Ilustración Sílvia Colomé |
No
convertir los encuentros familiares en obligaciones, limitar los temas de
discusión, gestionar el luto o ser equitativo tomando decisiones, consejos más
saludables
Maribel
Martínez
asegura que la herencia es uno de los motivos principales por el que muchas
familias dejan de hablarse. En este sentido la psicóloga considera que “la Navidad es un motivo de encuentro, no de desencuentro,
por lo que es más importante que
busquemos nexos en común y hablemos de estos temas en otros momentos”.
Ferran Ramon-Cortés cree que es vital
“encarar
estas relaciones de Navidad desde la
mirada positiva del otro, recargando las cosas que nos unen con los demás,
no las que nos separan, o con resentimiento por otras cuestiones”.
Cortés concluye que “el resentimiento ante determinados temas personales nos hace actuar destructivamente con el
otro y nos genera un estrés constante porque estamos pendientes de ver
quién será el que tirará la primera piedra”.
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