Para gozar de un "buen amor", hemos de sanar el
vínculo con nuestros propios padres, el único modo de avanzar por la vida
libremente y sin ataduras, explica el psicólogo, y terapeuta Joan Garriga sobre
la influencia de las relaciones familiares en las parejas, durante una
entrevista con Efe.
"Los asuntos pendientes con nuestros padres tienen que
salir a la palestra y revisarse para quedarnos en paz, porque el futuro se
sostiene siempre en el pasado ", subraya Garriga, autor del ensayo "El buen amor en la pareja",
una herramienta para reponerse de los baches afectivos.
Experto en Constelaciones Familiares, una terapia que utiliza
desde hace diez años para liberar a las parejas de sus "ataduras y
entuertos amorosos" y conseguir relaciones más sanas y conscientes, Garriga
sostiene que "los
padres simbolizan la vida y honrarlos te hace la vida más fácil".
En este sentido, Garriga alerta de que "podemos
construirnos un inadecuado estilo afectivo con nuestra pareja si nuestra
vinculación parental se produce a través del resentimiento, a causa de nuestras
propias heridas."
Por este motivo, y para sanar nuestra propia relacion afectiva,
urge estar en paz con nuestros progenitores, "sea cual fuera el conflicto de infancia, sea muy grave o
muy leve, aceptando a nuestra familia tal y como es, pero sin hablar de culpa o
de perdón" recalca Garriga.
Garriga utiliza la técnica de las Constelaciones Familiares para
solucionar los conflictos familiares, porque nuestros problemas pueden depender
también del falso lugar que hayamos ocupado en el seno familiar.
"La
Constelación Familiar es como un psicoanálisis rápido, en el que se trabajan
recursos del inconsciente a través de una representación escénica, con el que
aligeramos mochilas y nos encontramos libres para ocupar el lugar que nos
corresponde al lado de nuestra pareja", añade Garriga.
El experto se queja del actual momento de triunfo de la
individualidad frente a la solidaridad, y aboga por el sentido social de la
pareja, "que
ha de servir a la vida y también a la comunidad". "Ahora vivimos en
una sociedad líquida con parejas de 'usar y tirar'; en una sociedad competitiva
y poco solidaria, en la que sentimos quebranto y la vulnerabilidad", recalca.
Para conseguir el "buen amor", Garriga se centra en
los cinco criterios que el sabio hindú Swami Prajnanpad enseñó a Arnaud
Desjardins para reconocer el valor profundo de una pareja.
Así, es necesario que la relación fluya
con facilidad, sin demasiado esfuerzo; que se trate de dos naturalezas ni demasiado incompatibles ni demasiado
diferentes y que los miembros de la pareja sean verdaderos compañeros.
También se precisa que cada miembro
tenga fe y confianza plena en el otro y que desee que su
pareja esté bien "por encima
de nuestros miedos y carencias, encontrando la felicidad con la plenitud del
otro", enumera el sabio hindú reseñado por Garriga.
El experto advierte que la llave de todo "buen amor"
que abre las puertas de la felicidad en la pareja se traduce en forma de tres
expresiones simbólicas concentradas o "palabras mágicas", a modo de
mantra: "sí",
"gracias" y "por favor".
"El buen amor hacia los padres es aquel que los acepta y
quiere con todas sus imperfecciones, con sus culpas y sus penas. Y lo mismo
sirve para la pareja", concluye Joan Garriga sobre este ensayo, de la editorial
Destino.
ResponEliminaHola,me parecen muy interesantes.Me gusta en especial la manera de expresar tus sentimientos.
Yo tengo un blog de poesía.Te envio la dirección para que las leas y me comentes que te parecen:
http://anna-historias.blogspot.com.es/
Saludos
Anna
Interesante artículo. Como madre me deja algo inquieta porque es como aumentar la responsabilidad aún más de nuestro papel de progenitores...las futuras relaciones de nuestros hijos se fundamentan o apoyan en las que han tenido con los padres...Mmmm.
ResponEliminaMuchas gracias y saludos, es estupendo este blog.
Merce
Muchas gracias por vuestras aportaciones!.
ResponEliminaPienso que siendo conscientes de los problemas que hemos tenido con nuestros progenitores e intentamos solucionarlos no serán transmitidos a los hijos. Lo importante es ser consciente...
Un beso!
Joan