Inconfundibles melodías folk le han valido al músico Leonard Cohen (Montreal, 1934) el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Por sus canciones de marcado carácter literario, sí, pero también por su obra no cantada, libros como Flores para Hitler, Los hermosos vencidos, Comparemos mitologías, o la obra El juego favorito.
Con esta decisión, el jurado de los galardones hace realidad una vieja amenaza de la Academia Sueca: conceder su máxima distinción literaria a un simple cantante de rock. A lo mejor el Nobel nunca acaba por recaer en Bob Dylan, pero sí ha merecido un Príncipe de Asturias el cantautor canadiense cuyas letras (Suzanne, Last year's man, So long Marianne, Joan of Arc. Famous Blue Raincoat o I'm your man) son leídas con la reverencia debida a las grandes obras de la literatura por generaciones de oyentes.
Posiblemente ahora cobre todo su sentido el hecho de que la carrera de Cohen, fenomenal recitador de voz grave y ascendencia lituana, comenzase en los cenáculos literarios en aquellos años 60 en los que la generación que revisó las tradiciones delfolk introdujo la sensibilidad poética de autores estadounidenses como Walt Whitman o Henry David Thoreau. Su novela de debú, El juego favorito, tomó la forma de un libro de aprendizaje.
Después vendría el fichaje por Columbia Records, auspiciado por John Hammond. Y su estreno discográfico, Songs of Leonard Cohen, acaso uno de los mejores álbumes de la historia del rock. Se abría con Suzanne, una letra dedicada platónicamente auna bailarina canadiense que ya daba idea de unas inquietudes poéticas nada común en la industria de la música:
"Y cuando tratas de decirle
que careces de amor para ofrecer
te coge y te mece entre sus brazos
dejando que el río conteste
que siempre fuiste su amante".
La pulsión estilística de Cohen nunca desapareció desde entonces, en discos como Songs from a Room (1969), Songs of Love and Hate (1971), Death of a Ladies' Man (1977, con producción de Phil Spector), I'm Your Man (1988) o su último álbum de estudio Dear Heather(2004).
Cohen visitó España por última vez en 2010 en una gira enmarcada en un tour monumental, espoleado por la pertinaz ruina en la que se quedó tras el último divorcio. El tour le llevó por todo el mundo desde 2009 (en realidad, eran dos giras enlazadas). Una prueba de lo que se pudo ver en aquellos conciertos está contenida en Live in London (2009). Cohen firmó un brillante capítulo en su relación con España cuando colaboró con sus composiciones para un disco de Enrique Morente, Omega (1996). El Festival Internacional de Benicàssim fue testigo del reencuentro entre ambas leyendas de la música.
El galardón, que el año pasado recayó en el escritor libanés Amin Maalouf, reconoce a las personas cuya labor creadora o de investigación represente una contribución relevante a la cultura universal en los campos de la literatura o de la lingüística.
Lo sigo desde hace años, intento no perderme un disco, concierto,... Sus letras llenas de metáforas, de giros a veces ininteligibles pero cargadas de fuerza, poesía, compromiso, emociones... me han acompañado durante toda mi vida. Os dejo tres ejemplos, no se si son las mejores pero sí que son de las que me más han llegado, y están subtituladas... Cuantas noches escuchando a Cohen dejando fluir las emociones!. Se merece este premio y muchos mas.
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