Tengo 23 años. Nací en Olesa de Montserrat y vivo en Barcelona. Soy emprendedor-empresario-hablador: he creado un sistema operativo. Vivo con mi hámster, Walter. Yo voto, pero los políticos no nos sacarán de la crisis: eso es cosa nuestra. ¿Dios? Me gustaría llegar a creer.
Habla rápido, casi atropellándose, pero se le entiende todo. Sus ideas son claras y precisas, y parece saber qué quiere y qué hacer en cada momento. El príncipe Felipe le ha distinguido con el premio Impulsa Empresa 2010, y Felipe González le ha aplaudido: uno y otro prologan y epilogan su libro 'Está todo por hacer' (Plataforma), en el que resume su filosofía, rebosante de un entusiasmo que resume en el subtítulo: "Cuando el mundo se derrumbe, hazte emprendedor". No es una pose: a Pau le sale por los poros la autoconfianza y la pasión proactiva. Sus innovaciones se anticiparon al cloud computing y hoy su empresa (eyeOS) negocia con las primeras del mundo digital. Hará cosas.
¿Qué ha inventado?
Un sistema operativo desde la web: la información puede almacenarse en un sitio al que acceder desde cualquier terminal conectado a internet.
¿Es lo que llaman “computación en la nube” (cloud computing)?
Ni tenía nombre ni se sabía para qué serviría cuando lo inventamos. Muchos nos decían: “Qué tontería, esto no sirve para nada”.
¿Quiénes lo inventaron?
Mi amigo Marc Cercós y yo... ¡Gracias a la pendiente de una calle de Olesa!.
¿Una pendiente?
Nuestras casas están separadas por una cuesta muy empinada, la calle del tenis. Quedábamos en casa de uno u otro para computar, y a veces olvidábamos archivos en casa del otro: para ahorrarnos caminar la dichosa cuesta, ideamos este sistema.
¿No tenían memorias USB potentes?
No, era el 2005: una desventaja convertida en ventaja. “Esto no tiene mercado”, nos decían. No había iPhones, iPads, tabletas, la actual profusión de terminales de internet: ¡el mercado nos ha llegado después!
¿Cuál es la lección?
Ver que teníamos el 1% de algo, pero pensar a lo grande y volcarse: si eso era útil para nosotros, lo sería algún día para más personas. Al principio, los usuarios de eyeOS (así lo bautizamos, idea de mi madre) éramos cinco personas... ¡Hoy somos millones!
Hay que felicitarle.
¡Cuántas veces oímos lo de “sois unos ingenuos”!. Pues viva la ingenuidad: te impulsa.
¿Tiene que ver con la edad?
Ser muy joven o muy mayor es ventajoso: llamas la atención y tienes poco que perder. Aprecio el fracaso y rechazo el posponer.
¿Aprecia el fracaso?
Entiendo que fracasar diez veces es aprender qué diez cosas no debo repetir.
Posponemos mucho, ¿no?
Dices: “Haré esto, haré aquello, pero después de los estudios, después de la hipoteca, después de los hijos, cuando me jubile...”. ¡Hazlo ya, que esta tarde puede atropellarte un camión!. Vivimos esperando: es un error.
¿No esperó a terminar sus estudios?
Cursaba primero de Ingeniería Informática... Y me expulsaron. No me presentaba a los exámenes porque estaba demasiado apasionado construyendo eyeOS...
¿En cuántos países opera ahora?
Se usa en 65 países: es el proyecto de software libre más grande creado en España.
¿Hubiera sido mejor desde otro país?
Eso es un tópico. Yo me beneficio de decir que trabajo en Barcelona, ¡porque a los extranjeros les resulta muy glamuroso! Estoy a gusto aquí, no hace falta irse: una reunión en Nueva York está a sólo ocho horas.
¿Qué es lo más duro de trabajar aquí?
Buscamos excusas para no hacer cosas nuevas. Si propones hacer algo nuevo, te dicen: “Esto no va a funcionar, ¡ni lo intentes!”. Si lo haces y no funciona: “¡Ya te lo dije!” Y si funciona, te dicen: “Has tenido suerte”.
Todo para desincentivar, ¿eh?
En otros sitios, si fracasas se considera que has acumulado experiencia, y si triunfas se te aplaude como a un héroe.
Mejor modelo, ¿no?
Sí. Nuestro mayor problema es la actitud de la gente. Vemos al emprendedor como a un pícaro, y si triunfa, como a un explotador.
¿Cómo le gusta verse a usted?
Como alguien que inventa cosas... Pese a no ser superdotado, ni rico, ni estadounidense.
Algo tendrá.
¡Muchas ganas!
Algo más.
La convicción de que todo iría bien.
¿Algo más?
Ingenuidad.
¿Y algo de dinero?
Pedimos un crédito de 40.000 euros a La Caixa: teníamos 19 años, confiábamos en nosotros y nos lo dieron, avalando nosotros.
¿Ha detectado envidias en alguien?
En los que dicen “algún enchufe habrá tenido”: es injusto, me molesta. Lo que me toca oír ahora es: “¡Vigila, no vayas a morir de éxito!”, ja, ja, ja... ¡Qué obsesión!. Yo sigo pensando, como siempre, que todo irá bien.
¿Qué aspectos de nuestro sistema educativo mejoraría usted?
Habría que vincular más la teoría y la práctica, e implicar a personas experimentadas en la vida real.
Le han comparado con Zuckerberg, el creador de Facebook...
También me han llamado “el Bill Gates catalán”. No me gusta: si no le supero, dirán que soy un fracaso. Prefiero que llegue el día en que digan de otro joven “es el Pau Garcia- Milà” norteamericano o sueco o...
¿Qué consejo daría usted al presidente del Gobierno español o catalán?
Primero: ¡no acepte consejos de chicos de 23 años!. Segundo: transmita el mensaje de que los políticos no nos sacarán de la crisis. Porque nos sacaremos entre todos, con una actitud positiva. Y el trabajo de los políticos, acto seguido, será hacer entender a los inversores que este país no se desmonta.
¿Y qué consejo daría a un joven?
¡Ánimo, cree en ti, inventa algo que veas útil para ti!. Y no te disfraces de nada, sé tú. Yo voy siempre con mis tejanos y bambas, ¡hasta cuando doy un discurso ante el Príncipe!.
¿Qué tal con el Príncipe?
Lo primero que me dijo es: “Háblame en catalán”. Se lo agradecí. Y me prometió: “Si un día escribes un libro, te lo prologo”. Y así ha sido.
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