Para
tener éxito, el deseo de éxito debe ser mayor que el miedo al fracaso. La frase
de hoy, colosal ejercicio de tenacidad, corresponde a un hombre cuya genialidad
estuvo a la altura de su tozudez. Patentó más de mil inventos durante su vida
adulta (un invento cada quince días), y su afán creativo jamás le permitió
renunciar a los retos de su imaginación, a pesar de las muchas dificultades que
fue encontrando a su paso. Otra de las frases, reveladora de su carácter tenaz,
es esta: "El primer requisito para el éxito es
la capacidad de aplicar las energías físicas y mentales incesantemente a un
problema sin cansarse".
Decía
el celebre baloncestista Michael Jordan,
que él podía aceptar el fracaso, porque todo el mundo falla en algo, pero lo que no podía
aceptar es no intentarlo. A pesar de unas descomunales habilidades
innatas y de poseer un talento inigualable, era legendaria la dedicación de
Jordan al entrenamiento, permaneciendo varias horas lanzando a canasta en
solitario, una vez terminaba el trabajo de equipo.
El fracaso es
éxito, si logramos aprender de él.
Y un fracaso nunca es fatal si tenemos la suficiente determinación para
levantarnos después y la humildad suficiente para reconocer nuestro error. "Es mejor correr el riesgo de morir de hambre
antes que rendirse, decía Jim Carrey,
porque si renuncias a tus sueños, ¿qué queda?"
Todo
esto de perseverar y recobrarse de las caídas está muy bien y es muy bonito,
pero sin embargo, todavía no resulta suficiente como para dejar de sentir la
tentación de salir corriendo cuando nos debemos de enfrentar a un gran
contratiempo, aparentemente irresoluble. Es en momentos así cuando piensas: "¿Cuál es el punto de inflexión? ¿Por qué debería
seguir adelante? Es ahí cuando debemos recurrir a la
persistencia, una de las fortalezas más valiosas que una persona puede poseer.
¿Y cómo podemos
mejorar nuestra perseverancia?
Robert Eisenberger, profesor del
Departamento de Psicología y en la Escuela de Negocios Bauer, de la Universidad
de Houston, señala que si una persona es recompensada por el esfuerzo
sostenido, aprenderá que la perseverancia es una buena actitud vital,
independientemente del resultado.
En
el proceso de ir a por lo que queremos, y empeñarnos obstinados en conseguirlo,
adquirimos
nuevas habilidades, que ya de por sí serían suficiente argumento en
favor de un talante tenaz y a prueba de renuncias. Conseguir el objetivo es la
culminación final y perfecta de nuestros desvelos y esfuerzos, pero no la única
recompensa. Nuestra
evolución y desarrollo también representan un premio en sí.
Para
finalizar, nada mejor que unas cuantas pequeñas historias de personajes
célebres, a los que una mala racha, un mal juicio ajeno, o una vida plagada de
dificultades, no les amilano a la hora de encaminarse hacia sus metas. No creas
que todos eran poseedores de una mente extraordinariamente privilegiada, pero
sí que todos ellos disponían de un tesón
infinito...
- Henry Ford fracasó y quebró cinco veces antes de que finalmente lograra el éxito con su compañía Ford Motor Company.
- Beethoven manejaba el violín torpemente, y prefería tocar sus propias composiciones en lugar de mejorar su técnica practicando las de otros grandes músicos que le precedieron. Su maestro le tildaba de inútil como compositor.
- El Coronel Sanders viajó a más de mil lugares diferentes tratando de vender su receta de pollo, antes de encontrar un inversor interesado en ella. Siete años más tarde, con 75 años de edad, el coronel Sanders vendió su empresa de pollo frito por quince millones de dolares.
- Walt Disney fue despedido por un editor de periódico por falta de ideas. Disney también quebró varias veces antes de poder construir Disneylandia.
- Charles Darwin, padre de la teoría de la evolución, abandonó la carrera de medicina. En su autobiografía, Darwin escribió: "Yo era considerado por mi padre un chico muy corriente y más bien por debajo de una inteligencia normal".
- Albert Einstein no habló hasta que tenía cuatro años y no aprendió a leer hasta los siete. Su maestro lo describió como "mentalmente lento, poco sociable y siempre a la deriva en sueños tontos". Fue expulsado y se le negó la admisión en la Escuela Politécnica de Zurich. La Universidad de Berna rechazó uno de sus trabajos por poco irrelevante y fantasioso.
- Las películas de Star Wars fueron repudiadas por todos los grandes estudios de cine en Hollywood antes de que 20-Century Fox finalmente, se atreviera a producir la saga. Ya sabemos lo que pasó después.
- Louis Pasteur fue un alumno mediocre, que apenas ocupaba en su clase de química el puesto número 15 de entre 22 alumnos.
- Después de la primera prueba en el cine de Fred Astaire, el director de pruebas de la MGM, con fecha de 1933, dijo: "No puede actuar. Ligeramente calvo. Puede bailar un poco". Astaire mantuvo esa nota sobre la chimenea de su casa de Beverly Hills toda su vida.
- El padre del escultor Rodin dijo: "Tengo un idiota por hijo". Descrito como el peor alumno de la escuela, Rodin fracasó tres veces en su intento de entrar a estudiar en la escuela de arte. Su tío lo llamó "ineducable".
- El clásico de Margaret Mitchell Lo que el viento se llevó, fue rechazado por más de 25 editoriales.
- En 1954, Jimmy Denny, gerente del Grand Ole Opry, un programa de radio estadounidense, despidió a Elvis Presley después de una actuación de la siguiente forma: "No pasa nada ... hijo. Vuelve a tu casa ahora conduciendo un camión y hazlo tu profesión."
Nunca
dejes de creer en ti mismo, hay mucho idiota suelto.
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