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dijous, 26 de setembre del 2013

Querido diario. Jordi Jarque. La Vanguardia.

Plasmar en un cuaderno o en un blog las vivencias del mundo emocional, las dolencias o las frustraciones es una buena herramienta que ayuda a gestionar dichas circunstancias. Hay claves para que resulte beneficioso.
¿Por qué debería escribir un diario, desnudar mis intimidades en unas páginas en blanco con la amenaza de que alguien lo abra y lo lea? Es una pregunta que en ocasiones aparece en la consulta, comenta la psicoanalista Esther López. No es extraño que quien ande indagando en su mundo emocional, plasme en ocasiones sus vivencias en un diario. Incluso algunos psicólogos lo sugieren como un instrumento más del proceso anímico porque ayuda a reordenar la psique. Pero no resulta fácil exponerse, porque lo que se escribe en la intimidad, algún día sale a la luz. Aunque desde los últimos años también se va expandiendo el fenómeno de los blogs en internet, donde hay quien a modo de diario refleja vivencias íntimas que sacuden a más de un lector. ¿Qué aporta escribir un diario, sea en la intimidad, sea a la luz pública?.
Algunos expertos no dudan de los efectos beneficiosos que tiene escribir un diario, no sólo emocionales sino que aseguran que también hay una incidencia positiva en la salud física. Según Gillie Bolton, investigadora del King’s College de Medicina y Arte de la Universidad de Londres, cuando se está escribiendo un diario "aumenta la confianza en uno mismo, se potencian los sentimientos de autoestima y motivación para la vida. De alguna manera permite explorar áreas cognitivas y emocionales que no siempre son accesibles". Desde el King’s College se asegura que, gracias al diario, "podemos mejorar nuestra salud, es decir, que no se trata ya sólo de un medio para hacer frente a momentos difíciles, sino de una herramienta para mejorar sin necesidad de estar mal para hacerlo. El diario aumenta la capacidad de autocuración del organismo. Quienes escriben un diario superan antes procesos infecciosos y cicatrizan antes las heridas".
María Ángeles Molina, psicóloga, directora y fundadora de Psinergía, recuerda que en la Universidad de Texas (EE.UU.) se realizaron varias investigaciones en las que se concluyó que escribir contribuye a reducir el estrés mental, reforzar la autoestima e incluso el sistema inmunológico. "En definitiva, se pueden conseguir beneficios tanto a nivel psicológico como físico. Se puede llevar a cabo como complemento dentro de un proceso psicoterapéutico o como una herramienta de autoayuda sin intervención psicológica". En cualquiera de los casos resulta beneficioso. En este mismo sentido, Maria Konnikova, psicóloga en la Universidad de Harvard (EE.UU.), autora de ¿Cómo pensar como Sherlock Holmes? (Paidós), también habla de la conveniencia de llevar un diario, y explica el caso de una amiga suya que sufría migrañas desde hacía años. "Con el tiempo empezó a reconocer los primeros síntomas para irse corriendo a buscar la habitación oscura más cercana y tomarse una buena dosis de fármacos antes de que le invadiera el pánico". Esto era así hasta que cambió de médico de asistencia primaria. "Durante la habitual charla de presentación mi amiga se quejó, como siempre, de sus migrañas. Pero su nuevo médico, en vez de asentir compasivamente y recetarle más medicamentos como habían hecho todos los que le precedieron, le hizo una pregunta: ¿Había llevado alguna vez un diario de las migrañas? Mi amiga se quedó desconcertada". Maria Konnikova sigue explicando que cuando se lo comentó, ella también no manifestó gran entusiasmo con este nuevo enfoque. Pero como no tenía nada que perder aconsejó que siguiera adelante con la propuesta del médico. Los resultados asombraron a las dos porque tuvo sus efectos positivos, no de manera absoluta, pero sí al menos empezó a controlar algunos desencadenantes. No fue por arte de magia, no. Sencillamente el médico le sugirió que anotara sobre todo las horas de inicio de la migraña, la hora de cese, signos de alerta, horas de sueño, qué había comido ese día, qué había bebido… y algunas otras indicaciones. Pronto descubrió que en su caso tomar té negro, comer queso, dormir poco o beber alcohol, además de las situaciones estresantes, antecedían la crisis. "No todo el mundo padece migrañas –comenta Maria Konnikova– pero todos hacemos elecciones, tomamos decisiones, le damos vueltas a problemas y dilemas, y lo hacemos cada día".
La psicóloga Jennifer Delgado comenta el resultado de otra investigación realizada por el actual responsable del departamento de Psicología de la Universidad de Texas, James W. Pennebaker. "Corría el año 1994 cuando un empleado que llevaba más de 30 años trabajando en una empresa de ingeniería electrónica entró en la oficina de su jefe. Este le agradeció el tiempo y el esfuerzo dedicado y le regaló un bolígrafo rosado. Cien personas más pasaron el mismo ritual de despido. Posteriormente, el psicólogo James W. Pennebaker se las ingenió para reclutar a más de la mitad de estas personas para realizar un sencillísimo experimento que se extendió durante varios meses". Pennebaker, según cuenta Jennifer Delgado, jamás había trabajado con un grupo de personas tan hostiles y amargadas. El psicólogo le pidió a cada uno de los participantes que pasasen 20 minutos de su día escribiendo en un diario. Algunas personas fueron instruidas para que escribieran qué hacían en el día, un segundo grupo para que escribiera sus sentimientos acerca de su cotidianidad y la pérdida del trabajo, mientras que a un tercer grupo no se le brindó ninguna instrucción. Curiosamente, las personas que pertenecían al segundo grupo (aquel que fue instruido para escribir en el diario sus sentimientos acerca de la pérdida del puesto) mostraron una recuperación emocional notable en relación con sus compañeros de despido; pero, además, más de un cuarto de ellos encontraron un nuevo empleo si bien casi todas las personas pasaron el mismo número de entrevistas. "Desde este momento, se han desarrollado un gran número de investigaciones que demuestran el papel terapéutico de un lápiz", añade Jennifer Delgado.
María Ángeles Molina detalla estos beneficios. Por una parte, quienes se deciden a crear su propio diario terapéutico se regalan un espacio y tiempo para posibilitar la introspección, con lo que a la larga "ganan en autoconciencia, autoconocimiento y autoestima, además de incrementar la comprensión hacia sí mismos". Esta experta asegura que escribir un diario proporciona un mayor compromiso respecto a los procesos que cada uno haga sobre sí mismo, se tienen más presentes los cambios, los descubrimientos, los esfuerzos. También "amplían la perspectiva y generación de alternativas ante la propia situación problemática". A nivel práctico, Molina asegura que, en definitiva, cuando se está escribiendo un diario, "se permite uno mismo ventilar emociones, sentimientos y pensamientos que, de otra forma, se repiten una y otra vez de forma circular. Emergen nuevos asuntos o aspectos que aportan más claridad".
"Pero, como puede presuponerse, todo no es válido", explica Jennifer Delgado. Existen ciertas reglas para lograr que sea realmente terapéutico. "En primer lugar es necesario escribir sobre aquellos hechos negativos que nos perturban y que no deseamos contarle a nadie más, que pueden variar desde la pérdida del trabajo, una mala relación interpersonal o las dudas sobre la identidad. En segundo lugar debe describirse el problema y las experiencias relativas al mismo ya que generalmente este ejercicio facilita un cambio de perspectiva en la comprensión del problema y en la vivencia del mismo". En este sentido, Delgado cita una investigación realizada en el 2006 por Sonja Lyubomirsky, profesora de la Universidad de California Riverside, donde participaron un total de 96 personas. En este caso sólo se presentaron efectos positivos en aquellas personas que escribían focalizados en sus experiencias negativas, le dedicaban una media de 15 minutos diarios a este ejercicio, dejaban que las palabras fluyeran sin preocuparse por la ortografía o la gramática y se centraban en sus sentimientos más profundos sobre los hechos.
Los expertos coinciden que, ante estas vivencias, sería bueno tener en cuenta las siguientes preguntas en el momento de escribir un diario: ¿qué sucedió?, ¿cómo me siento al respecto? y ¿por qué me siento así? Tal vez por eso proliferan los blogs personales que se crean ante la vivencia de una enfermedad dura como el cáncer u otras situaciones igualmente impactantes. En el caso de los blogs autobiográficos, algunos estudiosos del tema, como María Luisa Helen Frey Pereyra, comentan que cuando hicieron una encuesta sobre los contenidos de los diarios íntimos expuestos en un blog, algunos encuestados reconocían que cuando son cuestiones personales puede haber autocensura, porque la mayoría de los lectores les conocían. Y que cuando querían contar algo íntimo hacían algunas alteraciones. "Hay blogs que hacen un uso regular, aunque no necesariamente generalizado, de la autoficción", explica Frey. Aun así, hay blogs donde el autor desnuda su mundo emocional y lo expone sin reparos, blogs que plasman experiencias personales de superación a modo de diario íntimo. El beneficio es doble, para quien lo escribe y para quien lo lee. Sólo hay que atreverse.
Para empezar a llevar un diario íntimo José María Vicedo, que ha creado un club de superación personal, aconseja responderse a algunas preguntas como: ¿qué he conseguido hoy?, ¿qué he aprendido? ¿cómo he ayudado a otros?, ¿qué he conseguido en el trabajo?, ¿cómo he pasado el tiempo con mis seres queridos? Y María Ángeles Molina ofrece algunas claves que tener en cuenta para empezar (véase texto adjunto). Sólo queda realmente empezar.

Recomendaciones para escribir un diario

1. Hazte con un cuaderno lo suficientemente grande como para ir incluyendo tus anotaciones, fotos, cartas (que no se envían), recuerdos, dibujos…
2. El objetivo no es crear una obra de arte, sino darnos la oportunidad de expresar, liberar lo que llevamos dentro.
3. Busca un momento del día en que puedas sentarte a escribir sin interrupciones (apaga móvil, televisión,… y avisa en casa de que vas a estar ocupado para evitar distracciones).
4. Escribe en el diario regularmente, de forma constante. En caso de que estés siguiendo un proceso de terapia, después de cada sesión (y en un plazo máximo de 24 horas) es importante recoger la experiencia, lo que se ha movilizado, aquellas cosas de las que te has hecho consciente...
5. Puedes llevar al papel los sueños que te resulten interesantes. Hay personas a las que les es útil tener un papel y lápiz sobre su mesilla de noche, evitando así la pérdida de detalles y la fidelidad del mismo. Posteriormente, se pueden trabajar para revelar el mensaje implícito.
6. Si te propones metas u objetivos, es importante que seas muy concreto con respecto a qué quieres conseguir, cuándo, cómo, dónde, qué hacer para lograrlo... Las frases utilizadas para marcarte metas han de estar redactadas en positivo. Por ejemplo, sustituiremos "yo quiero dejar mi trabajo actual" por "yo quiero trabajar como veterinaria" o "no quiero fumar" por “quiero mejorar mi salud física". El objetivo que te propongas ha de ser realista.
7. Es importante no perder la espontaneidad, la creatividad, concederse la libertad de expresión.
8. Utiliza la primera persona del singular: esto nos ayuda a hacernos responsables de nuestras propias acciones, pensamientos... El objetivo no es escribir sobre mí, sino desde mí.
9. No interpretar ni juzgar. No estamos transcribiendo un juicio sumarísimo de nosotros o de otros. El dejar libre paso a las experiencias presentes, sin juzgarlas ni criticarlas, es algo imprescindible para integrar las diversas partes de nuestra personalidad. Del mismo modo, al intentar interpretar nuestra realidad, lo que hacemos es racionalizar nuestra propia experiencia: me pierdo en hipótesis para no sentir lo que hay en este momento.

10. En ocasiones, nos puede ser de mucha utilidad transformar nuestras preguntas en afirmaciones. Por ejemplo, en lugar de preguntarme "¿soy homosexual?", puedo afirmarlo: "Soy homosexual". De esta manera, podemos tantear cómo nos sentimos al afirmarlo, qué me suscita, me aporta información sobre posibles miedos, bloqueos, juicios... Nos proporciona una oportunidad de actualizarnos, en lugar de cuestionarnos.



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