41 años. De Buenos
Aires, he estudiado 5 años en París y 5 en Boston. Casado, dos
hijos. Docente en la Universidad de Buenos Aires y consultor. En Argentina,
política es sinónimo de corrupción e impedimento, quiero participar en un
cambio. Espiritualidad, sí; religión, no.
EL CEREBRO ES VAGO
Leyendo
Ágilmente (Conecta) te das cuenta de que el cerebro es vago y estúpido, y
también de todas sus posibilidades. Bachrach, que enseñó e investigó cinco años
en la Universidad de Harvard, explica en su libro técnicas para ser más creativos
y expone los últimos experimentos en neurociencia que demuestran que el cerebro
aprende mientras vive y se lo permitimos, y que la creatividad es una magnífica
gasolina para vivir mejor. Pero no promete resultados sin esfuerzos ni cuidados. El cerebro
necesita retos, como mínimo dos veces al mes, juego, entusiasmo y silencio
diario: “El tiempo
no se encuentra, el tiempo se fabrica. Si esperas a tener tiempo, no lo tendrás
nunca”.
Creatividad...
Para
la ciencia significa
activar un área concreta del cerebro (detrás del oído izquierdo), que
generalmente la escuela y la sociedad destruyen. Pero no lo hacen a
propósito.
No es un consuelo.
Lo es
saber que seas quien seas y a cualquier edad puedes fortalecer tus neuronas y ser
más creativo. Y no me refiero a inventar el nuevo iPod, sino a resolver
desafíos.
El cerebro busca soluciones
en la experiencia: repetimos soluciones.
Sí,
porque es fácil. El cerebro tiende a ahorrar energía porque hace 100.000 años
eso nos ayudaba a sobrevivir. Ser creativo consume energía.
¿Qué estudio le ha
impresionado?
En
resonancia magnética vemos que los monjes budistas tienen, gracias a la meditación,
el área de la concentración y las ideas mucho más desarrollada. Las ideas
aparecen en la fase gama, cuando nuestro cerebro está tranquilo.
Necesitamos espacios de
tranquilidad.
Sí,
sin interrupciones ni tecnología. El 90% de los productos más innovadores se
les ocurrió a cargos medios y bajos de las empresas fuera del horario laboral.
Me pregunto si les habrá
cundido.
Para cambiar
nuestra vida debemos cambiar nuestros hábitos. Romper neuronalmente un mal
hábito es imposible, pero puede haber otro que lo reemplace.
¿Cuando tenga ganas de fumar
canto?
O beba
agua. La acción surge en el cerebro 0,5 segundos antes de realizarla; a los 0,3
segundos te das cuenta de lo que vas ahacer, y tienes 0,2 segundos para no
hacerlo: eso
se llama ser consciente de uno mismo.
Somos más emoción que razón.
Sí, el
95% de nuestras decisiones son emocionales e intuitivas porque energéticamente es
caro razonar.
Usamos la razón para justificar lo que hemos hecho, pero es la emoción la que
nos lleva a la acción.
Volvamos a la creatividad.
El 90% de
nuestro tiempo lo dedicamos a pensar en el pasado o en el futuro, pero sólo cuando
estas en el momento presente estás desarrollando tu creatividad. Si durante 8 semanas, 40
minutos al día, está en el momento presente, su cerebro cambiará.
¿Alguna otra propuesta más
sencilla?
Camine
30 minutos al día. Va bien para muchas cosas, pero a nivel cerebral es
fundamental porque el oxígeno fabrica arterias y venas: las autopistas que le
permitirán llegar a todos los rincones de su cerebro, alimentar sus neuronas y
eliminar las toxinas.
El sedentarismo mata el
cerebro.
En un
estudio que se prolongó diez años se puso a caminar a personas de 70 años muy sedentarias.
Resultó que la química cerebral de los que llegaron a cumplir los 80 equivalía
a la de una persona de 60. Añada a eso una buena dieta y desafíos.
¿De qué tipo?
Cualquiera:
aprenda a jugar a tenis o si no le gustan las novelas, léase una. El cerebro es el
único órgano que no se desgasta con el uso, al contrario. La pasión,
preguntarte por el sentido de lo que haces y el juego son esenciales. Y ojo con
la multitarea.
¿Por qué?
Si
está trabajando y le entra un mensaje y lo mira, desconecta del trabajo y
conecta con el móvil. El problema de ese conectar y desconectar constante es
que nos agota.
¿Por qué nos gusta si nos
cansa?
Cuando suena
un pip de entrada de un correo se activa el área de recompensa, es la promesa
de la felicidad, del
placer, en ese e-mail quizás haya una buena noticia.
¿Entonces?
Tienes
que tener mucha fuerza de voluntad para no distraerte y si la utilizas en
exceso, acabas agotado. Lo mejor es apagar durante una hora todos los
dispositivos. Si el cerebro está atento a muchas cosas, se estresa y secreta
adrenalina y cortisol, que hacen que todo lo que pasa alrededor tenga la misma importancia:
así perdemos
las prioridades.
Mal asunto.
En un
estudio finlandés pidieron a la mitad de los empleados de varias empresas que los
lunes por la mañana anotaran las prioridades de la semana. En dos meses esos
grupos ya eran más productivos y estaban más motivados.
Pero es el subconsciente el
que manda.
Hay que
explorarlo y tener en cuenta que habla mejor y más claro el cuerpo (a través de
gestos, molestias, dolores) que la mente. Hay un experimento magnífico: dos mazos de cartas de
apuestas, azul y rojo. En el rojo ganas más pero pierdes más. La gente se da cuenta
entre las cartas cincuenta y ochenta.
Pongámosle los electrodos.
En la
carta diez, cuando tu mano va hacia una roja, te aumentan la presión, la
respiración y la transpiración, es decir, el cuerpo se da cuenta de que esas
cartas no son buenas mucho antes de que tu mente lo intuya.
Fascinante.
Otro
estudio demuestra que incesantemente retenemos más lo negativo, la crítica o la
desgracia que lo positivo (el elogio). Por tanto, hay que reforzar lo positivo,
porque el cerebro no lo hace.
Una entrevista con corolarios de estudios muy buenos. Gracias por compartirla Joan, y por el contenido de tu blog, un suculento descubrimiento éste :-)
ResponEliminaGracias a ti por tus palabras!, un beso.
EliminaResponElimina
L'autor ha eliminat aquest comentari.
ResponElimina