¿Cómo podemos ser tan remisos a escuchar a quien tenemos más cerca, nosotros mismos, y sin embargo, dar crédito y carta de naturaleza a toda opinión extraña?
La idea de "escucharse a uno mismo" es realmente brillante, si se sabe cómo hacerlo.
¿Es sensato desatender la voz, plena de información y conocimiento de la situación, que nos dice lo que es correcto para nosotros y lo que no lo es?.
¿Es juicioso desoír lo que nuestra voz interior nos está gritando?
¿Cómo, si no escuchamos lo que sentimos, podremos cribar todas las opiniones que fluyen a nuestro alrededor, para quedarnos con las más apropiadas?
Cuando uno se escucha a sí mismo adopta decisiones perfectas. Sí, obviamente, podemos equivocarnos, pero incluso en caso de error la decisión tomada será la acertada, ya que optamos por ella en su momento y porque, en definitiva, nadie mejor que nosotros para saber qué nos hará felices.
“Cuando escuchamos a alguien, nos parece comprender su exposición, pero cuando nos alejamos de dicha persona, no entendemos ni recordamos casi nada; aunque tratemos de aplicar todo lo que nos dijo. Por lo que debemos aprender a escucharnos a nosotros mismos; y no a quién habla. Dado a que si sólo oímos a dicha persona, ella se convertirá en nuestro líder, y en el único método para comprender." (Jiddu Krishnamurti).
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