A mitad de los 80,
investigadores médicos de la Universidad de Miami realizaron estudios sobre
bebés nacidos prematuros de ocho semanas. Descubrieron que los bebés que recibían caricias mientras se
les alimentaba aumentaban de peso un cuarenta y nueve por ciento más rápido que
los que no recibían caricias.
Esa “estimulación quinético táctil”, nombre con el que la bautizaron
los investigadores (yo la llamo, sencillamente, amor), ahorró a los hospitales
tres mil dólares por bebé. Conclusión no
técnica: el
amor nos ayuda a crecer.
Abraham
Lincoln
realizó más o menos la misma observación, aunque desde el punto de vista de la
persona que da el amor, cuando dijo que “aliviar la pena del otro es olvidarse de la propia”.
Kristen Sibilia, una niña de catorce
años, expresó aun mejor la lección.
Kristen era una de las
integrantes de un grupo de adolescentes de New Paltz, Nueva York, enfrascado en
una discusión con los padres relativa a la responsabilidad personal y social.
Kristen hablaba de “altruismo” y lo definía como poner en primer lugar las
necesidades de los demás miembros de la familia.
Cuando la menor de sus dos
hermanas cuestionó el concepto, Kristen cambió la definición de altruismo para
significarlo entonces como egoísmo.
– Colocar las necesidades de los demás por encima de las mías es bueno
para todo el mundo -dijo-, bueno para
los cinco de la familia. – Pero su hermana pequeña seguía sin comprenderlo.
-
¿Y qué consigo con ello? – preguntó.
- Lo que consigues con ello – explicó Kristen – es que en lugar de tener sólo una persona colocando tus necesidades en
primer lugar, tendrás cuatro personas colocando tus necesidades en primer lugar.
Es posible que olviden lo que has dicho, pero nunca olvidarán
cómo les has hecho sentirse. Carl Buehner
Al
principio de la vida, cuando somos niños, necesitamos a los demás para
sobrevivir ¿verdad? Y al final de la vida, necesitamos a los demás para
sobrevivir ¿verdad? Y aquí está el secreto: entre medio, también necesitamos a
los demás.
Mitch Albom
“Vivir y
ganarse la vida”, de Mark Albion.
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