
Eso
que se supone que somos, adultos civilizados, a menudo queda en entredicho por
la dificultad de comenzar y mantener relaciones sociales. Y es que «construir relaciones es un arte», afirma Ferrán
Ramón-Cortés (Barcelona, 1962), consultor y profesor de comunicación
personal.
El
autor del libro ‘La química de las
relaciones’ (Planeta) sostiene que, en contra del principio fundamental de
la energía, «las relaciones sí se crean, también se destruyen e
inevitablemente nos transforman».
«Se
crean –explica– si tenemos la firme determinación de querer crearlas y si
hacemos las cosas necesarias para que ello ocurra. Se destruyen si no las
cuidamos, si no las mantenemos vivas, y si nuestros comportamientos las ponen
en peligro. E inevitablemente nos transforman, pues crecemos como personas y
como profesionales en relación con los demás».
A
partir de historias ejemplares como la de Quim y Javier, Ramón-Cortés ayuda a
reconocer qué comportamientos sirven para construir sólidas relaciones y cuáles
las ponen en peligro. Su método de autoayuda consiste en pesar unos y otros en
lo que él llama «balanza emocional»
para referir que «las relaciones que funcionan son las que mantienen en
la balanza un saldo positivo entre ingresos (muestras de reconocimiento,
agradecimientos, manifestaciones de cariño...) y reintegros (críticas,
conflictos, enfados, incumplimiento de compromisos...)».

Hay
gente que sabe que la mejor manera de tener controlados a los demás es
minándoles la moral y la autoestima. Los fracasos nos asustan y reaccionamos
cerrándonos en nosotros mismos. El miedo lastra las relaciones haciendo que
tomemos muchas prevenciones para no quedar expuestos. En consecuencia,
advierte, «estamos perdiendo la autenticidad de
las estrechas relaciones que trabábamos en el pueblo o en el barrio». Además, las redes sociales, aunque favorecen el
contacto virtual, amenazan con convertirse en sustitutivos de las relaciones
reales. «Las redes son una herramienta
fantástica, pero en Facebook no puedes darte abrazos».
«Compartir
los sentimientos con los demás es un acto de valor», afirma Ramón-Cortés. «Una relación sólida –añade– se basa en
ser sincero y al mismo tiempo en no dudar de la sinceridad del otro». Se basa también en la libertad de la misma, en la
autenticidad, en la empatía, en interesarse de verdad por los demás, en la
pequeña comunicación diaria... «Diálogo antes que discusión. Emociones antes que
razones. Hablar más y escuchar mejor. Porque los conflictos rara vez se
resuelven solos... Hay que hablar. Hablar
mucho y cuanto antes».
Son algunos de sus consejos.

Excelente artículo...Quiero este libro.
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