Decía Shakespeare que “estamos hechos de la materia de nuestros sueños”
y quizá tenga razón. Con nuestros sueños construimos futuros y vamos dibujando
nuestras decisiones para poder alcanzarlos. Los sueños son nuestra brújula,
pero esta no sirve por sí sola para realizar una travesía. Hacen falta recursos,
aunque sea de tiempo, arriesgar, cruzar acantilados que unen lo real con lo
deseado y, a veces, la ayuda de otras personas. Y además de todo lo
anterior, requieren de una gasolina especial: nuestra pasión y nuestra fuerza
para despertar ese ser nuestro invencible, que no “hay quien lo pare”, como dice Mario Alonso Puig, escritor y
conferenciante. Esa misma pasión que ayudó a Steve Jobs a levantarse de las múltiples caídas, como reconoció
poco tiempo antes de morir.
Cuanto más nos enamore nuestro sueño,
más capacidad tendremos de seducirnos y de arriesgarnos en ese acantilado que a
veces puede parecer un foso con cocodrilos en forma de miedos. Por ello, necesitamos
sueños que nos cautiven, que nos despierten por dentro. Sin olvidar que ayudar
a otros es también un bonito sueño, que nos hace especialmente felices, como se
demostró en la Universidad de Israel. Uno de los colectivos que generalmente
reciben ayuda son los discapacitados mentales. En dicha universidad se
desarrolló un proyecto distinto: se pidió que fueran ellos quienes ayudaran a
otras personas. Pasadas varias semanas, se comprobó que sus índices de
satisfacción personal habían incrementado considerablemente. No cabe duda que
ayudar a otros nos da alas para sentirnos más plenos, por eso, nuestra
felicidad no solo se ha de basar en conseguir nuestros sueños sino en ayudar a otros
a que también los alcancen. Pues bien, con esta filosofía, tenemos
una aplicación para móviles, ‘Feeldreams’,
- www.feeldreams.org -, gratuita y
sin ánimo de lucro, que nos permite hacer una radiografía de la materia de
nuestros sueños y, por qué no, de ayudar a otros. Y el padre de la criatura es,
cómo no, un soñador.
Jesús
Vega
ha sido capaz de atravesar múltiples “acantilados” en su propia vida personal. Fue
director de Recursos Humanos en Inditex y dejó todo para dar la vuelta al mundo
con una mochila. Años después, se ha lanzado a crear una aplicación, que tal
como la define su creador, “sirve para prestar atención a las pocas cosas que son
importantes en la vida: que se cumplan
nuestros sueños”.
‘Feeldreams’ lleva
poco tiempo en el mercado pero ya recibe los sueños de más de cuatro mil
personas de diferentes partes del planeta. Lo bonito de esta app es que está
basada en la colaboración. Cada usuario puede incluir su sueño, y son los demás
usuarios los que le ayudarán a conseguirlo. Cuanto más ayuda proporcione cada
usuario a otras personas, aumentará proporcionalmente su ‘karma’, y sus deseos se harán
más visibles a los demás.
Esta iniciativa nos ofrece datos muy
curiosos que nos ayudan a conocer con qué soñamos, ya que divide en categorías
nuestros sueños. ¿Y con qué lo hacemos? La formación y el empleo ganan la
puntuación con un 24 por ciento. Muchos mensajes se dirigen a conseguir un
trabajo mejor o a estudiar fuera del país de origen. El siguiente grupo ganador
son los viajes, con un 11 por ciento; seguido de dejar una huella social y
mejorar nuestro ocio, con un 10 por ciento. Termina el ranking el amor (9%); la
aventura (8%); el arte y cultura (8%); los deportes (6%) y el resto, otros. Por
tanto, no es de extrañar que en una situación de crisis o de salida de la
misma, las personas que no tengan trabajo lo anhelen, muy por encima de cualquier
otro sueño. Así pues, parece que la materia de nuestros sueños tiene un punto
de partida importante: en la medida que podamos cubrir necesidades básicas,
seremos capaces de dejar nuestra imaginación volar con más fuerza.
En definitiva, todas las personas
tenemos la capacidad de soñar, es algo que rejuvenece nuestra alma. En la medida que nos
ilusionemos con nuestros sueños, podremos encontrar la fuerza para tomar decisiones;
y en la medida que ayudemos a otros, podremos sentirnos mucho más satisfechos con
nosotros mismos.
Ojala
todos nos atrevamos a verbalizar nuestros sueños y a tener el coraje de
atravesar los acantilados que nos separan de ellos.
Un maravilloso descubrimiento tu blog, lo iré leyendo con tranquilidad... de este artículo me quedo con la frase de "todas las personas tenemos la capacidad de soñar, es algo que rejuvenece nuestra alma".
ResponEliminaEs algo que no podemos permitirnos olvidar.
¡Gracias!