Uno, a una cierta edad, tiene la sensación de haber gastado el tiempo
haciendo las cosas urgentes e innecesarias… y dejando de sentir y hacer las
realmente importantes! Supongo que no hay atajo posible y el camino recorrido
era necesario para darse cuenta de esa cruda realidad. Y, cuando te das cuenta,
reorientas tu vida y lo que haces cada día en ella, huyendo de lo urgente y
degustando lo importante, día a día!
Yo, desde hace unos años, estoy cada día más invirtiendo
la mayoría de mi tiempo en lo que siento como importante. Seguramente todo eso
que considero hoy importante para mí no sea lo que gran parte del mundo cree
importante, ni tan siquiera espera de mí. Pero, a la vez, también me doy cuenta
de que lo que yo busco y de lo que huyo, -siendo honestos- no es tan distinto
de lo que busca y huye cualquier persona, en cualquier momento y lugar. Al fin, todos
intentamos -siendo conscientes o no- llenar esas imagenes imprescindibles que
dicen pasan por nuestra mente segundos antes de fallecer…
Supongo que no somos tan especiales ni tan distintos unos de otros. Todos
buscamos paz, libertad, amor y felicidad! Lo único que nos hace
realmente diferentes a unos y otros es cómo los buscamos o encontramos en
nuestra vida! Pero, en el fondo, aún equivocándonos en el camino, todos y cada
uno de nosotros siente en su interior qué es lo realmente importante en nuestra
vida y qué no lo es, aunque la mayoría de veces gastemos mucho tiempo también
en ello. Cada vez que una oportunidad para afrontar lo importante aparece en
nuestro día a día, el corazón nos da un vuelco y algo en nuestro interior nos
recuerda que eso es algo que estábamos esperando encontrar y deseando vivir,
antes de morir. Pero,
aún así, tengo la impresión de que escasas veces hacemos caso a esa corazonada,
porque tenemos miedo a lo desconocido, porque no nos percatamos realmente de
ello, pues estamos distraídos con lo urgente y conocido o bien porque creemos
que nuestra vida es eterna!
Como suelo afirmar, la paz, la libertad, el amor y la
felicidad -verdaderos- son tan inusuales en nuestro día a día que deberíamos
sorprendernos -e ilusionarnos, cómo no- cada vez que alguno de ellos pasa por
nuestra vida, aunque sea solo por un instante. Los hemos buscado siempre y,
cuando aquí están, junto a nosotros, la mayoría de las veces los dejamos
escapar! O bien intentamos dilatarlos artificialmente en el tiempo o
pretendemos elegir otro momento para vivirlos, postergando nuestra decisión de
vivirlos en cuanto llegan y tal vez sufriendo por ello. Y, ni qué decir tiene que en la vida cada
cosa tiene su momento y aparece en cuanto estamos preparados para vivirlo,
nunca antes o después! Y eso te lo dice la vida a través del corazón…
Yo, en mi día a día, intento en todo momento discriminar lo realmente
importante, de lo urgente, que seguramente me imponen los demás! Si estoy
bien atento y conmigomismo, las cosas realmente importantes en mi vida se me
manifiestan interiormente o a través de señales externas -la mayoría de las
veces y cada vez más-, con claridad y contundencia, por eso me dejo llevar…
aunque no sepa hacia dónde me llevará esa situación. Tal vez con el tiempo
también he aprendido a no crearme espectativas o planes con su resultado,
aunque reconozco que me encanta imaginar cómo se convertirá mi sueño en
realidad, algún día! Pero, aunque no llegara a convertirse nunca en aquello que
imaginé, estoy encantado de tener esa claridad ante lo importante en mi vida,
en dejarme atrapar por ese sueño en cuanto llega -a veces camuflado de
ordinario e intrascendente- y, sobre todo, tener la valentía de seguirlo día a
día, sin conocer siquiera su final o si se hará realidad! Eso, después de demasiados años soñando,
pero a la vez, huyendo de mis sueños en la realidad, es todo un mérito
personal!
Quizás porque hace escaso tiempo que he empezado a andar
firmemente hacia lo realmente importante e imprescindible en mi vida como es el
amor, ahora me doy cuenta de que para acogerlo, solo tuve que estar bien atento
para que apareciera mi amada Hada Mágica y me mostrara mi propio Paraíso
-quizás en el mar del Norte, alli donde nace el arcoiris- para despertar y
reencontrarme con todo eso que siempre había soñado y merecido, pero que ahora
ya tengo el valor de sentir e intentar vivir -pase lo que pase-, pero antes de
morir! ¿Fue
mi encuentro con ella mi precipitador o bien ella es mi recompensa, tras haber
aprendido y tener ahora el valor de dirigirme con firmeza -por fin- hacia mis
sueños, para compartirlos y hacerlos realidad con amor?
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