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dijous, 31 de gener del 2013

"Si quieres una vida feliz, átala a un objetivo y no a personas o cosas". Frases para cambiar vidas.


Autor: Albert Einstein 
Un matrimonio había salido de viaje. El esposo conducía enfebrecido y concentrado por completo en la carretera. Habían recorrido ya más de trescientos kilómetros sin descanso y en un tiempo casi récord, cuando, de repente, la esposa consultó la guía de carreteras y proclamó:
- "Nos hemos perdido".
- "¿Y qué?", replicó el marido. "¡Llevamos una media estupenda!".
Ese 'estupendo' promedio camino de ninguna parte, es el que muchos sostienen en la vida en un intento de llenar sus días de una vana sensación de plenitud. Deberían recordar que cuando uno no sabe adónde va, acaba en otra parte.
Vagar está bien, para un bucólico paseo o una errática tarde de compras, pero para casi todo lo demás hace falta una meta"En primer lugar, tener un ideal definido, claro y práctico; una meta, un objetivo. En segundo lugar, acopiar los medios necesarios para alcanzar los fines: sabiduría, dinero, materiales y métodos. En tercer lugar, ajustar todos los medios a ese exclusivo fin." (Aristóteles)
El establecimiento de objetivos es utilizado, por ejemplo, por deportistas de alto nivel. Ellos fijan metas que les aportan visión a largo plazo y motivación a corto plazo. Se centran en su preparación a través del entrenamiento y organizan su tiempo y sus recursos para poder sacar el máximo partido de sus habilidades en un momento determinado; quizá una competición olímpica o un campeonato del mundo.
Una meta nos predispone, nos enfoca y simplifica de tal manera, que reduce las opciones a tan solo una: específica, mensurable, alcanzable y realista. Es decir, si hubiera un primer consejo que pudiera darte sería este sin duda: mantén las cosas tan simples como puedas. No te marques demasiados objetivos, y a ser posible, solo de uno en uno. Así lograrás no disipar la energía.
Arriesgándonos a plantearnos nuestros propios objetivos y a luchar por ellos, adquirimos otros  aprendizajes: además de la consecución de nuestras metas, nos demostrarnos que somos capaces de alcanzar lo que queremos, lo cual mejorará nuestra autoestima y el rendimiento en las diferentes áreas de nuestras vidas. Lograr nuestras metas nos brinda sentido vital y satisfacción.
Haz una lista con todo cuanto te gustaría hacer y sin dejar nada fuera de ella (ya tendrás ocasión después). Se trata de poner por escrito tus proyectos, tus ideas, tus sueños y deseos, cualquiera de los propósitos que se te pasaron algún día por la mente y que has ido aplazando o manteniendo en el limbo de lo que te gustaría hacer, pero no haces. Escríbelos todos con una sola restricción: que se puedan hacer en un año. Si fuera algo que te llevará varios años, deberías plantear submetas parciales. 
Establece una jerarquía con todas tus intenciones y sitúa en primer lugar aquello que no sea lo más factible, o lo menos costoso o lo que convenza más a otros. Elige tu pasión. Aquello en lo que estás dispuesto a ir más allá, a gastar más esfuerzo, a emplear más tiempo y ganas. Aquello que, inequívocamente, sea lo que responderías a la pregunta de cuál es el sueño de tu vida. Todos los que han logrado grandes cosas han tenido un gran objetivo, han fijado su mirada en un objetivo, que era alto, uno que a veces parecía imposible.
¿Y si pasamos a la acción? ¿Qué se puede hacer este mes para lograr tu objetivo? No hace falta que establezcas un plan para más allá de este mes. Basta con que pienses qué pasos vas a dar en las próximas semanas. No importa el tamaño o la cantidad de los pasos, pero sí que mantengas en tu cabeza el plazo de un año para hacerlo. Algunos días podrás hacer varias cosas si quieres, pero no te sobrecargues o te cansaras. Lo que no hayas terminado el día anterior ha de ser, de forma obligada, lo primero el día siguiente.
En definitiva, simplemente una meta. Céntrate en un solo objetivo y conviértelo en un hábito. De tal manera que si quieres correr una maratón, crea el hábito de correr todos los días. Si deseas escribir una novela, crea el hábito de escribir cada mañana. 
Las metas ayudan a entender y a priorizar lo que queremos, pero lo más importante: las metas nos ayudan a entender lo que somos y lo que somos capaces de lograr.


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