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diumenge, 18 de novembre del 2012

Ocho cosas que deberíamos poder decir cada momento de la vida. Del blog Creaturealidad.


Otro blog que sigo el de Eliana Escobar Lulan. Creaturealidad
Espero que ésta, mi versión les guste y les llegue al alma, a mi me ha movilizado mucho por dentro y sentí una conexión interna muy profunda a medida que lo escribía. Ahora no puedo parar de leerlo

1.  Seguí mi Intuición y a mi corazón.
Tu tiempo en esta tierra es limitado, no lo pierdas viviendo la vida de alguien más ni sacrificando tu felicidad por la de nadie, tu propia felicidad debe estar primero en tu escala de valores. No dejes que los dogmas, el miedo, el qué dirán, ni lo socialmente aceptado te impidan vivir la vida que sabes en tu corazón que quieres para ti. Escucha tu voz interior, escucha tu corazón y sigue tu felicidad. Sólo tú sabes qué es aquello que te hace vibrar, que te hace feliz. Haz lo que quieres hacer, ve a donde quieres ir, sigue tu dicha.

2. Dije lo que necesité decir
Jamás callé por temor a herir porque supe siempre que la verdad es el mejor camino. Com dice Wayne W. Dyer “la verdad siempre tiene que estar a tu favor”. No te dejes engañar po lo que es “aceptable” o “no aceptable”. Lo único verdadero es TU verdad. Si al hablar es el miedo el que te detiene entonces no estás viviendo tu vida sino la vida que crees que es aceptable y moral vivir. Deja que tu corazón hable, déjalo expresarse, permítele decir su verdad y verás que hay una felicidad inimaginable detrás de un acto de coraje y valor, en adelante jamás callarás tu verdad. No temas herir a quienes amas, ya los estás hiriendo profundamente al ocultarles tu verdad. No te censures.

3. Hice lo que necesitaba hacer.
Cada mañana tienes dos opciones: puedes caminar durante tu día sin tu propia iniciativa, sólo reaccionando ante los eventos que se te presenten o puedes caminar dirigiendo tu propia vida, tomando decisiones personales y creando tu destino. El gran secreto de las personas muy exitosas -en todas las áreas de sus vidas- es su habilidad de tomar decisiones valientes y luego actuar en consecuencia sabiendo que cada decisión grande trae enormes recompensas. Sentir el dolor pasajero de ejecutar una decisión difícil con valor es mucho más fácil y valioso que no hacerlo por miedo y vivir tu vida entera con el remordimiento y la duda de “cómo hubiera sido mi vida si …”

4. Sé lo que es el amor verdadero.
Siempre supe con total seguridad que el amor de mi vida existía y era mi alga gemela, aquella persona con la cual podría estar horas y años y décadas sin sentir la necesidad de estar con nadie más. Y ese amor llegó a mi vida. Cuando llegó lo reconocí y estuve desde entonces a su lado. Aprendí una cosa: es mejor estar solo que estar en la compañía de alguien por temor a estar solo o a herir a ese alguien con tu partida. En el viaje de mi vida yo tuve la oportunidad de encontrar el amor verdadero y tuve el valor de estar a su lado. No hay coincidencias en cuestiones de amor, todo es magia, todo fluye y así es como lo reconoces.

5. He elegido aquello que me hace feliz
A pesar de los demás, a pesar de los prejuicios sociales, a pesar del miedo, a pesar de la indecisión, a pesar de todo he sabido reconocer aquello que me hace feliz y aquello que ya no. Este simple hecho a marcado la diferencia en mi vida.

6. Estoy orgulloso de mi
Soy mi mejor amigo y mi mayor crítico. A pesar de las opiniones ajenas al final del día me miré al espejo y sentí orgullo de mis decisiones, de mi valor, de mis pensamientos, de mis acciones. He sido un ser humano íntegro y ese hábito ha sido la piedra angular de mi bienestar a través de los años.

7. No me arrepiento de nada
Miro hacia atrás en mi vida y no hay cuentas pendientes, hice todo lo que debía hacer, dije lo que debía decir, tomé decisiones difíciles con valor y obtuve grandes recompensas por ello. Tuve el coraje de vivir mi vida a mi manera y no a la manera de la sociedad. He sido feliz, he respetado y honrado mis momentos vulnerables sabiendo que son ellos los que me hacen humano. No tengo remordimientos de nada; si hubiese callado mis verdades, si no hubiese seguido mi dicha, si no hubiera sido valiente al tomar decisiones entonces no podría decir como ahora: no me arrepiento de nada, es un gran sentimiento, el mejor, el más liberador y el que me permite sentir felicidad plena.

8. He sabido liberar aquello que ya no me hace feliz
Dejé ir todo aquello que ya no llenaba mi espíritu, lo liberé con amor y con plena conciencia y cuando lo hice creé en mi vida un espacio para algo mejor, algo que me hizo feliz y que llenó mi alma con plenitud y amor.
Con mucho amor, Eli

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