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divendres, 11 de maig del 2012

LAS PREGUNTAS QUE IMPORTAN. Miriam Subirana. El País.


Sea creativo, piense en ellas de forma innovadora, dedique un tiempo a pensar en la que es más correcta.
Los grandes cambios llegan a través de una pregunta bien planteada.
Las preguntas pueden anclarnos en el pasado o generar una transformación constante.
Todo lo que sabemos hoy acerca de nuestro mundo surgió por­que hubo personas curiosas que se plantearon preguntas. Vivimos la realidad según las pregun­tas que nos hacemos. Ellas nos invitan a descubrir aspectos de la realidad an­tes desconocidos, nos llevan a sufrir o a aprender, a culpar o a responsabilizar­nos, a ser conscientes o a permanecer anestesiados.
Albert Einstein afirmó: "Si tuviera una hora para resolver un problema y mi vida dependiera de la solución, dedicaría los primeros 55 minutos para encontrar la pregunta apropiada. Una vez supiera la pregunta correcta, podría resolver el problema en cinco minutos"
Algunos premios Nobel describen el momento del ¡eureka! de su descubri­miento como aquel en el cual la pregunta correcta se reveló por sí misma. Por ejem­plo, la teoría de la relatividad de Einstein emergió de una pregunta sobre la cual él se había cuestionado cuando era adoles­cente: "¿A qué se asemejaría el universo si estuviera cabalgando sobre el final de un haz de luz a la velocidad de esta?". Einstein regularmente practicó este tipo de experimento mental, que, con el tiem­po, lo llevó a significativos avances en el campo de la física.
Otro físico, el premio Nobel Arno Penzias, afirmó que "el cambio comien­za con el individuo, así que lo primero que hago cada mañana es preguntarme a mí mismo:'¿Por qué estoy firmemente convencido de lo que creo?". Esta pre­gunta le lleva a examinar sus propios su­puestos. Cuestionarse a sí mismo man­tiene viva su creatividad. 

A SER POSIBLE... DE CALIDAD
"Una pregunta no realizada es una puerta no abierta". (Marilee Goldberg)
La utilidad del conocimiento que adqui­rimos y la eficacia de las acciones que emprendamos dependerá de la calidad de nuestras preguntas. Las que abren la puerta al diálogo y al descubrimiento son una invitación a la creatividad. La pre­gunta poderosa no reitera el problema, sino que lo trasciende:
  • Genera curiosidad en el oyente.
  • Estimula la conversación reflexiva y saca a la superficie supuestos subyacentes.
  • Invita a la creatividad y las nuevas posi­bilidades. Abre la puerta al cambio.
  • Genera energía, vitalidad y avance.
  • Canaliza la atención y el foco de la in­vestigación. Centra la intención. 
  • Toca un profundo significado. Nos con­duce al futuro. Evoca más preguntas.
Preguntarse qué podemos hacer que pueda ayudarnos a cambiar esta situa­ción, qué posibilidades tenemos en las que todavía no hemos pensado, cuál es el menor cambio que puede causar el ma­yor impacto, qué solución nos beneficia­rá a los dos, qué hace que las relaciones humanas se movilicen y se armonicen, puede tener un sorprendente impacto en la creación de nuevos conocimientos y en mejorar nuestros vínculos afectivos y nuestras relaciones laborales. Son preguntas que nos llevan a una reflexión constructiva. La indagación apreciativa se basa en formular preguntas que facili­ten la motivación, la cooperación y la co­creación de una realidad mejor.
Por el contrario, otros interrogantes nos anclan en la negatividad y reiteran el problema: ¿cuál es el mayor problema aquí?, ¿por qué tuve que nacer en esta familia tan problemática?, ¿por qué te equivocas tan a menudo?, ¿por qué tene­mos todavía estos problemas?
Por ejemplo, McDonald's, una de las mayores empre­sas que contratan a perso­nas más jóvenes en su primer trabajo, tenía un problema: muchos de estos trabajado­res abandonaban su empleo en pocos meses. Los directi­vos se preguntaron: ¿qué podemos hacer para que se queden? Esta pregunta identifica el problema y, por tanto, no es la pregunta ade­cuada, ya que nos deja an­clados en lo que no funcio­na. La pregunta adecuada fue: ¿cómo podemos hacer para que cuando se vayan sean mejores personas? Lle­garon a la respuesta de que si les daban formación, se quedarían más tiempo en la empresa. El resultado fue que el nivel de permanencia de los nuevos empleados pasó de ser de unos meses a tres años.

TRANSFORMACIÓN
"Un cambio de paradigma ocurre cuando se plantea una pregunta en el paradigma actual que solo se puede responder desde fuera de él" (Marilee Goldberg) 
Las preguntas pueden generar ideas creativas que impulsan el cambio. El arte de plantearnos interrogantes tiene im­plicaciones importantes no solo para variar nuestros supuestos, sino también para crear nuevas posibilidades para la acción constructiva. Por ejemplo, com­pare estas dos cuestiones: ¿cómo pode­mos competir con los chinos? y ¿cómo podemos colaborar con los chinos?
La segunda pregunta cambia el con­texto desafiando el paradigma tradicio­nal de nuestro negocio y los supuestos que subyacen. Como resultado se abre una nueva línea de la exploración.
Las preguntas nos llevan a anclarnos en el pasado, a vivir aprendiendo en el presente o a generar una transformación constante. Hay preguntas que son incen­tivos para transformar, por ejemplo:
¿Por qué voy a quedarme encallado aquí, en este estrés, en estos sentimien­tos amargos, en este vacío y sin logros? ¿Para qué voy a seguir con estas expe­riencias recurrentes que se repiten una y otra vez? ¿Por qué mi vida no va como yo quiero? Son preguntas que nos invitan a revisar nuestra programación interna: percepciones, creencias y recuerdos que bloquean nuestro progreso.
Desde nuestro egocentrismo pode­mos preguntamos: ¿cómo puedo hacer que esta situación satisfaga mis necesi­dades?, o bien: ¿cómo puedo encontrar otra situación que me satisfaga en el fu­turo?, ¿qué es lo que me dará lo que de­seo para mantener mi statu quo? Víctor Frankl afirmó que "lo importante no es lo que nosotros esperamos de la vida, sino lo que la vida espera de nosotros". Desde nuestro ser generoso pregunta­mos: ¿qué es lo que la situación nos pide que hagamos? Según la pregunta, así será nuestra respuesta y acción.
En nuestra cultura nos centramos en obtener la respuesta correcta y no en descubrir la pregunta correcta. Nuestro sistema de educación se centra más en la memorización y repetición de respuestas que en el arte de buscar nuevas posi­bilidades. Concursos, exámenes y prue­bas de aptitud refuerzan el valor de las respuestas correctas. No nos sentimos cómodos en el terreno del "no saber".
La aversión que tenemos a formular preguntas creativas está relacionada con la obsesión por la búsqueda de respues­tas rápidas.
El ritmo acelerado de nuestras vidas no nos proporciona la oportunidad de participar en conversaciones de reflexión en las cuales podemos explorar pregun­tas catalizadoras y posibilidades innova­doras antes de llegar a decisiones clave.
Estos factores, junto con la creencia de que el verdadero trabajo consiste en un análisis detallado, en respuestas y decisiones inmediatas, chocan con la perspectiva de que el trabajo del conoci­miento eficaz consiste en hacer pregun­tas profundas que se alojen en conver­saciones estratégicas sobre cuestiones de fondo.
Entre nuestra adhesión a la respuesta y nuestra ansiedad sobre no saber, sin darnos cuenta hemos frustrado nuestra capacidad colectiva para la creatividad profunda de la cual broten ideas frescas. 
Para formular preguntas poderosas, es importante tomar conciencia de los su­puestos y utilizarlos adecuadamente. Por ejemplo, contrastemos la pregunta: ¿qué hicimos mal y quién es el responsa­ble? con esta otra: ¿qué podemos apren­der de lo que ha sucedido y qué posibili­dades vemos ahora? Observamos que la primera pregunta asume error y culpa; quien deba responderla, seguramente se pondrá a la defensiva. La segunda pre­gunta alienta a la reflexión, estimula el aprendizaje y la colaboración entre los implicados.
Es útil examinar las creencias que sustentan una pregunta. Puede hacerlo preguntando: ¿qué supuestos o creen­cias son esenciales para la conversación que estamos teniendo aquí? y ¿cómo nos iría en esto si hubiéramos tenido un sistema de creencias totalmente dife­rentes al que tenemos? Estas preguntas nos invitan a explorar nuestras suposi­ciones y abren el espacio para nuevas posibilidades de revelarlas. Si pregun­tamos: ¿cómo podemos crear un siste­ma educativo bilingüe?, damos por su­puesto que los que participen en la reunión están de acuerdo en que queremos un sistema educativo bilingüe. Es importante tomar conciencia de lo que se da por supuesto y utilizarlo adecua­damente.
En silencio, meditando y relajando la mente, los circuitos de nuestro cerebro se calman y nos focalizamos en nuestra capacidad de inventar y de reinventar­nos. En ese espacio se amplía nuestra habilidad creativa. Aparece la pregunta adecuada que nos permitirá encontrar la respuesta que necesitamos.
Para conseguirlo es bueno seguir el consejo de Anthony Strano: "Aprenda a hacer preguntas y a no esperar respues­tas. Si se focaliza demasiado en las res­puestas, las pierde. Las preguntas rele­vantes son como escobas que barren la mente y crean un espacio limpio. La mente necesita un espacio limpio. Las respuestas entran en espacios limpios".
Sienta curiosidad por lo que ocurre en su interior y lo que le rodea. No dé por buenas las respuestas que surjan de su piloto automático. Busque siempre su verdad interior y lo que es auténtico fuera, para no dejarse llevar por los es­pejismos. No todo lo que brilla es oro. Pregunte.

Fomentar la inteligencia colectiva
Si cuando salió de su última reunión pensó: "Ha sido una pérdida de tiempo"; tal vez es que se plantearon preguntas equivocadas o no se hicieron preguntas atractivas. Para facilitar un diálogo que permita profundizar, investigar y fomentar la inteligencia colectiva y el cuestionamiento mutuo se necesita:
  • Crear un clima de descubrimiento.
  • Suspender el juicio prematuro.
  • Explorar los supuestos y creencias subyacentes
  • Fomentar la diversidad de ideas.
  • Escuchar y descubrir las conexiones entre las ideas.
  • Recopilar y compartir descubrimientos colectivos. Ante las desafíos que afrontamos tanto en nuestras propias organizaciones como en la comunidad global, estas habilidades son ahora más necesarias que nunca.
CAMBIAR EL INTERROGANTE     
LIBROS
- 'El arte de la pregunta'; de Marilee Goldberg (John Wiley and Sons).
- 'Creatividad para reinvrentar tu vida'; de Miriam Subirana.
- 'The art of powrerful questions. Catalyzing insight, innovation and action'; de Eric E. Vogt, Juanita Brown and David Isaacs (Whole Systems Associates).

PELÍCULAS
-`La duda' dirigida por John Patrrick Shanley.



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