"Las mujeres de la actualidad practican juegos malabares en
su quehacer diario para combinar hogar y trabajo, sin dejar de ser aún la
columna vertebral de su familia, mientras que los hombres se sienten desarmados
porque la nueva liberación femenina ha trastocado sus cimientos sociales y
culturales y aún no están preparados para convivir con estos cambios", a juicio
de Miriam Subirana, directora del Espacio Internacional de Creatividad, Valores
y Coaching.
La experta intenta con sus reflexiones romper
las relaciones de dependencia que esclavizan a ambos sexos, faltos de
autoestima, sin pautas y sin un camino certero a seguir en sus relaciones de
pareja en su ensayo "Cómplices".
DE LA
MANIPULACIÓN FÍSICA A LA SUTILEZA
Para Miriam Subirana, uno de los problemas en
las actuales relaciones radica en que "el hombre manipula con la fuerza física y la frialdad,
mientras que la mujer se vale de la sutileza afectiva, lo que hace aumentar el
desacuerdo y provoca odio, en vez de enriquecerse, complementándose con la
pareja".
Califica la 'feminidad dependiente' como
aquella "en
la que el amor es controlador, no deja respirar al otro ni a una misma, con lo
cual las relaciones que nutren la dependencia mutua se vuelven
asfixiantes".
Por el contrario, una "'masculinidad
dependiente' aparece en hombres muy resueltos y resolutivos en su vida
profesional, social y pública, pero que en su vida privada y de pareja se
comportan como adolescentes".
Con su amplia experiencia, Subirana constata
que las nuevas generaciones abogan, de nuevo, por la tradición del núcleo
familiar, donde buscan refugio, "quizás resentidas por las muchas familias separadas que
han rodeado su entorno más inmediato".
NI
VÍCTIMAS NI MALTRATADORES
Sobre los malos tratos en las parejas
actuales, asegura que nadie es absolutamente víctima o verdugo, sino que uno
colabora con el otro: "la feminidad dependiente y la masculinidad tóxica
mantienen un bucle en el que los dos se convierten en dependientes, se comen el
uno al otro y crean una relación parasitaria",
comenta la especialista.
Quien agrega también que la falta de respeto
de la mujer hacia sí misma provoca que se "rebaje" frente a los malos
tratos psicológicos o físicos, "con una incapacidad de respuesta total, a veces para
mantener el equilibrio en la pareja, sin olvidarnos de que la mujer aprecia más
el vínculo afectivo que su propia autonomía".
A su juicio, tras muchas décadas manteniendo
un matrimonio convencional de compromiso y responsabilidad de los de
"hasta que la muerte nos separe", hemos pasado a relaciones en las
que tan sólo impera "el deseo y el placer inmediato".
"Mi objetivo es que hombres y mujeres aprendamos a
relacionarnos sin dañarnos, a amarnos sin ataduras, a ser cómplices, recuperando
y preservando nuestra identidad original y eterna, experimentando la unidad en
la diversidad".
AMAR SIN
DEPENDENCIAS TÓXICAS
Con su trabajo personal a través del estudio,
la reflexión, el silencio y la meditación, Miriam invita "a aprender a
amarnos y amar al otro sin dependencias tóxicas y sin paradigmas que nos
asfixien; a experimentar el verdadero amor, aquel que nos hace libres, y que
surge del encuentro de dos enteros y no de la creencia o búsqueda de la unión
de dos mitades".
"Las nuevas relaciones son aquellas en las que sumamos y,
juntos, somos mejores; en las que dejamos de comparar, competir, criticar y
sentir celos y pasamos a cooperar, unir, valorar y apoyar, y en las que hombres
y mujeres somos cómplices para crear una realidad mejor para todos",
asegura.
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