor. Por otro lado, religiones como el budismo y taoísmo, que no requieren doctrinas o fe, y que a su vez cuestionan la experiencia ordinaria, animan a sus seguidores a pensar de formas distintas e inexploradas, lo cuál las hace bastante compatibles con el humor.

UNA MIRADA TANGENCIAL.
El humor en su sentido amplio sería el resultado feliz y exitoso de tres elementos, según apunta el psicólogo y experto en humor terapéutico Steven M. Sultanoff.
El ingenio como experiencia derivada del pensamiento.
La alegría como experiencia emocional.
La risa, como experiencia fisiológica.
Aunque pueden ser vividos por separado, cuando se experimentan a la vez, crean, sinérgicamente, la conjunción ingenio/alegría/risa que conforma el humor. La experiencia del humor sería una interrelación de estos tres elementos que atañen pensamiento, emoción y fisiología.
El ingenio modifica el proceso cognitivo, es decir, lo que percibimos, apreciamos o pensamos sobre las situaciones que estamos viviendo. El chiste es un ejemplo de cómo el ingenio cambia inesperadamente una línea de pensamiento. En un chiste, la persona es dirigida hacia un sendero hasta que se la desvía por obra de la creatividad hacia otro sendero tangencial mediante un salto inesperado. El ingenio promueve la búsqueda de explicaciones alternativas, lo cual es un signo saludable en el proceso de pensar y potencia la creatividad en la solución de problemas. Obliga, a su vez, a contemplar otras perspectivas y salir de los patrones habituales y esperados.
El humor conduce a una emoción positiva, al contento. La alegría es una emoción poderosa para solapar emociones negativas, ya que es temporalmente incompatible con ellas. Es imposible estar contento al  tiempo que irritado, resentido o enfadado.
La  risa modifica la fisiología y afecta la bioquímica. Se la ha descrito como el “fitness” de los órganos internos. Entre los beneficios de la risa, se ha demostrado que favorece el incremento de anticuerpos y reduce el nivel de las hormonas del estrés. La risa es el elemento fisiológico/bioquímico del humor.

ESTILOS DE HUMOR
Rod A. Martin, psicólogo de la Universidad de Western Ontario, ha estudiado la manera cómo se emplea el humor en las relaciones sociales. Para él, éste no siempre indica habilidad social y bienestar personal. A veces puede revelar problemas de personalidad. Es una espada de doble filo. Tanto puede facilitar las relaciones sociales como ser corrosivo, destructor de la autoestima, o agresivo con los demás. El modo cómo el humor es empleado habla mucho de una persona.
Humor despreciativo. Se emplea para criticar y manipular a los demás mediante la burla, el sarcasmo o el ridículo. Cuando se encara a los que utilizan este tipo de humor, el chistoso suele defenderse diciendo que es solo una broma, evitando así la responsabilidad. Este tipo de humor suele afectar negativamente las relaciones personales.
Humor conciliador. Los que emplean este humor son gente con la que apetece estar; dicen cosas divertidas, cuentan chistes, son ingeniosos y aligeran el ambiente. Son considerados cálidos, buena gente y terrenales. Además saben reducir tensiones en las situaciones incómodas.  Asimismo, saben reírse de sus propios fallos.
Humor auto despreciativo. Estos son los graciosos que se colocan en la mira de la burla de los demás. Suele ser personas que desean congraciarse con los demás a costa de sí mismos. Son los payasos de la familia, o el “gordito” divertido. Ponerse a disposición de los demás para ser humillado erosiona el auto respeto y puede enmascarar ansiedad y depresión.
Humor vital. Estos son aquellos que se suelen admirar porque no se toman demasiado en serio a sí mismos. Más que una manera de relacionarse con los demás, es una visión que colorea la percepción del mundo. Las personas con este tipo de humor lo despliegan para afrontar los desafíos, dando un paso atrás para reírse de lo absurdo de la vida cotidiana.  Los estudios que asocian el sentido del humor a la buena salud, miden probablemente este fenómeno. Con una perspectiva de este tipo, es difícil estar ansioso o irritado por mucho tiempo. Martin denomina este tipo de humor como “auto estimulante”, porque no se necesita a los demás para lograrlo. Si sucede algo peculiar o sorprendente, la persona es capaz de reírse sola.

"La pareja no le gusta a nadie; tampoco a Dios". Carmine Saccu. La Contra de la Vanguardia.

Carmine Saccu, doctor en medicina y cirugía, neuropsiquiatra infantil
76 años. Nací en Cerdeña y vivo en Roma. Creé y dirijo la Escuela Romana de Psicoterapia Familiar que tiene diversas sedes en Italia. Me he casado dos veces y tengo dos hijos. La libertad de hablar es el gran valor en la política y en la familia. Creo en una inteligencia universal

JUGAR A PELOTA
Goza de un excelente humor y una mirada compasiva. Lleva 40 años dedicado a la terapia y está reconocido como un gran experto en problemas de la adolescencia. En sus sesiones las familias juegan a pelota, a guerra, cantan juntos. Mientras, la aguda mirada de Saccu, entre broma y bronca, va señalando el dolor donde lo hay. Ahora, ya retirado de su cátedra en la Univeisidad de la Sapienza en Roma, se dedica íntegramente a formar nuevos psicoterapeutas famliares en las escuelas que creó en diversas ciudades de Italia. Ha venido invitado por el Centre Horta de Terapia Familiar de Barcelona a impartír un seminario sobre maltrato infantil.

Cuál es el problema más común en las familias?
La familia tiene un proceso de crecimiento desde que se crea la pareja hasta que los hijos se van, pero a menudo ese proceso se detiene, se ralentiza.

ExplíquemeJo con un ejemplo.
Si una madre se deprime cada vez que un hijo se va, al hijo lo atrapa el sentimiento de culpabilidad.

Una lealtad invisible.
Sí. Otros escapan y por temor a no poder volver a salir no regresan. De hecho uno pasa de adolescente a joven adulto cuando puede alejarse y acercarse a la familia sin temor, eso es la libertad.

¿Es necesario pasar por la rebeldía?
Sí, lo que pasa es que los padres se espantan, quieren que el niño o la niña sea el que era. Pero si el adolescente no puede rebelarse lo hará de adulto con su pareja.

¿Cuál debe ser la postura de los padres?
Evitar que triunfe la táctica de César, el divide y vencerás. Cuando los padres hacen frente común el chico puede entender que no es omnipotente.

¿Es la edad del ego desbocado?
Sí. Piensan que los padres son unos viejos y su visión del mundo ya no les sirve; eso les ayuda a expandirse pero al mismo tiempo les asusta. Es la época del "cógeme que si no me pierdo", necesitan contención.

La familia ha cambiado mucho desde que usted empezó hace 40 años.
De la familia patriarcal en la que abuelos, hijos y nietos convivían; pasamos a la familia nuclear (papá, mamá e hijos), y ahora estamos en el modelo americano.

¿Cómo es ese modeló'
Padres divorciados que se vuelven a casar, hijos, hijastros, hermanastros. Pero para la estabilidad de los niños lo importante no es la separación sino como se realiza. Pedirle a un hijo que tome partido es dañarlo.

También hay mucha madre sola criando hijos.
Ahí vemos un mito que se repite, probablemente su madre y su abuela, aunque por distintas razones, acabaron criando solas a sus hijos, y eso hay que elaborarlo.

¿Tendrán más problemas esos hijos?
No. Hay familias aparentemente estupendas en las cuales los padres tienen una pelea interiorizada que no se expresa, y eso el hijo lo acusará toda la vida. El problema siempre es la posibilidad de comunicación.

Cuénteme.
Si los padres no se comunican, los hijos, que lo perciben todo sin saber ponerle palabras, se sienten inseguros, temen perder el amor de alguno de sus padres y acaban tomando roles equivocados en la familia.

¿A qué se refiere?
Que no pueden ser ellos mismos si tienen que estar pensando en qué es lo que pasa en casa, y eso les repercute en todos los ámbitos de su irida, especialmente en las relaciones con otros niños en la escuela.

La familia de padre, madre e hijo, ¿no es demasiado pequeña?
Estamos viendo lo que ya viven en China, que el hijo se convierte en el emperador de la casa. El va delante, padres y abuelos atrás. El adulto pierde el poder real y lo toma el chico. Permítame que haga un poco de broma para contarle algo muy serio.

Adelante.
En la simbología cristiana el triángulo equilátero representa a Dios padre, hijo y espíritu santo. No puede haber peleas porque hay equidistancia. No hay lugar para celos ni alianzas. Pero Adán y Eva, desobedeciendo a Dios, crearon un triángulo isósceles, en el que dos están cerca y uno lejos.

Dejaron a Dios lejos, ahí fuera.
Sí, y no le gustó, así creó el undécimo mandamiento que Moisés olvidó en el Sinaí: "La pareja no le gusta a nadie. Tampoco a Dios”. ¿Por qué cree que Dios nos envió a Edipo? Desde que uno nace tiene en su inconsciente la idea de echar al rival: madre o padre.

¿Y cómo se ejecuta ese disgusto?
Todo el rato y de mil maneras. El chico se levanta porque tiene miedo a los fantasmas, ¿y cómo acaba la cosa?... O bien la madre se va a dormir con el niño y el padre se queda solo, o bien el niño se mete en la cama entre los padres.

Típico.
La pareja no le gusta a nadie porque se quieren, hacen sus planes, alejan en cierto modo a los demás, así que tanto sus retoños como los abuelos de estos intentarán separarla, es decir: que sólo ejerzan de pareja parentaL

¿Cómo proteger a la pareja?
Siendo pareja y haciendo cosas de pareja: Escapándose solos a Venecia o a París, saliendo como mínimo una noche a la semana.., pero sin hablar de los niños porque hay parejas que sólo les falta poner la foto de los hijos junto a la botella de vino.

Ya.
En Italia muchas mujeres siguen llamando "mio bambino" a su hijo de 30 años, el marido tiene un papel periférico. Hay que mantener siempre el lugar de la pareja vivo por el bien de todos, pero hoy la tendencia es ser padre y madre al cien por cien, y así dejan de ser hombres y mujeres.