Autor: Ivy Baker
La perspectiva, ese paisaje o conjunto de cosas vistas desde un punto determinado y especialmente desde lejos, no es, al menos por mi experiencia, una de las destrezas más desarrolladas del ser humano. Distanciarse de lo que se observa, con la intención de ganar objetividad, es algo a lo que recurrimos escasas veces, urgidos, como estamos, por la perentoria necesidad de tener una rápida respuesta a lo que nos inquieta o nos preocupa.
Y sin embargo, y según un reciente estudio de la Universidad de Michigan, la observación de los sucesos desde la distancia, es un rasgo cualitativo claro de la más profunda sabiduría.
Los autores del estudio concluyeron que al adoptar una perspectiva de distancia psicológica, las personas son más propensas a razonar sabiamente en sus vidas diarias. La investigación también ha mostrado que darse cuenta de que el mundo es fluido y que, por lo tanto, es muy probable que en el futuro todo cambie y la humildad intelectual para reconocer el límite del conocimiento propio, son aspectos clave de un razonamiento inteligente.
"Aunque los humanos se esfuerzan por ser sabios, con frecuencia no logran serlo cuando razonan sobre temas que tienen implicaciones personales profundas.", aseguró el coautor del estudio Ethan Kross, psicólogo de la institución educativa.
Qué bien nos vendría, y que poco lo practicamos, separarnos de los sucesos que nos conciernen unos metros o unos días, con el fin de prescindir del calor de la proximidad y del instante y poder acertar con buen juicio en el diagnostico.
Todos contamos con experiencias en las que cuando conseguimos alejarnos por valentía, obstinación o sabiduría del asunto que nos preocupaba, accedimos a esclarecer todas sus claves; negadas o invisibles en un primer momento. Alejarse del problema es empezar a ver su solución.
"Hay un antiguo proverbio que dice:
"Mantén abierto tu intestino y confía en el Señor"
Esto encierra su sabiduría. Hablando en términos amplios, significa que manteniendo nuestro organismo libre de venenos estaremos en condiciones de tener la mente libre y despejada, abierta y receptiva; dejaremos de preocuparnos por cuestiones que no nos atañen y haremos en paz y tranquilidad lo que debe hacerse."
Reflexión final: nunca mires las cosas ni tan cerca ni tan lejos; camina hacia ellas y conocerás su distancia.
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