Muchas personas piensan que “ser alguien
independiente” quiere decir tener el suficiente dinero como para no
depender de nadie (pareja, padres, hijos, etc). Otros indican que la
independencia se adquiere al poder elegir qué hacer sin pedir permiso a los demás.
Ambas definiciones son correctas pero también pueden combinarse en algo que se
adapte mejor a lo que realmente quiere decir “ser independiente”.
Ganar mucho dinero (o el
suficiente para subsistir) a veces es algo relacionado a la necesidad
y no tanto a la voluntad.
Además, la autonomía debería ir más allá del saldo que tenemos en nuestra
cuenta bancaria o el efectivo en nuestro bolso. Si puedes pagar tus gastos
¡Enhorabuena! Pero eso no es lo único que necesitas para ser netamente
independiente.
En realidad, la autonomía está
más relacionada a la capacidad de controlar tu vida: saber hacia
donde ir, no esperar que los demás te digan qué hacer, etc. También la
independencia tiene que ver con tus capacidades para solucionar las cosas, tus
aspiraciones y objetivos, tus habilidades para hacer tus tareas por ti mismo
sin precisar la ayuda de los demás, la manera con que miras el futuro, etc.
Si estás llegando a cierta
etapa de tu vida donde no sabes si eres o no independiente o te gustaría
desligarte un poco de quiénes te rodean, es un buen momento para prestar
atención a los aspectos fundamentales que definen a una persona autónoma.
¿Cómo
ser alguien independiente?
Para convertirte en un adulto
con la autonomía suficiente como para hacer lo que deseas y no depender de nada
ni nadie, sería bueno que:
- Cuides más de ti, tanto en lo físico como en lo mental y en lo
emocional.
Si no te respetas a ti mismo, es imposible que disfrutes de una vida plena. Por
lo tanto, si tu mente y tu cuerpo no se encuentran en un buen estado será más
probable que te enfermes, estés de mal humor y sobre todo, dependas de quiénes
te rodean.
- Seas disciplinado. Esto es realmente importante porque
el orden y el hecho de ser estrictos con nosotros mismos nos ayuda a hacernos cargo
de las situaciones. No hay que dejarse llevar por las emociones.
Cuenta con una fuerza de voluntad tal que te permita salir airoso de cualquier
situación. Lo correcto es mirar lo que ocurre en el presente pero sin descuidar
el futuro ni dejar de recordar las enseñanzas del pasado.
-Confíes en ti mismo. Este es un paso fundamental para ser
independiente. Si crees en tus habilidades, capacidades y virtudes, será más
sencillo que continúes caminando por el camino hacia la concreción de tus
sueños y deseos. Pero atención, esto no quiere decir inventarnos que somos
buenos en algo que no es cierto, sino en ser lo más objetivos posible y
reconocer qué cosas hacemos bien y qué debemos mejorar.
- Sientas el “gusto” a la vida. Las personas que dependen de
otros para ser felices no conocen las bondades de vivir. Las decisiones que
toman siempre tienen que ver con los demás, no con ellos mismos. Si bien ser
independiente no quiere decir ser egoísta, quizás es necesario prestar más
atención a los
sentimientos propios y a encontrar “la sal de la vida” en cada
situación. Puede estar en tu profesión, en un deporte, en una tarea en
particular, en servir al prójimo, en la religión o en hacer lo que te gusta.
- Procures encontrar el “medio vaso lleno”. Una de las
características que todas las personas independientes deberían tener es el optimismo.
Claro, saber que la vida es buena aunque las cosas parezcan salir mal, pero
también ser capaces de alegrarnos por los pequeños detalles diarios.
En definitiva, la suma de
millones de granos de arena es la que construye una playa. Lo mismo nos ocurre
a nosotros con lo que nos pasa y lo que tenemos. Sé más agradecido de lo que
tienes y no pierdas el tiempo ni las energías en lo que no tienes (o en quejarte
por ello).
- Te auto-motives. El hecho de ser independiente
significa que si bien los demás pueden dar su opinión y ayudarte en cierta
actividades, tú eres el capitán de un navío llamado “vida propia”. Nadie te dará
palabras de aliento si tu no lo haces. Busca la auto motivación que sea más
eficaz para ti.
Recuerda que para conseguir la
independencia que tanto deseas es preciso que creas en ti, que mejores por ti,
que crezcas y que encuentres lo que a ti te hace falta. Nadie hará nada por ti
porque, como dice Jorge Bucay “La existencia no admite representantes”.
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