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divendres, 1 de juny del 2012

EL DON DE LA VULNERABILIDAD. Miguel Benavent de B.

Del Blog de Miguel Benavent de B. Contigo Mismo. Como siempre genial...


He llegado a la conclusión que sentirse vulnerable es un don! Cuando uno tiene el valor de sentirse y admitir su fragilidad frente a las situaciones adversas o confusas, es capaz de amar la vida tal como es y pierde el temor a equivocarse. Ser vulnerable nos hace, en fin, más humanos, tolerantes y preparados para afrontar la realidad tal como es y nos permite aprender a amarnos. Y recuerda que es en la realidad donde reside el amor, la vida plena y la felicidad, nunca puede ser fruto de una vida solo soñada y, por tanto, irreal, imaginaria y fantasiosa!
Sentirse vulnerable es estar dispuesto a aceptar la propia debilidad y la de los demás, a quienes queremos! Respetar, comprender y aceptar la vulnerabilidad y, a la vez, el propósito de mejorar, no es más que amar a alguien por lo que en realidad es y por cómo llegará a ser, si se lo propone. Si uno se admite como vulnerable, acepta la vulnerabilidad ajena e incluso su derecho a equivocarse, al igual que uno admite sus propios errores y el deber de enmendarlos. Reconocerse frágil frente a los desafios de la vida es estar dispuesto a enfrentarlos, nunca a resignarse ante ellos. Reconocer los momentos de incertidumbre -sin buscar culpables o coartadas en los demás- es el primer paso para superar dichos momentos.
Aceptar que uno aún tiene todo por aprender, es como es y siente lo que siente, es un signo de sabiduría y demuestra el empeño de uno mismo a mejorar y a obtener en la vida todo aquello que merece. La humildad se convierte así y, contra todo pronóstico, en una fortaleza, sin igual. Porque tras la vanidad que significa no aceptar la humildad y la vulnerabilidad, está el miedo y éste nos paraliza. En cambio, la conciencia de la imperfección y de la debilidad nos invitan a cambiar o a crecer, a hacernos cada día más fuertes y a aceptar nuestros errores como modo de aprendizaje. Reconocer la propia debilidad frente a alguien más es un claro signo de confianza, de amor y de, llegado el caso, dejarse ayudar.
He tardado demasiado tiempo, pero al fin estoy llegando al “solo sé que no sé nada, no soy ni tengo nada más que lo que hay en mi corazón“, como suelo afirmar a menudo! Eso es sentirse sencillo, frágil y vulnerable ante la vida, aunque con la sensación de que gran parte de lo que pasa en ella depende de mí y de mis decisiones. Pero soy humano y, aunque confío en la propia vida y en mí mismo, de vez en cuando siento miedo ante lo desconocido, como tú. Por eso, el día que me veas enajenado, complaciente y/o soberbio o resabiado contigo, será un claro síntoma de que quizás tengo miedo por algo, aunque solo sea a perderme o a perderte. No me acuses por ello, no me devuelvas la misma moneda y trátame con amor, porque querrá decir que estoy dolido o temeroso, aunque tal vez me veas expresarlo con palabras altisonantes, razonables y adecuadas! Si, en cambio, mi mirada es clara y mi voz es ténue, profunda y mis actos discretos pero contundentes, no te asustes, ten en cuenta que mi fortaleza brota del corazón… y solo podrá llegar a otro corazón, pero sin herirte.
Y por eso, aunque te parezca inaudito, todo lo que puedo hacer por ti y por amor es compartir todas mis fortalezas y debilidades y, en todo caso, invitarte a compartir las tuyas! Pero no para enseñarte camino alguno, sino para que veas que siento como tú, que tengo mis miedos y que es magnífico compartir todo eso y, sobre todo, mi superación, contigo. Además, si incluso yo puedo con ello, querrá decir que tu también puedes. Las fortalezas y debilidades nos unen a todos y son, a la vez, algo para compartir y así crecer, junto a quien amas. Recuerda que el amor verdadero a uno mismo o al otro, saca lo mejor de nosotros mismos. Si solo compartiéramos nuestros éxitos y nuestra presunta sabiduría -como nuestro mundo nos requiere-, te estaría privando de saber quién y cómo soy en verdad, qué siento… y eso no sería justo contigo, ni conmigo mismo! Además, te recuerdo que el tan buscado y cacareado éxito nos es más que lograr ser como eres, pese a las dificultades… y aprovecharlas para crecer, después del consiguiente susto! Y como dificultades siempre hay muchas y yo crezco con ellas siempre que puedo, ese éxito también es tuyo, pues me recuerdas a cada instante lo que soy, siento y, sobre todo, lo que quiero llegar a ser, contigo o gracias a tí, aún no lo sé cierto.
Traigo un vídeo de una conferencia que habla sobre la vulnerabilidad! Extrae tus propias conclusiones… a partir de lo que te diga tu propio corazón!





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