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dilluns, 1 de juny del 2015

JOSE ORTEGA Y GASSET. Àlex Rovira.

Brillante filósofo, pensador y ensayista de la primera mitad del s.XX, el madrileño José Ortega y Gasset se presenta como uno de los máximos representantes del Novecentismo. Estudió en las universidades de Deusto, en Bilbao, y en la Central de Madrid, además de en varias instituciones universitarias alemanas.
Como Doctor en Filosofía, Ortega y Gasset se interesó por la razón de vivir (raciovitalismo) y contribuyó a desarrollar la teoría del perspectivismo. Así, de él parte la idea de “Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”, de su obra “Meditaciones del Quijote”. A grandes rasgos, la vida es la realidad donde podemos tomar decisiones y crear lo que ocurre, concretar esta realidad mediante esta razón vital. Esto sucede porque cada persona puede darle forma a su mundo en dependencia de cómo lo ve, desde su punto de vista. La realidad es subjetiva, y la sociedad es la suma de todas esas perspectivas individuales.
Siempre vinculado al periodismo y a la política, fue un prolífico articulista; uno de sus hijos, José, fruto de su matrimonio con Rosa Spottorno, fundó el periódico El País. La pareja tuvo dos hijos más.
A su labor como profesor, une su actividad en publicaciones como El Sol, donde aparecieron, como folletines, sus obras “España invertebrada” y “La rebelión de las masas”. Impulsó, también, la creación de otras publicaciones filosóficas clave, como la Revista de Occidente, la Escuela de Madrid o el Instituto de Humanidades, ya en el exilio, donde compartía pensamiento e impartía clases.
De hecho, la Guerra Civil española le forzó a exiliarse y vivió en varios países, para establecerse en Lisboa, Portugal. Pese a su gran influencia en la filosofía española del siglo pasado, hasta su muerte en 1955 no se le concedió el reconocimiento que merecía por el clima político de España. Repasemos su pensamiento:

Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender.

No somos disparados a la existencia como una bala de fusil cuya trayectoria está absolutamente determinada. Es falso decir que lo que nos determina son las circunstancias. Al contrario, las circunstancias son el dilema ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter.

Solo cabe progresar cuando se piensa en grande, solo es posible avanzar cuando se mira lejos.

La vida cobra sentido cuando se hace de ella una aspiración a no renunciar a nada.

Siempre que enseñes, enseña a la vez a dudar de lo que enseñes.

Yo soy yo y mi circunstancia y si no la salvo a ella no me salvo yo.

La civilización no dura porque a los hombres solo les interesan los resultados de la misma: los anestésicos, los automóviles, la radio. Pero nada de lo que da la civilización es el fruto natural de un árbol endémico. Todo es resultado de un esfuerzo. Solo se aguanta una civilización si muchos aportan su colaboración al esfuerzo. Si todos prefieren gozar el fruto, la civilización se hunde.

En tanto que haya alguien que crea en una idea, la idea vive.

El mundo es la suma total de nuestras posibilidades vitales.

Los hombres no viven juntos porque sí, sino para acometer juntos grandes empresas.

Muy feliz semana,


Álex Rovira


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