Leído en el blog Gotas de Armonia, pequeñas gotas para reflexionar, sonreir, escuchar, pensar opinar...
Dos hombres habían compartido injusta prisión durante largo tiempo en donde recibieron todo tipo de maltratos y humillaciones.
Una vez libres, volvieron a verse años después.
Uno de ellos preguntó al otro.
- ¿Alguna vez te acuerdas de los carceleros?
- No, gracias a Dios ya lo olvidé todo contestó. ¿Y tú?
- Yo continúo odiándolos con todas mis fuerzas -respondió el otro.
Su amigo lo miró unos instantes, luego dijo.
-Lo siento por ti. Si eso es así, significa que aún te tienen preso.
Las prisiones no solo son construidas por el sistema de cada país, a veces las construimos en nuestro interior y sin querer quedamos presos de nuestros propios sentimientos por años o por toda la vida, tenemos que liberarnos, dejarlo ir, dejarlo fluir…no crees?
“…A cada momento hay algo que se muere. No seáis coleccionistas de antigüedades; dejad de lado lo muerto: …..Seguid la vida, fluid con la vida, con vuestra totalidad e intensidad, y nunca tendréis que afrontar ningún dilema, ningún problema…”
(Osho; juego de la transformación).
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