Tengo 62 años. Nací en Toulon y Vivo en Niza. Soy profesor de
Antropología en la Universidad de Niza. Estoy
casado. Tengo dos hijos y cinco nietos. ¿Política?
Soy socialista. ¿Creencias? Soy de formación católica, no practicante. La cultura nos impregna antes de nacer
“EL SOMNI”
Joël Candau es un
antropólogo especializado en ciencias sensoriales, estudioso en particular del
sentido del olfato y de la memoria olfativa. Por la calidad de sus investigaciones,
ha merecido ser uno de los doce comensales de El somni
la peculiar experiencia culinaria propiciada por los hermanos Roca, una ópera
en doce platos, un banquete en doce actos, integración de ópera, gastronomía,
pintura, poesía, música.... Acto organizado en Barcelona, se convertirá en
largometraje documental, libro y exposición (Arts Santa Mónica, hasta e17 de
junio). Joél Candau se ha marchado a Niza maravíllado: "Volver a Barcelona será siempre un placer”, un placer muy
sensorial.
¿Qué sentido es el
primigenio?
El olfato. ¡Nos da la
vida!
¿Cómo?
El olfato guía al
recién nacido hacia los pechos de su madre. Y, al llegar, mama.
Después del olfato,
gusto.
Así es, ¡con el tacto!
Luego, oído y vista.
Parecería al revés.
Es cierto que vemos
desde que nacemos... ¡y oímos desde antes de nacer!
¿Sí?
Lo demuestra un
experimento con bebés franceses y alemanes: ¡lloran distinto!
¿Qué quiere decir?
El llanto del recién
nacido francés culmina en tono ascendente; el del alemán es descendente. ¡Son
los soniquetes característicos de los idiomas francés y el alemán!
¿Y cómo lo sabe el
neonato?
Desde el vientre de su
madre oye el sonsonete del idioma que se habla alrededor. ¡Ya nace marcado por
esa musiquilla!
Somos
hijos de un idioma.
Somos animales hiperculturales: ¡lo cultural nos impregna desde antes
de nacer!
¿Dice que vemos desde
que nacemos?
Muestra a un bebe un
dibujo de un esquemático rostro a base de cuatro rayitas...¡y reacciona!
Reconoce una cara. Dispuestas de otro modo... esas rayitas no le dicen nada.
Somos animales
visuales, también.
Somos, sobre todo, muy plásticos: cada percepción nos modela y
enriquece neuronalmente: ¡cultivémoslas!
¿Hay culturas en que un
sentido impere más que los otros?
La cultura occidental
es muy vistacéntrica.
¿Hemos orillado el
olfato?
Sí..., aunque ¡no
tanto!: olisqueamos la comida, husmeamos la ropa para lavarla, nos disgusta que
alguien huela a sudor... Y el lenguaje lo recoge: esto huele mal, esta cuestión apesta, esto huele a chamusquina...
El sentido del olfato
¿evoluciona?
Hace tres siglos
tolerábamos mejor los olores intensos. A partir del siglo XIX, los que sudan y
los que no sudan se segregaron en barrios separados...
Las clases sociales.
En todo caso, el del
olfato es el sentido más evocador: la percepción de un olor se fija en la misma
área cerebral de las emociones.
Un ejemplo.
Con diez añitos hice
novillos en el colegio, con un amigo. La emoción de la transgresión fue intensa...
Jugamos en un campo florido de amarillas genistas. Hoy huelo la genista..., ¡y vuelvo a los
diez años!
Como la magdalena de
Proust
Los recuerdos olfativos son los más persistentes, y la memoria de esos
olores nos proporciona identidad. ¡Exponte a muy variadas percepciones,
sensaciones, emociones... y serás más flexible, poroso, comprensivo!
¿Varía la capacidad
perceptiva en hombres y mujeres?
La mujer tiene más
sensibilidad táctil: la yema de sus dedos tiene mayor concentración de células
sensibles. Y a las embarazadas se les afina la percepción de los olores.
¿Es verdad que los
colores suenan?
La sinestesia es un
fenómeno que viven algunas personas: un color les suena, un sonido les huele o
les sabe a algo, o tiene un determinado color... Para el escritor Nabokov, la
letra t era verde, la b era marrón...
Un cruce sensorial.
Hay una mujer que,
según los intertonos musicales que oiga, siente en la lengua sabor salado,
dulce, ácido, amargo...
¿Cómo evolucionarán los
sentidos?
Por experimentos con
ratas, sabemos que la realidad virtual contiene menos estímulos sensoriales que
la realidad presencial: cuantas menos percepciones sensoriales, menos estímulos
neuronales...
¿En qué investigación
está ahora?
En la relación
oral-moral: rechazamos ingerir ciertos alimentos no por razones únicamente
nutricionales, sino porque los cargamos de valores morales... De ahí las
interdicciones dietéticas de las religiones...
Sentir para creer.
Y el lenguaje acuña
expresiones basadas en los sentidos: me
disgusta, me asquea, no puedo ni verlo, me lo huelo...
¿Qué experiencia
sensorial reciente le ha enriquecido?
Participar en El somni,
la ópera culinaria de los hermanos Roca, en la que se ven implicados todos los
sentidos...
¿Podría describirla?
Ha bordeado la
perfección sensorial. Yo soy alpinista, y he sentido algo parecido a la
plenitud que siento allá arriba cuando camino por una línea de cresta...
¿Por qué?
Es una suma de alegría,
deseo de descubrir, sorpresa, un poco de incertidumbre y miedo... Y un sentido
de comunión.
Explíquelo.
Ha sido una metáfora de
la vida: la vida es la respuesta al estímulo de las vibraciones del universo,
percibidas como olores, colores, sabores, sonidos...
Muy sugerente
Y no olvide que la
comida compartida -¡desde hace al menos 12.000 años en una cueva!-socializa:
esta experiencia ha sido también una metáfora de la sociedad humana.
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