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Es así. Nosotros conducimos nuestra vida y somos
responsables, quizá no de su extensión, pero sí plenamente de su contenido y
dirección.
Es llamativo cómo dejamos ir, no digo ya las
horas, sino incluso los días (algunos hasta los años) con desgana y pereza,
pensando en nuestra supina ingenuidad que son inagotables. Pero no, las
reservas un día se agotan y más nos vale que llegado ese día podamos mirar
atrás y sentirnos satisfechos de lo vivido. Más nos vale sí, porque entonces ya
poco se podrá hacer.
Así que móntate en el flamante avión de cada
mañana y pilota este día hasta hacerlo provechoso, divertido y acaso si tienes
suerte y manejas bien los mandos, quizá inolvidable.
Ignacio Novo Bueno.
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