Palabras, imágenes, canciones, emociones que nos acompañan en nuestro camino.


dijous, 29 de novembre del 2012

"Me encanta despertar cada mañana. Sé que será un nuevo día que no he vivido antes. ¡Buenos días mundo; aquí estoy!". Frases para cambiar vidas.


Autor: Louise Hay
No, me temo que no hay una escuela, salvo la escuela de la propia vida, en la que uno tenga la posibilidad de graduarse, y a ser posible Cum laude, en esa bendita asignatura llamada optimismo.
Ser optimista es una lección que se asume mientras uno va viviendo y quizá con mayor provecho cuanto peor uno vive. Sí, porque ser optimista con el viento a favor azuzando fuerte y las velas desplegadas surcando millas marinas sin parar, es muy fácil. Lo difícil es mantener la confianza y la fe en que todo cambiará, cuando estamos sumidos en la desgracia y en una especie de fatalidad sinfín.
Yo soy realista, después de todo, y me preocupo por cosas en las que no soy capaz de hacer casi nada directamente: la injusticia económica, las guerras y los repetidos fracasos para aprender de la historia y hacer del mundo un lugar más justo y mejor. Pero me he dado cuenta que la vida es mucho más agradable, y llevadera, cuando uno mira el lado bueno y supones que la razón, el equilibrio y la justicia, finalmente prevalecerán.
El optimismo, podríamos afirmar, es la creencia de que las cosas buenas nos van a pasar y que los acontecimientos negativos son solo reveses temporales que uno debe superar. Pero ser optimista, quede claro, no significa que debamos ser ciegos a los hechos que nos rodean e ignorar la realidad más nefasta. Según señala Elaine Fox, psicólogo de la Universidad de Essex en Inglaterra: "El optimismo no es tanto acerca de sentirse feliz ni, necesariamente, la creencia de que todo va a estar bien, sino de cómo respondemos cuando los tiempos se ponen difíciles. Los optimistas tienden a seguir adelante, incluso cuando parece como si todo el mundo estuviera en contra de ellos".
La famosa ley de Murphy: "Todo lo que pueda salir mal, saldrá mal", es la antítesis del optimismo. En un libro llamado Rompiendo la ley de Murphy, Suzanne C. Segerstrom, profesora de psicología en la Universidad de Kentucky, explicaba que el optimismo no se trata tanto de ser positivo como de estar motivado y ser persistente. Segerstrom y otros investigadores, han descubierto que en lugar de renunciar y alejarse de situaciones difíciles, los optimistas atacan y encaran los problemas de frente. Planean un curso de acción, recibiendo consejos de los demás y mantienen la concentración en las soluciones. Los optimistas tienden a reaccionar mediante la construcción de "recursos existenciales"; por ejemplo, mediante la búsqueda de algo positivo en una situación negativa.
En su libro El optimista racional, Matt Ridley escritor y científico británico, hace la siguiente y muy lúcida apreciación: "Más de 10.000 años atrás había menos de 10 millones de personas en el planeta. Hoy en día hay más de 6 mil millones, el 99 por ciento de los cuales están mejor alimentados, mejor protegidos, más entretenidos y mejor equipados contra las enfermedades que todos nuestros antepasados de la Edad de Piedra. La disponibilidad de casi todo lo que una persona podría querer o necesitar, ha ido creciendo casi exponencialmente durante 10.000 años y se ha acelerado rápidamente en los últimos 200: calorías, vitaminas, agua potable, las máquinas, la privacidad, la manera de viajar más rápido de lo que hubiera imaginado el más despierto de nuestros ancestros, y la capacidad de comunicarnos a través de distancias más largas de lo que es posible gritar. Sin embargo, por mucho que mejoran las cosas respecto a como estaban antes, la gente todavía se aferra a la creencia de que el futuro será más que desastroso."
Por último, algunos sencillos pasos para, si aún no lo eres, poder alistarte al ejercito de los optimistas. Ya sabes: los que no dan ni una batalla por perdida...

1. Encuentra la oportunidad en cada dificultad.
2. Rodéate de personas positivas.
3. Da amor, recibe amor, e invierte en el amor.
4. Sé realista, y espera subidas y bajadas.
5. Inspírate con una sonrisa y con recuerdos positivos.
6. Trabaja sobre las cosas que puedas controlar.
7. Cuenta tus bendiciones.
8. Percibe y asume que en la vida nada es permanente.
9. Céntrate en el presente.


Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada