Supongo
que en nuestro mundo loco es difícil encontrar la paz interior que todos
buscamos, desde siempre. No suelo ver la TV, creo que es nociva, porque te da
una visión sesgada, caricaturesca y/o manipulada del mundo en que vivimos y es
difícil quedarse impasible e indiferente ante las atrocidades que uno ve, por
ejemplo, durante una escasa hora que dura un noticiario. Ni que decir tiene que
esa no es nuestra realidad, sino una parte de ella, la que algunos pretenten
hacernos ver, creer y aceptar. No entraré en los motivos ocultos -o no tanto-
para hacernos creer que este es nuestro mundo. Concluiré afirmando que el miedo es una
poderosa arma para doblegar la individualidad, el sentido común y la integridad
de la persona.
En
mi paseo por diferentes canales de TV, ayer tuve el dudoso placer de ver
algunas perlas: disturbios juveniles en Valencia y la implacable autoridad
desmandada, represión en Egipto, movimiento 15-m, la opresión de los pueblos y
de las minorías, cómo se fragua un conflicto bélico en Siria, ejercicios
militares en lugares sensibles, hambre y enfermedades en el Tercer Mundo,
suicidios y violencia, justicia injusta en procesos judiciales presuntamente
manipulados por intereses de Estado, agresividad gratuíta, dimisión de altos cargos
mundiales por corrupción, ayudas desmedidas a bancos e instituciones
financieras para presuntamente paliar la crisis, el interés de la clase
política mundial por preservar sus prebendas y derechos adquiridos, la
inutilidad de las instituciones públicas y organismos ante un loco mundo que
clama por la justicia, la igualdad y el fin de un Sistema caduco, tóxico e
inhumano, etc. En tan solo una hora y en diferentes canales de TV casi han
logrado persuadirme de que el ser humano no tiene remedio… y que es mejor
seguir siendo un gato rebelde, sereno y silencioso!
Reconozco
que el impacto diario de estas informaciones, de vez en cuando, me afecta y me
deja perplejo e incluso apenado! Pero, en el otro lado, cuando soy capaz de ver
más allá desde mi corazón, en el mundo real y cotidiano que vivo cada día, veo
y conozco un heroísmo personal, discreto y silencioso, que no sale a la luz,
pero que poco a poco va tejiendo una fina pero efectiva tela de araña de
personas que hacen lo posible por cambiar el mundo en que vivimos. Son jóvenes,
adultos, ancianos de toda clase, condición y sexo que, diariamente, se entregan
a la, a veces, árdua tarea de mejorar lo existente, concentrarse en lo esencial
y deshacerse de lo accesorio, inútil y dañino. Y no se trata -como
nos hacen creer- de extremistas con rastas, ni de personas con cargo público,
ni de personajes televisivos y famosos. Son personas de la calle, de las
plazas, de los pueblos de cualquier rincón del mundo que, con su energía y
tesón, logran realizar su propósito personal de crecer, crear, vivir y
compartir el mundo que cualquier ser humano merece, esté donde esté y para
siempre.
Supongo
que resulta difícil -y heróico- actuar así, en silencio y sin que nadie te lo
agradezca o te lo reconozca! Sin utilizar vocablos altisonantes, como
responsabilidad, ética, solidaridad, sostenibilidad, entre otras palabrejas que
se ensucian en los labios de sugún quien las utilice! Porque, precisamente, son
esas otras personas humildes, modestas, honestas, discretas y silenciosas
quienes, como padres, maestros, voluntarios, profesionales o simples
ciudadanos, hacen de nuestro mundo cada día algo mejor, aún con el riesgo real
de ser tachados de demagogos, idealistas, románticos o de ser sospechosos de
tener algún motivo oculto que les lleva a actuar de ese especial modo! Y sí, es
verdad, existe un solo motivo y, a la vez, una fuerza para vivir y actuar así,
por el bien de uno mismo y de su entorno: la paz interior! Porque es solo en nuestro interior donde
reside la serenidad y el sentido suficientes como para lograr cambiar uno mismo
y, como consecuencia, cambiar hoy nuestro mundo exterior, abandonando el ayer y
obviando el mañana, que no sabemos siquiera si llegará algún día!
El
mundo no es más que el fiel reflejo de lo que vivimos y sentimos en nuestro
interior, según se dice! ¿Podemos exigir justicia fuera, si no somos antes
justos con nosotros mismos? Cada vez que una persona cualquiera renuncia a ser
lo que es o a sentir lo que siente, se doblega ante los demás, acepta una injusticia
o embrutece con sus actos lo que le rodea, está provocando un conflicto en su
interior. Cada
vez que álguien se niega a ser libre, a amar o a buscar la paz en sí mismo,
está favoreciendo que el mundo siga igual de tóxico, insano e insolidario. Recuerda
siempre que si te conformas con un pequeño mundo, tus sueños también serán
pequeños! Busca
en tu corazón todo aquello que anhelas en tu vida y allí lo encontrarás,
siempre listo para usarlo contigo mismo y con los demás. Luego,
siéntelo intensamente, vívelo sin avaricia y compártelo sin miramientos con
quienes te rodean, lo merezcan y valoren… y de esa manera estarás logrando
hacer un mundo mejor, cada día!
Este
es un momento de grandes cambios y transformaciones, de revueltas, de
decisiones… pero sin duda es el mejor momento para mejorar, sin hacer ruido,
sin homenajes ni reconocimientos, sin palabras altisonantes! Solo te entenderán
los que, como tú, son también héroes silenciosos, protagonistas de su propia
vida. Los demás, los que solo gritan, exclaman, los cobardes que solo se
lamentan, que hacen discursos, escriben guías, decálogos o sentencias, que
salen en las fotos de la prensa, los charlatanes que hablan de lo que
desconocen o no creen ni viven, los que aplauden o son apludidos o imponen sus criterios
sin opción a cuestionarlos, solo les mueve el interés personal y el miedo, el
lucro, la soberbia o la vanidad… y nuestro ya viejo mundo está plagado de
ellos!
Y unos y otros,
los silenciosos y los escandalosos, están ambos dentro de ti y de cada uno de
nosotros! Así
es el ser humano, aunque también es verdad que eres libre de elegir si hacer y
callar con honestidad o bien solo charlar y parecer, con soberbia! Esa es la
gran riqueza del ser humano, que nadie te puede quitar y que te permite optar
por amar o tener solo miedo, vivir o sobrevivir, ser feliz… o seguir siendo
infeliz! Quizás el único mérito de esos héroes anónimos sea ser capaces de
sentirse bien consigomismos y hallar la belleza en la tierna mirada de un niño,
la sonrisa deseada de la persona amada o ante la magestuosidad de la Naturaleza
que nos rodea! Allí encontramos -junto al silencio- la paz, el amor y la
armonía de ambos, en este mundo nuestro que tú y yo creamos y recreamos cada
día!
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