Tengo
48 años. Casado, dos hijos y un perro. Soy
profesor en la Universidad del Sur de California.
Para mí la política es un asunto de temas, no de partidos. Estoy a favor
de los innovadores, de los que quieren
cambiar las cosas. La salud es cuestión de hábitos
e información. Judío
TACONES, OLVIDADOS
Reputado investigador
sobre el cáncer, galardonado con el American Carecer Society Phpsician
Research Award, fue el oncólogo de Lance Arntshrong y Steve Jobs, quien antes
de morir puso título a su libro: El fin
de la enfermedad. Las claves para una vida saludable (Ariel), número uno de ventas en EE.UU. Un libro provocador que aboga
por bajarnos de los tacones, olvidarnos de las perniciosas vitaminas y levantarnos
de la silla si no queremos pagarlo caro; que alaba los beneficios de la
aspirina infantil y la vacuna de la gripe, y que aboga por compartir en una
base de datos mundial todos los historiales médicos para poder investigar, y
esa es una buena idea.
Me exaspera el
pensamiento retrógrado que la ciencia continúa abrazando.
¿A qué pensamiento
se refiere?
Al que mira una parte y olvida el todo. En el organismo
tienen lugar múltiples procesos simultáneos, y sin embargo continuamos abordando
los problemas uno a uno.
¿Qué
propone?
Invertimos
millones en curar a la gente cuando deberíamos invertirlos en salud. Hay que
cambiar las conductas porque ya sabemos que, por ejemplo, comer mal o el sedentarismo
nos llevan a la enfermedad.
Usted es un
reputado oncólogo, ¿qué ha descubierto?
Que la inflamación es un síntoma revelador de que el
cuerpo está sometido a estímulos perjudiciales.
¿Qué tipo
de estímulos?
Desde sustancias irritantes hasta células dañadas o
microorganismos patógenos que aumentan de por vida el riesgo de contraer enfermedades
(infarto, ictus, cáncer...). Una tormenta inflamatoria podría ser resultado de
recuperarse de una gripe: yo me vacuno.
¿Tomamos
vitaminas?
No. Aumentan el riesgo de cáncer. Al cuerpo le
gusta crear radicales libres para atacar las células nocivas. Si se bloquea ese
mecanismo tomando vitaminas en abundancia, sobre todo antioxidantes, se
bloquea la habilidad natural del cuerpo para controlarse.
Pues llevan décadas recomendándolas.
Lo sé, y hace treinta años la margarina era mejor
que la mantequilla. Esa afirmación causó muchísimas enfermedades cardiacas.
Nos vuelven locos.
Se han hecho 60 estudios para determinar el papel de
las vitaminas y no se ha visto beneficio alguno. Si cogemos a los fumadores y
exfumadores y les damos vitamina E o betacaroteno, se aumenta el índice de
cáncer pulmonar más de un 20%.
Datos
sorprendentes.
Si tomamos mujeres de más de 65 años y les damos
vitamina D, les aumentamos un 16% el riesgo de fractura ósea Si a un hombre se le
da vitamina E, le aumenta un 17% el riesgo de cáncer de próstata.
¿-?
En Estados Unidos se gasta más dinero en vitaminas y
suplementos que en investigación médica.
Habrá que
tomar zumos de frutas y hortalizas.
No lo haga. Esas frutas y verduras se pudren
enseguida, luego las baten en cantidades industriales y rápidamente se degradan;
por lo tanto, no le llega ningún beneficio de ellas. Coma alimentos enteros y reales lo más
naturales posibles.
¿Zumo de
naranja recién exprimido?
Es sólo azúcar, pierde la vitamina. Pele la naranja
y tómela antes de exponerla a la luz y al oxígeno.
¿Alguna
otra recomendación insólita?
Lleve zapatos buenos y cómodos. ¿Influye el calzado
que usamos en que nos fulmine un infarto diez años antes de lo que sucedería
si lleváramos zapatillas deportivas cómodas toda la vida?
¿Sí?
Sí. No se me ocurre ninguna enfermedad crónica que
no vaya asociada a la inflamación. Si llevamos zapatos de tacón y nos duelen
los pies cuando llegamos a casa, significa que los tenemos inflamados.
Entiendo.
Si jugamos al fútbol y estamos doloridos al final
del partido, es a causa de la inflamación. Si se levanta por la mañana y hace
una hora de ejercicio pero luego se pasa el día sentado, es como si no hubiera
hecho nada.
Exagera.
Estar sentado cinco horas al día seguidas equivale
para la salud a fumarse un paquete de cigarrillos. Cada veinte minutos hay que levantarse y
caminar un poco.
Y dormir
ocho horas, supongo.
No
se trata tanto de las horas que dormimos: la panacea es un horario regular. Acostarse
a distintas horas o hacer de vez en cuando una siesta confunde al cuerpo mucho
más de lo que pensábamos.
¿Algún
remedio contra la inflamación?
Para los que tienen más de 40 años, una aspirina
infantil. Si la tomamos a diario, no reducimos la incidencia, pero sí el
índice de muerte por cáncer un 37%, y un 22% en el caso de la enfermedad
cardiaca
Es
arriesgado decir estas cosas.
Yo lo digo muy tranquilo: bloquea la inflamación.
¿Cuál ha
sido su mayor descubrimiento en la vida?
Todos los días debo mirar a los ojos a personas y
decirles que tienen una enfermedad de la que no van a recuperarse. Ante ese diagnóstico, veo gente que se deshace y gente
que vive hasta el día de su muerte. Una actitud positiva y un sistema de
creencias son de las cosas más importantes que podemos tener.
¿Y cuál es su sistema de creencias?
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