Podemos entrenarnos para ser más felices:
- Practicar más actividades que nos reporten placer.
- Cultivar las aficiones que más nos satisfacen personalmente.
- Buscar un sentido a la vida más allá de uno mismo, sentirse parte de un grupo.
- La intensidad de las relaciones sociales y el tiempo que se pasa con los seres queridos.
- La felicidad es algo más relacionado con el interior, con los sentimientos más profundos, no con el exterior.
- Heredamos en gran medida el estado de ánimo de los padres.
- El cerebro es plástico, podemos potenciar el pensamiento positivo.
No son nuestras ideas lo que nos hace optimistas o pesimistas sino que es nuestro optimismo o pesimismo el que las modela.
El poder reparador del optimismo ante la adversidad es independiente de la edad, el sexo, la inteligencia, el nivel de formación o los recursos económicos. La confianza en uno mismo, la interpretación positiva de los sucesos y la esperanza nos protegen de los efectos nocivos de los infortunios.
El ser humano posee una especie de sistema inmunológico cognitivo que actúa en el campo emocional.
El poder reparador del optimismo ante la adversidad es independiente de la edad, el sexo, la inteligencia, el nivel de formación o los recursos económicos. La confianza en uno mismo, la interpretación positiva de los sucesos y la esperanza nos protegen de los efectos nocivos de los infortunios.
El ser humano posee una especie de sistema inmunológico cognitivo que actúa en el campo emocional.
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