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Yo es que no uso facebook, prefiero twitter y no tengo ni foto- responde Marta
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Pues, yo uso facebook, twitter, tuenti y otras dos redes sociales más y en
todas tengo la misma foto; una con dos calaveras – agrega Carlos.
¿Quién
es más reservado? ¿Quién le da más importancia a la imagen? ¿Quién parece más
extrovertido? Una conversación sin más trascendencia, pero con un fondo trascendente.
Isabel, Marta y Carlos, han firmado su marca personal en la red.
“Nadie es tan feo como
su foto de DNI, ni tan guapo como su foto de perfil de facebook” es una frase
que se ha hecho famosa. Ciertamente, la susodicha, esconde una simbología
importante y esta es ¿cómo queremos mostrarnos ante los demás? Ya sea ante
amigos y compañeros (facebook), con la
intención de buscar nuevas vías laborales (linkedin) o por la búsqueda e información de nuevo
contenido (twitter), elegimos una imagen que nos represente. Independientemente
de querer poner cara de guapos o feos, nuestra carta de presentación en las redes sociales, habla
de nosotros, al igual que el uso que hacemos de las mismas. De
manera consciente pero con características inconscientes, dejamos patente parte
de nuestra personalidad y por ello, no en vano, muchas empresas rastrean
perfiles y demás en búsqueda de respuestas psicológicas.
No se escapa nada. La imagen,
el contenido que publicamos, la frecuencia con la que lo hacemos, incluso el
tipo de redes que elegimos tener, hablan y nos delatan. Psicólogos y expertos
han investigado sobre ello y han sacado conclusiones dignas de mención.
LA
IMAGEN:
La imagen que ponemos en nuestros perfiles sociales, no nace de
la casualidad.
Hay quien opta por mostrar su rostro y/o cuerpo, hay quien opta por mantenerse
en el anonimato o hay quien opta por escoger una imagen distinta y
significativa para la persona. Es más; hay quien la renueva continuamente y hay
quien pone una de hace X años. Sea como sea elegimos y eligiendo decimos algo
de nosotros. A groso modo y según las investigaciones, cada una de estas
opciones representa una manera determinada de quererse mostrar ante los demás.
De esta manera, algunos estudios han corroborado que de las imágenes del
rostro, las más elegidas son las que la cabeza está ligeramente
inclinada hacia la derecha o la izquierda. Ofrecer una foto de cara completamente recta
no aporta más que una información de existencia, sin nada a destacar. Sin
embargo, la inclinación de la cabeza o alguna mueca determinada es un elemento
diferenciador. ¿El
cuerpo? Ocultarse el rostro y destacar una zona determinada del
cuerpo indica un agrado especial por esa parte concreta, de la que tan
orgullosos estamos, sea ésta un tatuaje, una marca o cualquier otro atributo
que necesitemos destacar. Otra elección; ¿salir en la foto solo o acompañado? Algunos
estudios indican que el hecho de elegir fotos en compañía indica la necesidad
de demostrar relación social o un aprecio especial por alguien para hacerlo
saber al resto. Las fotos antiguas podrían ser una manera
nostálgica de quedarse en algún punto del tiempo, incluso una idealización de
lo que se fue y ya quedó atrás. El anonimato puede tener varias
interpretaciones que van desde el retrato de una persona reservada, hasta
inseguridades y temor a la crítica. Por último una foto distinta a la nuestra puede
ser una manera de querer mostrar algo con lo que nos identificamos y queremos
que sea público, o una alternativa a nuestro “yo”, para seguir ocultos. En
resumen; “una imagen vale más que mil palabras”
aunque ésta se caracterice de silencio
CONTENIDO
PUBLICADO:
¿Hablo mucho de mí y de lo que me pasa? Quizás se
oculte narcisismo. ¿tengo un perfil con el que casi no interactúo
o en el que me mantengo al margen? Quizás soy tímido. Quien comparte y comenta
con otros, demuestra en cambio un alto grado de sociabilidad y extroversión. ¿Mis
contenidos son ofensivos? Baja asertividad, egoísmo, falta de HHSS,
búsqueda de la atención del entorno, falta de control de impulsos y necesidad
de destacar. Finalmente interactuar con contenidos culturales, científicos, de
actualidad o demás temáticas específicas
en algún campo, denota interés por aprender, estar informado y adquirir nuevos
conocimientos.
Frecuencia
de publicación:
Más allá de la falta de tiempo,
una frecuencia casi
inexistente denota desinterés por el contenido que ofrece esa red,
sin embargo, una frecuencia desmesurada puede denotar rasgos ansiosos.
También existe relación entre la frecuencia de publicación y el grado de
sociabilidad/emocionalidad. Otros estudios apuntan que la frecuencia de
actualización de estados o perfiles, puede denotar narcisismo, necesidad de
admiración, incluso baja autoestima.
Tipo
de redes elegidas:
No todo el mundo tenemos los
mismos intereses y para ello cada red social, representa un interés concreto.
Los estudios aseguran que por ejemplo los perfiles de twitter, corresponden a gente
inquieta, interesada por la actualidad y la información, Linkedin representa a personas
más enfocadas e interesadas en el
negocio, la adaptación al cambio y búsqueda de nuevos retos y facebook, está basado en el interés por la
relación social, la exposición y la curiosidad.
En
resumen:
Nuestra huella en la red no
queda exenta de rasgos psicológicos. Somos seres sociales y en mayor o menor
medida, elegimos la manera de relación más acorde a nuestra personalidad. Pero más allá
de la relación dejamos un rastro propio y lo hacemos mediante la
imagen que mostramos, el contenido que publicamos y la frecuencia con la que la
usamos. ¡ojo! Que todo queda público y entre etiquetas, fotos, tuits,
publicaciones y críticas estamos forjando nuestro currículum psicológico en la
red.
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