Las diez claves de la felicidad fueron
desarrolladas por la organización Action for Happiness en base a las
investigaciones realizadas sobre aquellos comportamientos o acciones que pueden
realizar las personas para aumentar su bienestar y felicidad.
Hacer cosas por los demás.
La generosidad está unida al centro de recompensa de nuestro cerebro, de manea
que ofrecer a los demás nuestra ayuda, tiempo o energía también aumenta nuestro
propio bienestar, ya se trate de familiares, amigos, compañeros o extraños.
Las investigaciones han demostrado que ayudar a
los demás aumenta la felicidad y la satisfacción en la vida, proporciona una
sensación de significado, aumenta los sentimientos de competencia, mejora el
estado de ánimo y reduce el estrés. Así mismo, nos ayuda a conectar con los
demás y a satisfacer nuestra necesidad básica de relacionarnos con los demás.
Además, ser amables y preocuparnos por los demás parece ser
contagioso, ya que cuando vemos a alguien ser amable o cuando los
demás son amables con nosotros, tenemos más probabilidades de serlo también con
los demás.
Hacer
ejercicio.
Dado que la mente y el cuerpo están conectados, no es extraño que mantenernos
activos nos ayude a sentirnos mejor. El ejercicio puede mejorar el estado de
ánimo de inmediato, ayudarnos a salir de una depresión y aumentar nuestra
vitalidad y energía.
Ser consciente
del mundo a tu alrededor. Si te detienes a mirar a tu alrededor, puedes
descubrir que hay un mundo mucho más amplio del que creías justo a tu lado. El mindfulness
consiste en experimentar plenamente lo que está ahí, de manera consciente,
intencional y sin juzgar. Implica ser más consciente de lo que llega a ti a través
de tus cinco sentidos, observándolo todo sin juzgarlo. Hagas lo que
hagas, ya sea ir caminando al trabajo, comer o cuidar de una planta, si lo
haces con mindfulness lo estás haciendo con tus cinco sentidos, dejando que esa
tarea te absorba y mantenga tu atención sumergida en el instante presente.
Así, el mindfulness te ayuda a conectar
contigo mismo y tus sentimientos en el presente y dejar de dar
vueltas al pasado o a las preocupaciones, además de enriquecer tu día a día.
Aprender cosas
nuevas.
El aprendizaje de cosas nuevas aumenta nuestra felicidad porque nos expone a ideas nuevas,
nos mantiene ocupados y absortos en algo que nos interesa, y aumenta nuestra
sensación de competencia y logro y nuestra autoestima. Aprender algo nuevo no
necesariamente implica ir a clase o hacer un cursillo. Puedes aprender por tu
cuenta, unirte a algún club, practicar algún deporte, etc.
Tener metas. Tener metas y
objetivos que alcanzar nos hace sentir bien acerca del futuro. Las metas deben
ser realistas
y alcanzables, con cierto grado de dificultad para motivarnos pero
no tan complicadas como para resultar imposibles. Las metas aportan una
sensación de dirección a nuestras vidas y, al alcanzarlas, nos dan una
sensación de logro y éxito, nos ayudan a hacer realidad nuestros sueños y
mejorar nuestras vidas y nos aportan una sensación de significado y propósito.
Resiliencia. Tarde o
temprano, a todos nos llegan las malas rachas: el estrés, las pérdidas
importantes, los fracasos, los golpes de la vida… A menudo, no podemos evitar
que suceda, pero sí podemos intentar decidir cómo vamos a actuar ante esos reveses.
La resiliencia hace referencia a la capacidad para afrontar la adversidad y
superarla sin dejar que nos hunda o nos dañe.
La resiliencia es algo que se puede aprender y un modo de
hacerlo consiste en cambiar nuestro modo de pensar acerca de la adversidad
y nuestro modo de relacionarnos con ella.
Emociones
positivas.
Las emociones positivas, como la gratitud, la alegría, la inspiración, etc.,
cuando se experimentan de manera habitual, nos ayudan no solo a sentirnos mejor
sino también a tener más recursos. Sin dejar de ser realistas, podemos optar
por centrarnos
en los aspectos positivos de una situación.
Las emociones positivas nos ayudan a ampliar
nuestras percepciones, a ver más de lo que hay a nuestro alrededor, responder mejor
ante las exigencias de la vida, ser más creativos, afrontar mejor las
dificultades, interesarnos por aprender cosas nuevas y estar más abiertos ante
las nuevas ideas. Así mismo, nos ayuda a sentirnos más cerca de los
demás y confiar más en ellos, lo que mejora nuestras relaciones con otras
personas.
“El
miedo cierra nuestras mentes y nuestros corazones, mientras que las emociones
positivas abren literalmente nuestras mentes y nuestros corazones. Realmente
cambian nuestra forma de pensar y nuestra bioquímica”, (Dra. Barbara Fredrickson, Universidad de Carolina del
Norte).
Autoaceptación. Si te
centras siempre en tus defectos, te desprecias a menudo o no te gustas como
eres, difícilmente te vas a sentir feliz. Por este motivo, aprender a aceptarnos tal y como somos y
ser mables con nosotros mismos incluso cuando cometemos errores, aumenta
nuestro bienestar, satisfacción y resiliencia. Además, nos ayuda
también a aceptar a los demás tal y como son.
Significado. Las personas
que piensan que sus vidas tienen un significado o un propósito son más felices
y tienen una mayor sensación de control. Además, experimentan menos ansiedad,
estrés o depresión. Cada persona encuentra significado y propósito de un modo
diferente. Algunos lo encuentran en un trabajo vocacional, otros en la
maternidad o paternidad, otros en las creencias religiosas, etc. Lo que todos
tienen en común es que les aporta una sensación de pertenencia a algo más grande
que ellos mismos que ayuda a las personas a responder a la pregunta de por qué
estamos aquí o qué sentido tienen nuestras vidas. Ofrece también una
guía sobre cómo vivir nuestras vidas o qué metas perseguir, aporta sentido a
las cosas que nos suceden y nos ayuda a afrontar los tiempos difíciles.
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