Depender de la persona que se
ama es una manera de enterrarse en vida, un acto de automutilación psicológica
donde el amor propio, el autorrespeto y la esencia de uno mismo son ofrendados
y regalados irracionalmente. Cuando el apego está presente, entregarse, más que
un acto de cariño desinteresado y generoso, es una forma de capitulación, una
rendición guiada por el miedo con el fin de preservar lo bueno que ofrece la
relación. Bajo el disfraz del amor romántico, la persona apegada comienza a
sufrir una despersonalización lenta e implacable hasta convertirse en un anexo
de la persona “amada”, un simple apéndice. Cuando la dependencia es mutua, el
enredo es funesto y tragicómico: si uno estornuda, el otro se suena la nariz.
O, en una descripción igualmente malsana: si uno tiene frío, el otro se pone el
abrigo.
“Mi existencia no tiene
sentido sin ella”, “Vivo por él y
para él”, “Ella lo es todo para mí”, “Él es lo más importante de mi vida”, “No
sé qué haría sin ella”, “Si él me faltara, me mataría”, “Te idolatro”, “Te
necesito”, en fin, la lista de este tipo de expresiones y “declaraciones de amor” es interminable
y bastante conocida. En más de una ocasión las hemos recitado, cantado bajo una
ventana, escrito o, simplemente, han brotado sin pudor alguno de un corazón
palpitante y deseoso de comunicar afecto. Pensamos que estas afirmaciones son
muestras de amor, representaciones verdaderas y confiables del más puro e
incondicional de los sentimientos. De manera contradictoria, la tradición ha
pretendido inculcarnos un paradigma distorsionado y pesimista: el auténtico
amor, irremediablemente, debe estar infectado de adicción. Un absoluto disparate. No importa cómo se
quiera plantear, la obediencia debida, la adherencia y la subordinación que
caracterizan al estilo dependiente no son lo más recomendable.
Cuatro interrogantes:
- ¿Eres capaz de pasar momentos sin tu pareja y disfrutarlos?
- ¿Sientes que tu vida no tiene mucho sentido sin la persona que amas?
- ¿El desapego es desamor?
- ¿Una relación dónde pierdas tu autonomía no es una forma de esclavitud socialmente aceptada?
Estic tant d'acord amb aquest post! Per experiència sé que és així. I un dia aquella persona et deixa i tu sents morir-te, quan certament estaves morta des de feia temps, però semblava vida mentre l'altre portava el teu pes fins ofegar-se.
ResponEliminaJo m'he promés que mai més relacions dependents, i espero aconseguir-lo.
Una abraçada
Moltes gràcies per la teva aportació Ona i endavant!, no ens deixem ofegar per relacions depenents!
ResponEliminaUna abraçada!
Joan