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dimarts, 10 de gener del 2012

Hombres y mujeres: ¿dependientes o cómplices?. Miriam Subirana.


"Las mujeres de la actualidad practican juegos malabares en su quehacer diario para combinar hogar y trabajo, sin dejar de ser aún la columna vertebral de su familia, mientras que los hombres se sienten desarmados porque la nueva liberación femenina ha trastocado sus cimientos sociales y culturales y aún no están preparados para convivir con estos cambios", a juicio de Miriam Subirana, directora del Espacio Internacional de Creatividad, Valores y Coaching.
La experta intenta con sus reflexiones romper las relaciones de dependencia que esclavizan a ambos sexos, faltos de autoestima, sin pautas y sin un camino certero a seguir en sus relaciones de pareja en su ensayo "Cómplices".
DE LA MANIPULACIÓN FÍSICA A LA SUTILEZA
Para Miriam Subirana, uno de los problemas en las actuales relaciones radica en que "el hombre manipula con la fuerza física y la frialdad, mientras que la mujer se vale de la sutileza afectiva, lo que hace aumentar el desacuerdo y provoca odio, en vez de enriquecerse, complementándose con la pareja".
Califica la 'feminidad dependiente' como aquella "en la que el amor es controlador, no deja respirar al otro ni a una misma, con lo cual las relaciones que nutren la dependencia mutua se vuelven asfixiantes".
Por el contrario, una "'masculinidad dependiente' aparece en hombres muy resueltos y resolutivos en su vida profesional, social y pública, pero que en su vida privada y de pareja se comportan como adolescentes".
Con su amplia experiencia, Subirana constata que las nuevas generaciones abogan, de nuevo, por la tradición del núcleo familiar, donde buscan refugio, "quizás resentidas por las muchas familias separadas que han rodeado su entorno más inmediato".
NI VÍCTIMAS NI MALTRATADORES
Sobre los malos tratos en las parejas actuales, asegura que nadie es absolutamente víctima o verdugo, sino que uno colabora con el otro: "la feminidad dependiente y la masculinidad tóxica mantienen un bucle en el que los dos se convierten en dependientes, se comen el uno al otro y crean una relación parasitaria", comenta la especialista.
Quien agrega también que la falta de respeto de la mujer hacia sí misma provoca que se "rebaje" frente a los malos tratos psicológicos o físicos, "con una incapacidad de respuesta total, a veces para mantener el equilibrio en la pareja, sin olvidarnos de que la mujer aprecia más el vínculo afectivo que su propia autonomía".
A su juicio, tras muchas décadas manteniendo un matrimonio convencional de compromiso y responsabilidad de los de "hasta que la muerte nos separe", hemos pasado a relaciones en las que tan sólo impera "el deseo y el placer inmediato".
"Mi objetivo es que hombres y mujeres aprendamos a relacionarnos sin dañarnos, a amarnos sin ataduras, a ser cómplices, recuperando y preservando nuestra identidad original y eterna, experimentando la unidad en la diversidad".
AMAR SIN DEPENDENCIAS TÓXICAS
Con su trabajo personal a través del estudio, la reflexión, el silencio y la meditación, Miriam invita "a aprender a amarnos y amar al otro sin dependencias tóxicas y sin paradigmas que nos asfixien; a experimentar el verdadero amor, aquel que nos hace libres, y que surge del encuentro de dos enteros y no de la creencia o búsqueda de la unión de dos mitades".
"Las nuevas relaciones son aquellas en las que sumamos y, juntos, somos mejores; en las que dejamos de comparar, competir, criticar y sentir celos y pasamos a cooperar, unir, valorar y apoyar, y en las que hombres y mujeres somos cómplices para crear una realidad mejor para todos", asegura.

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