Charlotte Valandrey,
actriz y escritora
Tengo 43 años. Nací y vivo en París. Divorciada, busco el amor. Tengo una hija de 12 años. Los políticos no están cercanos a la gente, y no
es fácil dar soluciones cuando uno no vive pisando el suelo. Su afán recaudatorio es excesivo. He retomado la fe perdida: rezo y medito
Una historia increíble
Una historia increíble
A
los 18 años, siendo ya una famosa actriz en Francia, supo que era seropositiva.
De esa experiencia nació L'amour dans le
sang. Dieciséis años después su corazón dice basta y es necesario un
trasplante que le cambia los gustos y le provoca una pesadilla recurrente. Pese
a ello rehace su vida y encuentra el amor, pero acaba descubriendo que su
enamorado era el esposo de la mujer que le donó su corazón. Esta impactante
historia contada por ella misma en Un
corazón desconocido (Martínez Roca) ha liderado las listas de libros más
vendidos en Francia e Italia. "Pensé que
hacer partícipe al mayor número de personas posible me ayudaría a relativizar y
volver a vivir una vida normal... o casi".
Qué cree que la salvó?
El amor y
la autoestima
construida gracias al afecto que recibí de mis padres y después de algunos hombres
que han desafiado el peligro del sida para estar conmigo.
Tenía 18 años y estaba
en la cumbre.
Me
habían concedido un Oso de Plata en Berlín y estaba nominada a los Cesar por
Rouge baiser. Era el año 1987, los médicos me dieron seis meses de vida (les
suele faltar mucha psicología), pero opté por el "todo irá bien".
¿Y fue bien?
Viví
diez años sin problemas físicos, el tiempo necesario para que la ciencia
descubriera la triterapia, y creo que se lo debo a que mentalmente estaba
fuerte, no me hundí.
¿Guarda rencor?
Me
enamoré de un rockero, fue una historia de juventud. Me dejó. Luego murió. La gente joven
debe saber que basta una noche de amor para contagiarte.
¿Le dañó estar en la
cima tan joven?
Tenía
un agente, pero yo tomaba gran parte de las decisiones y cometí errores. El
peor fue decirle a Jean-Claude Brisseau que era seropositiva. Iba a ser la
protagonista de Noce blanche, y rescindió mi contrato. Esa película lanzó al
estrellato a Vanessa Paradis.
Eso hace pupa.
Nada
comparado con los estragos de la medicación, los vómitos, ver cómo cambia tu
cuerpo, como se hincha y afloja. Mi corazón no resistió y tuve dos infartos y
finalmente un trasplante a los 34 años.
¿Qué sabe de la memoria
celular?
La
he experimentado. Tras el trasplante me cambiaron los gustos y empecé a
tener una pesadilla recurrente, cada vez más precisa, más detallada.
¿Qué soñaba?
Un
accidente de coche, pero no era yo la que conducía, era otra mujer joven.
Llovía mucho, ella tenía sangre por todo el cuerpo y junto a ella había un
bebé. Corría. Siempre me despertaba justo antes del choque.
¿Qué le decían médicos
y psicólogos?
Que
era normal, que todos los corazones que se utilizan para trasplante son de
accidentes y que mi subconsciente lo sabía. Para olvidarme un poco me fui con
una amiga a la India. Fuimos al Taj Mahal y tuve un déjà vu: sabía dónde se
hallaba todo y sentí que había estado allí locamente enamorada.
¿Buscó la identidad de
su donante?
Sí,
pero son datos muy protegidos. Tiempo después me enamoré locamente de un admirador
y las pesadillas cesaron. Vivimos una preciosa historia de amor hasta que un
año después tuve una premonición clarísima.
¿...?
En
su casa había un secreter siempre cerrado y supe que debía abrirlo. Descubrí que él
era el marido de la mujer que me había donado el corazón, que la
noche del accidente llovía, que estaba embarazada y que corría al hospital
porque perdía sangre.
Increíble.
También
supe que se conocieron en la India y que Yann se declaró en el Taj Mahal.
¿Es posible reconducir
una relación después de un shock como este?
Nos
separamos. Yann se fue a trabajar fuera, pero me seguía mandando cartas de amor
y yo seguí amándole. Dos años después reanudamos la relación, pero yo estaba en
guardia, no conseguía darme al cien por cien. Me di cuenta de que él no había
terminado de hacer el duelo por la muerte de su mujer y rompimos
definitivamente tras un año en el que hubo momentos fantásticos.
¿Es posible perdonar
ese engaño?
Basta
con comprender que cuando se dona un órgano de una persona amada se desee
verlo revivir en otra persona.
¿Por qué cree que se
detuvieron las pesadillas al conocer a Yann?
No
tengo explicación, posiblemente las células tengan memoria, ¿por qué no?...
Quizá esa parte suya que vivía en mí quería que nos conociéramos y que
estuviéramos juntos, porque si él no me hubiera buscado, lo habría hecho yo, de
esto estoy segura.
¿Ha hecho las paces con
su corazón?
Sí,
hoy sé que viene de una buena persona que me ha dado la opción de seguir viva.
¿Qué ha aprendido del
amor?
A
menudo me ha decepcionado, pero de la decepción no se saca nada bueno. El amor de
pareja te da una energía que es irreemplazable, y para que este funcione es
imprescindible el amor a la vida.
¿Ha temido morir?
Sólo
una vez, cuando tuve un infarto en el 2008, pero hasta entonces no había
pensado jamás en la muerte. Me dijeron que era probable el rechazo, pero me
negué, empecé a hacer deporte y todo lo que estuvo en mi mano para sobrevivir.
El pensamiento positivo
no siempre funciona.
A
mí me ha funcionado, pero uno no cambia de la noche a la mañana. Hay que
empecinarse, dedicar tiempo.
¿Qué es lo mejor que le
ha pasado?
Mi
hija y ayudar con mis libros. Creo que he conseguido transmitir un mensaje de
esperanza. He recibido cartas de personas enfermas que han estado a punto de
tirar la toalla, pero que como yo decidieron seguir adelante. En la vida no
todo puede ser oscuridad, siempre acaba saliendo el sol.
Le habrán llegado
muchas historias referentes a la memoria celular.
Muchísimas,
pero quiero dejar el tema a un lado para poder seguir con mi vida.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada