La autoestima es la valoración que hacemos de nosotros mismos sobre la base de las sensaciones y de la experiencia que hemos ido incorporando, dando como resultado la sensación de valía o incapacidad. Ahora bien, la forma que uno se percibe y se siente así mismo puede cambiar.
Desde la terapia cognitiva conductual hay técnicas probadas para elevar la autoestima cambiando la forma de interpretar la vida. Uno de los aspectos importantes a tener en cuenta es la distorsión del pensamiento. Cuando se sienta deprimido o desanimado o cuando la opinión de sí mismo sea baja, aplique la técnica de las tres columnas: autoafirmación, distorsión y refutación. La primera columna es lo que dice la crítica acerca de la situación, a continuación examine sus afirmaciones en busca de distorsiones que afectan a su autoestima.
Las distorsiones más comunes son:
a) hipergeneralización: a partir de un hecho aislado se hace una regla general, es impotante deshacerse de los términos absolutos: todo, nada, siempre;
b) designación global: se utilizan de forma automática denominaciones peyorativas para describirse a sí mismo en vez de describir con exactitud sus cualidades. Para refutar esta distorsión es de ayuda tener en cuenta que la designación que está haciendo se está refiriendo solo a una parte de sí mismo o de una experiencia;
c) filtrado: se presta atención selectiva a lo negativo y no tiene en cuenta lo positivo. Es de ayuda buscar un equilibrio;
d) pensamiento polarizado: se llevan las cosas a su extremo, y se expresa en categorias de blanco o negro, no existen términos medios. Ser específico puede ayudar;
e) autoacusación: uno se culpa de cosas que pueden no ser culpa suya. Es importante cambiar la palabra culpa por responsabilidad;
f) personalización: supone que todo tiene que ver con uno mismo, y se compara negativamente con los demás. Es importante afirmar el propio derecho de ser como uno es, sin disculpas ni valoraciones;
g) lectura de la mente: supone que uno no gusta a los demás sin evidencia real, sólo pensando que sus suposiciones son correctas;
h) falacias de control: uno siente que tiene la responsabilidad de todo o que no tiene control de nada; y
i) razonamiento emocional: se supone que las cosas son como uno mismo siente.
Hay multitud de terapias para la mejora de la autoestima desde la Psicología Positiva, el Coaching Personal o Programación Neurolinguística (PNL), y todas ellas están orientadas en identificar las prácticas que hacen que la persona se sienta mejor consigo mismo, el análisis de los diálogos internos y la ayuda para el cambio. Puede consultar fuentes en internet como ésta, o libros como el de McKay y Fanning, o de Walter Riso, “Pensar bien, sentirse bien”.
Muy valiosa información. Mil gracias.
ResponElimina