Hay una frase perfecta que deberíamos tener muy presente cuando surgen problemas e indecisiones y no sabemos cómo responder a ciertos desafíos. La frase, que pertenece a la película “Alguien voló sobre el nido del cuco", forma parte de la escena en la que Jack Nicholson (el protagonista) intenta arrancar una fuente de agua para estrellarla contra una ventana y alcanzar la libertad. Uno de los pacientes le advierte:
- "No seas estúpido. No se puede hacer eso." Y él contesta:
- "Yo sí puedo, todo es posible." y añade: “Este mundo es de los fuertes amigo…”
Fuerza su cuerpo hasta el extremo durante unos minutos y con las venas asomando en su cuello se percata de que nunca va a poder mover aquella maldita y pesada fuente.
- "¿Lo ves? te dije que no podrías hacerlo."
Y ese excelente actor que es Nicholson, les mira a todos y les dice la frase de hoy:
- “Al menos lo intenté, ¿vale?... al menos lo intenté."
El espíritu siempre ha de ser ese: intentarlo. Incluso si se trata de 'imposibles', se han de intentar, porque es preferible la constatación de lo inviable, que la agónica y eterna pregunta de qué hubiera sido de haberlo intentado.
Seríamos seres muy limitados si nos conformáramos con ejecutar lo que ya ha sido resuelto y superar lo mil veces ya rebasado. De vez en cuando tenemos que ponernos a prueba e intentar atrapar nuevos retos y expectativas, tal vez muy por encima, a priori, de lo que pensamos son nuestras capacidades, pero que nos harán mejores mientras las perseguimos. La vida satisfactoria se compone de muchas cosas y, entre ellas, tantear algo nuevo.
El que lo intenta nunca pierde, pierde el espectador incapaz de afrontar un solo riesgo temeroso de perder. Pierde el pusilánime presto a la critica, pero de tan escasa resistencia que no le da para arriesgarse. Débil es el que no intenta, valiente es el que fracasa. En la vida lo increíble es cotidiano y lo imposible puede ser posible... si lo intentamos.
"Alguien voló sobre el nido del cuco" (curiosidades)
Las principales opciones para el papel protagonista masculino eran originalmente Marlon Brando o Gene Hackman. Ambos lo rechazaron y ambos lo lamentaron tras el tremendo éxito del filme.
Fue la segunda película que consigúió el llamado "grand slam" de los Oscars: Mejor película, director, guión, actor y actriz principales; tras "Sucedió una noche", dirigida por Frank Capra en 1934, cuarenta años atrás.
Jack Nicholson y Milos Forman tuvieron varias peleas durante el rodaje a causa de las famosas "diferencias creativas". La cosa llegó a tal extremo que Nicholson abandonó el rodaje durante dos semanas para alejarse del director checo. Cuando regresó, se negó a dirigirle la palabra y durante el resto de la producción el director de fotografía tuvo que hacer de intermediario entre ambos.
El filme se rodó en un verdadero hospital psiquiátrico, en Oregón. Muchos de los pacientes que aparecen en la película eran enfermos auténticos que participaron en ella sin saberlo. Esta situación dio lugar a numerosas anécdotas ya que, a la hora de la comida, la cena o de ir a la cama, los celadores no distinguían a los pacientes de los actores.
La frase que da título al libro y a la película proviene de un proverbio: "Uno voló hacia el este, uno voló hacia el oeste, y uno voló sobre el nido del cuco", que significa que cada cual es dueño de seguir su destino en diferentes direcciones de las de los demás.
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