¿Te has planteado alguna vez si los demás confían en ti, si
creen en lo que les transmites, llegas a la gente? Hay personas
a las que da gusto escuchar y a las que crees a pies juntillas. Las oyes y te
motivan, incluso te genera que te plantees tu creencias y cuestiones que creías
tener completamente seguras. ¿Por qué? Por su nivel de credibilidad. Son personas que
impactan.
La credibilidad está
relacionada con el éxito social, personal y profesional. Nos gusta escuchar y
relacionarnos con las personas que nos confieren seguridad, aquellos a los que
seguiríamos de forma fiel. Los maestros, líderes, médicos, oradores,
psicólogos, mecánicos... madres y padres que tienen credibilidad, no necesitan
imponer ni gritar. Se les sigue porque se confía en ellos.
La credibilidad tiene que ver
con el carisma, es su parte más innata, pero existen otros criterios y
variables que predicen y definen a una persona como creíble. El carisma, mal
utilizado, puede hacer mucho daño a personas altamente sensibles e
influenciables, como las famosas sectas. Pero hoy dedicamos el artículo al buen
carisma y la credibilidad que es capaz de insuflar motivación, curiosidad y
cambio.
La credibilidad tiene tres
momentos relacionados con la interacción: preconocimiento, durante la relación personal, y después de que
termine el encuentro. Veamos cada una de ellas y cómo podrías
fomentarlas tú.
CREDIBILIDAD
ANTES DE ENTRAR EN CONTACTO CON LA PERSONA (esa que luego te parecerá creíble o
no)
En este momento importa la
reputación que tenga la persona que vas a conocer y su apariencia.
El nivel de reputación es inversamente proporcional a la importancia de su
presencia física. ¿Por qué? Porque cuanto mejor te hayan hablado de la persona,
menos te importa la imagen que tenga. Habrá ganado tu confianza antes de que le
des la mano.
Te pongo un ejemplo: imagina
que vas a visitar a un especialista en digestivo que te han recomendado por
varias vías, ¡qué casualidad! Tu hermana te dijo que es amabilísimo, que se
explica genial, que te da tranquilidad, y además, una vecina, que estuvo la
semana pasada en su consulta te ha dicho que es fabuloso. En el momento en el
que entras en su consulta, si te encuentras a un hombre que no responde al rol
de médico (bata, corbata, zapatos pulcros, etc.), te dará igual, porque tú ya
vienes con unas expectativas muy positivas.
Pongámonos en el caso de no
tener ni idea sobre este médico digestivo, no tienes referencias, ni positivas,
ni negativas. Llegas a la consulta, preocupada con tu dolor de estómago y te
encuentras con un médico en vaqueros, chanclas, muy simpático, pero muy
hippie... te genera dudas. La credibilidad no es la misma que si entras y te
encuentras al médico de toda la vida, su bata, sus gafas, su termómetro en el
bolsillo. Sencillamente, no era la imagen que tenías de él en tu cabeza y
genera disonancia. Así que en este primer contacto, tu médico, que no tenía
reputación, ni la imagen que tú habías deseado de un doctor, parte con baja
credibilidad.
La edad es otro factor a tener en cuenta. A nivel profesional
otorgamos más credibilidad a aquellos que rondan entre los 35 y 55, personas
que han cogido experiencia y que alcanzan un conocimiento y una edad en la que
uno todavía es joven para estar motivado, pero con la experiencia suficiente
como para minimizar el número de errores.
Se confía menos en la gente
joven, de entrada, no por nada, sino porque se les otorga menos confianza. Hay
personas jóvenes, que una vez que las conoces, que es la segunda fase, te das
cuenta de que son altamente competentes.
Factores como la afiliación política, la etnia, la religión,
etc. también influyen en este primer impacto.
Así funcionamos por lo general.
Pero no estamos perdidos, la credibilidad puede subir o bajar en el momento en el
que interactuamos con la persona.
SEGUNDA FASE:
LA CREDIBILIDAD DURANTE LA INTERACCIÓN
En esta segunda fase entran en juego varias
variables muy importantes. Estate muy atento para que las puedas manejar bien:
1.- El conocimiento es clave.
Cuanto más sabio y conocedor parece alguien, mayor credibilidad. Ahora ya que
el médico vaya en vaqueros, te da igual, o que tenga 29 años. Su conocimiento
te ha cautivado.
2.- Honestidad, claridad y transparencia. Te dan credibilidad las personas de
bien con buenas intenciones. Nadie se quiere relacionar con alguien
con dobles intenciones, el que te ofrece ayuda pero busca algo a cambio. Las
personas no se sienten seguras con gente así. Y la exageración, la mentira, la
robada de medallas provocan la pérdida de confianza y credibilidad de quien se
comporta así.
3.- Asumir errores. Las personas
exitosas se equivocan, pero como asumen el error como forma de aprendizaje, no les
importa reconocerlo. No existen las personas perfectas.
4.- Dinamismo y optimismo. La alegría, el optimismo, las
personas que hablan en términos de soluciones en lugar de problemas, tienen más
credibilidad que aquellas que parecen estar rodeadas de energía negativa y
vivir en un mundo amenazador y sin soluciones.
5.- Comunicación. Sé claro, directo, sencillo. No te
pierdas en largas frases, ni te parafrasees a ti mismo. No tienes que
escucharte tú, recuerda que estás interactuando. Las personas con las que
hablas puede que carezcan de tu nivel cultural, o desconozcan los tecnicismos. No eres más
sabio por hablar más y de forma más culta, sino por ser capaz de que la persona
que está enfrente te entienda.
TERCERA FASE:
LA CREDIBILIDAD POSTENCUENTRO
Este tipo de credibilidad depende de tres
variables:
1.- Tener palabra.
Hoy en día nadie se fía de nadie, y es una pena. Tener palabra significa ser respetuoso y
leal a lo que le dijiste. Sin necesidad de firmar papeles. Cumplir
lo que se promete. Me gusta la gente de palabra.
2.-
Tu credibilidad
también va a depender de la sensación que la persona tenga sobre la información que
le has dado. Si el paciente sale de la consulta con la idea de que
lo tiene todo claro, de que le has despejado las dudas y que la comunicación ha
sido fácil, tendrás más credibilidad. Ahora, si sale con dudas, tu credibilidad
bajará.
3.-
De factores ajenos a ti que potencian o minimizan tu discurso. Si coincide
que lo que has transmitido se relaciona de forma positiva con una noticia en
los medios en la misma línea, tu credibilidad subirá. Pero esto no lo puedes
manejar. Así que como si no lo hubiera escrito.
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