Leído en el Blog conSentido:
Un
pensamiento resulta inofensivo a menos que nos lo creamos.
No son nuestros
pensamientos, sino nuestro apego a ellos, lo que origina nuestro sufrimiento. Apegarse a un pensamiento
significa creer que es verdad sin indagar en él. Una creencia es un pensamiento
al que hemos estado apegados, a menudo durante años.
La mayoría de la
gente cree que «es» lo que sus pensamientos dicen que es. Un día advertí que no estaba
respirando: me estaban respirando. Entonces también advertí, con gran sorpresa,
que no estaba pensando: que, en realidad, estaba siendo pensada y que pensar no
es personal. ¿Te despiertas por la mañana y te dices: «Creo que hoy no voy a
pensar»? Es demasiado tarde: ¡ya estás pensando! Los pensamientos sencillamente aparecen.
Provienen de la nada y vuelven a la nada, como nubes que se mueven a través de
un cielo vacío. Están de paso, no han venido para quedarse. No son
perjudiciales hasta que nos apegamos a ellos como si fueran verdad.
Nadie ha sido capaz, jamás, de controlar su pensamiento, aunque la gente cuente
la historia de cómo lo ha conseguido. No dejo que mis pensamientos se marchen: me enfrento a
ellos con comprensión.
Son ellos los que me dejan
marcharme a mí.
Los
pensamientos son como la brisa o las hojas en los árboles o las gotas de lluvia
que caen. Aparecen
del mismo modo, y a través de la indagación, podemos entablar amistad con
ellos.
¿Discutirías
con una gota de lluvia? Las gotas de lluvia no son personales, como tampoco lo
son los pensamientos. Una vez que te has enfrentado a un concepto doloroso con
comprensión, la próxima vez que aparezca quizá te resulte interesante. Lo que solía
ser una pesadilla ahora es sólo algo interesante. La siguiente vez
que aparezca, tal vez te resulte divertido. Y la siguiente vez, quizá ni
siquiera lo adviertas. Este es el poder de amar lo que es.
Byron Katie
Amar Lo Que Es
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada