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dijous, 21 de juny del 2012

"El ser humano es una razón suficiente para ser optimista." Entrevista al doctor Mario Alonso Puig.

En un contexto tan convulso como el actual, Mario Alonso Puig (Madrid, 1955) reivindica la importancia de la actitud para afrontar los diferentes problemas que nos plantea la vida. Médico especialista en cirugía general y del aparato digestivo, y, conferenciante mediático, es reclamado como experto para impartir charlas sobre liderazgo, innovación empresarial, gestión del  cambio...
Prefiere calificar su mensaje de positivo, más que de optimista; se reconoce católico y afirma que personalmente le ayuda estar afianzado en la creencia de que hay una inteligencia que ordena las cosas.
“La base de toda religión, por lo menos, la auténtica, pasa por un verdadero cariño al ser humano”, señala..
Autor de libros como “Madera líder”, “Vivir es un asunto urgente” o “Ahora yo”, cree que su éxito no se debe a la crisis, “porque yo, desde hace 17 años, de lo que hablo es del factor humano y la persona está antes, después y en medio de las crisis”.
Deja clarísimo que sus libros no son de autoayuda. “Son ensayos, integran una parte científica con otra experiencial. Quiero que ayude a las personas, pero son ensayos”, matiza.

Dígame algo optimista, por favor.
El ser humano. El ser humano, la persona es suficiente razón para ser optimista. Si fuéramos más conscientes de lo que realmente tenemos en nuestro interior, en cuanto a talentos, capacidades y energías dormidas, miraríamos las cosas de una forma radicalmente diferente.
El ser humano es unverdadero desconocido para sí mismo y por eso, cuando a veces nos miramos en el espejo, no encontramos ninguna razón para ser optimista. Pero no es porque en nuestro interior no tengamos todo lo que es necesario para hacer frente a los desafíos sino, simplemente, porque no lo vemos.

Entonces, ¿sufrimos porque queremos?
No. Tenemos que distinguir muy bien qué es el dolor del sufrimiento. El dolor es consustancial a nuestra naturaleza, es difícil pensar que nos pueda ser indiferente la pérdida de un ser querido, de un negocio, de un puesto de trabajo...
El sufrimiento es una actitud que hace que el dolor se perpetúe en el tiempo. Si una persona pierde su puesto de trabajo es normal que sienta dolor, enfado, frustración...
Cuando convertimos ese en el ‘yo no sirvo para nada, no me valoran’... y nos quedamos estancados en esa manera de pensar, estamos prolongando el dolor y alcanzamos un nivel de intensidad tan profundo que muchas veces nos evita buscar alternativas. Decía un gran psicólogo anglosajón, William James, que somos nosotros los que nos caemos y los que determinamos si nos hemos caído en un bache o en una tumba. El dolor de caerse en el bache es muy consustancial al ser humano. El quedarse en la tumba es el sufrimiento, cuando la persona perpetúa esa experiencia dolorosa.

Me he quedado en paro, tengo hijos, me suben los impuestos, tengo que pagar medicina y más de gasolina. ¿Qué me dice?
Es absolutamente comprensible y humano sentirse frustrado, estar enfadado, pasar por momentos de profundo desánimo. Lo que le quiero decir es que si se deja vencer por la complejidad de esas circunstancias, si se resiste a pedir ayuda, si no se atreve a hacer cosas que previamente no ha intentado, es difícil que encuentre un camino. En la vida no tenemos ninguna seguridad absoluta, sólo que nos vamos a morir. Si consigue mantener el ánimo, si pide ayuda, si busca en lugares donde no ha buscado es más fácil que encuentre una puerta que si se queda en su casa lamentándose, amargándose y echando la culpa a las circunstancias.

Liderazgo, creatividad, impulsos positivos, ¿no suena a hueco, como si quisiera vender humo?
Depende de si se está hablando como un mensaje que uno no se lo cree o si se está hablando desde la experiencia vital de una persona que lo ha visto y vivido. También depende de si se presenta el mensaje positivo como el único factor que influye o como uno de los factores que influye.
La actitud por sí sola no resuelve todos los problemas en la vida, pero sí es uno de los factores que influye de manera muy directa a la hora de resolver o no los problemas que tenemos en la vida. Hay cosas que no dependen de nosotros y es absurdo pretender cambiarlas. Pero hay otras que sí dependen de nosotros y la actitud es una de ellas.

La persona parada optimista ¿encuentra más fácil trabajo?
Cuando una persona es más optimista y tiene una entrevista de trabajo las posibilidades de crear un impacto favorable en quien le entrevista son mucho mayores que si esa persona está con un bajón, que se proyecta en la forma de mirar, en su tono de voz... Por supuesto que la persona que tiene una actitud optimista tienen más opciones de conseguir una oportunidad que la que no lo es.

¿Y de curarse de una enfermedad?
Hay muchos estudios que muestran que uno de los factores, no el único, que influye positivamente en la curación de una enfermedad es una actitud positiva. No es que haya que celebrarlo, es pensar que en medio de la enfermedad voy a encontrar un camino de curación.
Cuando una persona se deja llevar por la desesperanza y se queda ahí sabemos que las hormonas que se producen en el organismo son muy negativas para hacer frente a la enfermedad. La subida de los niveles de cortisol es muy característica de las personas que entran en un estado depresivo y, si están haciendo frente a una enfermedad, esas hormonas por sí solas tienen capacidad de influir muy negativamente en las células de defensa como los glóbulos blancos o leucocitos.

A una persona le diagnostican una grave enfermedad. ¿Qué motivos le da para ser optimista?
He conocido algunas personas a quienes le dijeron que tenían los días contados y demostraron que el veredicto que se hizo era incorrecto. Los médicos podemos hacer diagnósticos y pronósticos, pero no veredictos porque sería ignorar la magnitud del factor humano.
La persona a la que diagnostican una enfermedad maligna pasa primero por el shock, la negación y el proceso de duelo. Y ante el sufrimiento y la dificultad, el ser humano encuentra un enorme consuelo si es capaz de entender no el porqué sino el para qué.
Encontrar un sentido en el sufrimiento no es sencillo, pero tenemos evidencias de que contribuye a luchar contra la enfermedad.

¿Siempre hay un para qué?
Yo creo que la vida tiene un sentido, no hay que dárselo. Tenemos dos cosas, o hundirnos en la oscuridad del absurdo o acercarnos a la oscuridad del misterio. He conocido personas que han pasado por enfermedades muy graves y me han comentado que nunca hubieran elegido la enfermedad, pero que precisamente por la enfermedad han encontrado en su vida una dimensión que nunca antes habían conocido. Han sabido valorar cosas que nunca han valorado, priorizar elementos que nunca habían considerado tan importantes. La enfermedad, aunque no la queramos, tiene alguna enseñanza que, aunque está oculta, es importante encontrar.

EL SOL DETRÁS DE LAS NUBES
Con tanto mensaje positivo, ¿no tiene la sensación de que oculta la realidad?
Yo creo que quien oculta la realidad es quien solo habla de cosas negativas, el que ve sólo la parte negativa y fea de lo que hay, el que cree que el mundo es un desastre, que todos los seres humanos son avariciosos. Los mensajes positivos, los diga yo u otro, lo único que intentan es decir que detrás de las nubes siempre hay sol. No niega las nubes, sólo dice que hay sol. No se niega nada, la envergadura de la dificultad, la complejidad de la situación, lo que se niega es que el ser humano sea incapaz de hacer frente a esto, lo que se niega es decir que la única salida que le queda a una persona es hundirse en la amargura, desesperanza y pesimismo. Eso no es negar la realidad, es poner un poquito de equilibrio en la realidad.

A Rajoy, ¿qué consejo le daría?
Un consejo que daría a cualquier persona que ocupe un puesto de relevancia en la economía, política, mundo social.... es que el liderazgo tiene que ver, más que con la resolución de problemas, con generar posibilidades ilusionantes inspiradoras. Necesitamos que se nos transmita un grado de ilusión en el futuro que no se nos está transmitiendo.

Pues ahora Rajoy parece que ha optado por esa vía, la de inyectar optimismo.
Yo no entro a juzgar lo que dice ningún político porque no soy político. Lo que creo es que no sólo basta con que se hagan las cosas o se genere inspiración por un futuro ilusionante, sino que las personas tienen que creerse que esto es verdad. Si se dice una cosa hay que intentar poner todo el esfuerzo en cumplirla, es la coherencia en las propias acciones lo que al final hace que las personas consideren que esas opiniones son fiables.
Justo lo contrario de lo que ha ocurrido. Se han hecho cosas que se había dicho que no había que hacer.  
¿Y la coherencia?  Yo creo que en la vida, si una persona dice algo y luego hace una cosa diferente por una serie de factores, es fundamental que se explique claramente el porqué. Las personas podemos fallar entre lo que prometemos y lo que hacemos. No podemos fallar en explicar las razones de por qué hemos tenido que cambiar algo que dijimos. 

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