Ando estos días ordenando mis
archivos y entre los muchos papeles que guardo he recuperado una verdadera
perla, que mi maestro Oriol Pujol
Borotau nos dio en uno de los primeros cursos que hice con él. Se trata de la Oración de Gestalt de Fritz Perls,
que reproduzco a continuación:
Yo hago lo mío y tu haces lo
tuyo.
No estoy en este mundo para
vivir según tus expectativas.
Y tu no estás en este mundo
para vivir según las mías.
Tu eres tu. Yo soy yo.
Si por casualidad nos
encontramos, es maravilloso.
Y si no, no se puede remediar.
Recuerdo que en cada curso
Oriol nos pedía que la leyéramos y dijéramos qué nos parecía. Y recuerdo que
cada vez que la leía me rebelaba. Me sonaba a un ataque de rabia, a una
declaración de guerra a la relación, fuera cual fuera. Y Oriol siempre nos
decía lo mismo: “depende del tono con que se lea”.
Me costó años ser capaz de leerla con otro tono, y así poder verla con otros
ojos. Me costó mucho comprenderla y sobretodo aceptarla.
Hoy, después de varios años
enterrada bajo montañas de papel, cuando la recupero y la leo sólo puedo decir
que me parece extraordinaria y profundamente sabia. Y reveladora si pensamos en
las
relaciones de amistad, aunque no son las únicas a las que se dirige
esta oración.
Sólo concibo las relaciones de
amistad si se basan en la más absoluta libertad. Estoy plenamente convencido de que
sólo así tienen una oportunidad. A la que aparecen las expectativas, las decepciones
estarán acechando a la vuelta de la esquina.
He tenido muchas experiencias
en las que he luchado por un tipo de relación distinto al que la otra persona
me ofrecía. Y desafortunadamente para mi nunca ha funcionado. Es más: en la mayoría
de los casos la otra persona ha huido.
En cambio las (pocas) veces en
que simplemente he tomado lo que la otra persona me ofrecía, fuera mucho
o fuera poco, fuera lo que yo deseaba o una cosa totalmente distinta, ha
funcionado. Y hemos tejido relaciones auténticas y sobre todo duraderas.
Tengo un amigo con el que
comparto no más de cuatro o cinco mensajes al año y en el mejor de los casos un
encuentro. Y los dos valoramos profundamente nuestra relación. Y tengo también
un amigo con el que compartimos muchas horas juntos. Somos felices haciéndolo y
nuestra relación es entrañable. Y claro, a los dos nos gusta. Pero creedme si
os digo que esta segunda relación no es para mi mejor que la primera; es
diferente. Probablemente más intensa pero no más profunda. Yo se que lo que tengo
con mi primer amigo es lo que el está cómodo compartiendo. Y como está cómodo,
los momentos en que estamos juntos son simplemente mágicos. También se que si lo
necesito, me responderá, porque se siente un buen amigo mío, pero esa es otra
historia.
Tengo amigas y amigos de muchos
abrazos, y los tengo también de un par de correos al año; ni ellos ni yo
esperamos más, simplemente porque no tenemos tiempo, o energía, o ganas para
más; pero con qué cariño leemos esos correos, y cuánto nos ayudan a que cuando
nos vemos personalmente no partamos de cero.
Releyendo la Oración de Perls
podríamos llegar a interpretar que existe una accidentalidad en las relaciones
contra la que no podemos luchar (si por casualidad nos encontramos…) y esto
podría llevarnos a no trabajarlas, a no hacer nada por ellas; creo que sería
una interpretación errónea. Las relaciones necesitan trabajo, hay que dedicarles tiempo y mimo.
Si nadie hace nada por esa relación, se desdibuja y muere. Creo que esto es una
obviedad. Lo que ocurre es que (y eso es lo que yo tomo de Perls) ese trabajo
no puede ir nunca en contra de la libertad del otro, no puede
forzar lo que el otro quiere darnos o simplemente (por su vida, por sus
circunstancias, por el momento en que se encuentra o por sus ganas) puede
darnos.
He tenido muchas expectativas
en muchas relaciones por lo que quería que me diesen. Y soy plenamente
consciente de que puedo haber roto muchas expectativas de algunos amigos por lo
que yo he dado en algunas relaciones. Como diría Perls “no se puede remediar”. Y
desde mi lectura de Perls no es fatalismo, es un canto a la vida y a la magia de las relaciones.
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