A mis 62 años lucho por resetearme, es decir, me gustaría limpiarme por dentro, y empezar de nuevo, pero ojo, no borrando, sólo limpiando. Quedándome con este cuerpo, estas neuronas y esta alma. Porque lo que a mí me parece extraño, es que no sólo me quiero y me gusta como soy, ya que eso es lo que me trae más dificultades para seguir en esta vida: ser como soy. Me sería más fácil, mucho más fácil, hacer como que soy otra persona, pero no puedo ni quiero.
Responde: Nika Vázquez.
Qué importante es saber, cuando estamos mal, saber lo que queremos, o más fácil aún, saber lo que no queremos. Existe una idea en la sociedad de que la tristeza es mala, y desde pequeños nos enseñan a rechazarla, a esconderla y a intentar eliminarla por otra emoción más buena cuando aparece. Sin embargo, la tristeza, como todas las emociones que sentimos, tiene una función imprescindible en nuestra supervivencia: obligarnos a bajar nuestro ritmo de vida, hacer balance de nuestra situación actual, valorar logros y pérdidas obtenidos hasta ese momento, y planear un plan de acción para llevar los cambios pensados a cabo.
Saber qué aspectos de nuestra vida o de nuestra manera de actuar queremos cambiar es el primer paso para que el cambio se produzca. No todas las personas se sienten capaces de hacer una introspección por sí mismas, hallar respuestas de su interior, y buscar cuál es el camino para llevar acabo la transformación hacia la persona que realmente quieren ser. A decir verdad, ése es uno de los objetivos que tenemos los profesionales de la psicología: ayudar a las personas a hallar las respuestas y soluciones dentro de ellos mismos. Así pues, si ves que ese proceso te resulta complicado y no hallas el modo de encontrar esa solución, no dudes en acudir a un profesional para que te ayude a buscar tu propio camino.
Dentro de la psicología positiva, la resiliencia se define como la capacidad que tenemos las personas de aprender de situaciones adversas que nos acontecen en la vida, y salir incluso reforzados de ellas. Al ser una capacidad innata, se basa en descubrirla en nuestro interior y aprender a explotarla, sacando el mejor partido a todas las situaciones que vivamos, llevándonos de cada experiencia un aprendizaje básico para nuestra superviviencia, para nuestro futuro, para seguir recorriendo el camino de la felicidad.
Hace poco he sufrido un accidente. No ha sido suave, pero tampoco es lo peor que podría haberme pasado. No se si aprenderé algo de ésta situación. Por ahora lo que siento a menudo es mucho miedo. Veo peligros por todas partes y a menudo se me hace todo una montaña, especialmente cuando miro al futuro y a los retos que tendré que superar. Lo mejor y lo peor de ésta situación es que llegas a conocer mejor a las personas que te rodean y ves lo generosas que pueden llegar a ser algunas y la limitada entrega de otras de las que, aunque no esperaba más, en el fondo te duele. Sobre todo si son tus propias hijas ¿Saldré reforzada de esta situación? ¿Aprenderé algo de ella? Por ahora todo eso de la resilencia me parecen fuegos artificiales, aunque no dudo de que en otras circunstancias funcione tal y como se explica en el artículo. Tampoco sirve de nada que te digan lo que debes sentir. Eso es algo que debe surgir del interior de cada uno, de sus propias reflexiones y experiencias, aunque no está de más que te ayuden a ver el lado bueno de la vida.
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