Ilustración Anna Parini |
Vivimos rodeados
por este deporte. ¿Por qué no utilizarlo a nuestro favor?
No nos limitemos
a ver cómo juegan los millonarios y usémoslo como metáfora de la vida.
Sea lo que sea lo
que se nos da bien, la práctica repetida y diaria nos ayuda a adaptarnos a los
nuevos desafíos
Cada encuentro es
un nuevo comienzo, un nuevo reto que ha que afrontar con humildad pero sin
complejos.
Si nos hundimos
con las críticas, no podremos jugar la Champion League en nuestras vidas
Asegura Alejandro Jodorowsky que el fútbol tal
y como lo conocemos hoy “fue creado por una sociedad esotérica inglesa, aplicando
en su esquema principios de la alta magia. Se juega sobre un rectángulo verde,
siendo el verde el color que simboliza la eternidad. Los jugadores de un
partido de fútbol son 22, tantos como los 22 arcanos mayores del tarot o los 22
polígonos regulares. En el centro de la cancha hay un círculo con un punto en
el medio: símbolo del oro, en la alquimia, o del sol o del Dios esotérico…”.
Podemos ser
más o menos escépticos ante la concepción mágica del fútbol que plantea el
maestro chileno, pero tenemos que aceptar que es difícil considerarlo un juego
más. Este deporte es capaz de lo mejor y de lo peor. Tanto puede conseguir
treguas en medio de una guerra mundial como generar comportamientos criminales.
Pero lo que sin duda provoca es un interés social y mediático muy por encima de
cualquier otra actividad humana. Seamos o no aficionados, del fútbol se pueden
extraer lecciones para aplicarlas a nuestra vida, del mismo modo que
en el mundo de los negocios hace tiempo que se aplican sus técnicas de
liderazgo y gestión de talento.
Ahora nos toca
a nosotros saber leer los partidos en clave de crecimiento personal, darnos
cuenta de que en muchas ocasiones lo que reprochamos o elogiamos a nuestro
equipo no está lejos de lo que podemos alabarnos o criticarnos a nosotros mismos.
¿Acaso no sabemos que dudar hace que un delantero pierda una buena ocasión de
marcar? ¿No es desesperante que un equipo baje los brazos cuando aún queda
partido por delante? ¿No nos provoca cierta vergüenza ajena ver a un jugador
que no sabe perder? ¿O cuando se comporta altivo en la victoria?
Seguro que
cada uno puede sacar sus conclusiones. Lo importante es dejar de ser
espectadores pasivos y animarse a aplicar todas las lecciones que nos puede dar
el fútbol. Empecemos por estas 11 y hagámoslas nuestro equipo titular de
crecimiento personal:
1. Siempre se empieza cero a cero. Decía
el mítico Vujadin Boškov, que, entre
otros, fue entrenador del Real Madrid o del Zaragoza, que “el fútbol es imprevisible porque todos los
partidos empiezan cero a cero”. Una frase tan obvia como
inspiradora. Y es que cada encuentro es un nuevo comienzo, un nuevo reto. Una nueva
oportunidad que debemos afrontar concentrados, con humildad, pero sin
complejos. De poco sirven los éxitos o los fracasos del pasado. Empecemos cada
día desde cero. Saltemos de la cama sabiendo que hoy es una nueva
oportunidad.
2.
No siempre se gana, pero siempre se compite. Ni el mejor
de los mejores equipos de la historia es capaz de vencer siempre. Así es la
vida. La diferencia está en ser
competitivos. En darlo todo. En intentarlo una y otra vez.
En trabajar
y trabajarse la victoria. Sí, a veces se juega muy bien y se pierde.
Pero de lo que tenemos que darnos cuenta es de que jugando muy bien es más fácil
ganar, y que tarde o temprano llegarán los resultados. La única manera de
hacerlo muy bien de vez en cuando es intentar hacerlo bien siempre.
Ilustración Anna Parini |
3.
El equilibrio es fundamental. ¿Se imagina un equipo con 11
delanteros? ¿O con 11 grandísimos porteros? Estaría abocado al fracaso.
Nosotros, igual. Tenemos que procurar encontrar el equilibrio en todas las
posiciones del campo de nuestra vida: pareja, familia, amigos, trabajo, ocio…
Por muy bien que cubramos uno de estos aspectos, si los otros quedan desatendidos
será muy difícil conseguir unos buenos resultados en los partidos importantes
de nuestra vida.
4.
Por bueno que seas, hay que entrenar. Incluso, Ronaldinho, un
jugador que lo ha ganado todo, dijo en la cresta de su carrera: “Tengo mucho que aprender”. Y para ello,
practicar, prepararse y seguir creciendo es lo que hace que los buenos se
conviertan en estrellas mundiales. Ellos, precisamente, son los que más horas
dedican a perfeccionarse. No se conforman. Son los que se quedan un tiempo
extra. Sea lo que sea lo que se nos da bien, la práctica repetida y diaria nos
ayuda a seguir
creciendo, a adaptarnos a los nuevos desafíos.
5.
Cuando hay decisiones injustas que te perjudican. Uno de los
árbitros más famosos de los últimos tiempos, el italiano Collina, decía que el
fútbol no es un deporte perfecto y no podemos pretender que lo sean los
colegiados. Y es que a veces, simplemente, hay errores. Penaltis en contra que
nos perjudican y que en la repetición de la televisión se ve que no hay ni
falta. Pero en
la vida no hay repeticiones. ¿Qué haremos? Podemos reaccionar como
aquellos equipos que se desconcentran y terminan por cometer más errores de los
que ha cometido el árbitro. Pero también podemos sobreponernos. Concentrarnos y
seguir.
6.
Sentirse arropado por tu público. Diego Pablo Simeone, en una
reciente entrevista, aseguró: “La gente no
sabe la fuerza que transmite a los jugadores”. Nosotros también
debemos procurarnos un entorno que nos anime, nos aliente y dé alas a
nuestros
sueños cuando las fuerzas fallan. Y eso no es todo. También debemos
comportarnos así con los demás. Ser fuente de ánimo, no de desaliento. Los
silbidos y las protestas hacia tu propio equipo solo sirven para ponerlo más
nervioso y generar dudas.
7.
El arma secreta de lo inesperado. Intentar una y otra vez la
misma jugada y chocar contra el muro del fracaso. ¿Qué hacer cuando nada de lo
que hacemos funciona? Algo diferente. Eso es lo que hacen los
grandes equipos, jugadores y entrenadores. Cambiar. Probar algo nuevo que sorprenda al
adversario. Algo creativo que salga de la improvisación. Porque cuando nada
parece ir bien, la
creatividad inesperada es la diferencia. Y no hay que olvidar que “la creatividad se aprende igual que se aprende a leer”,
como dijo Ken Robinson.
8.
Los cambios en el momento justo. Un entrenador, a lo largo de un
partido, debe hacer cambios. No puede reemplazar a todos. Solo a tres. Y es por
eso que hay que saber analizar, prever los problemas, dosificar el cansancio,
el esfuerzo… Nosotros igual. Porque el secreto está en saber ajustarse, en modificar, en
rectificar. Podemos conseguir darle la vuelta a un resultado adverso
o mantener el buen marcador conseguido ajustando algunos puntos del esquema.
Para eso debemos estar siempre alerta en lo que respecta a los puntos fuertes
y débiles de las situaciones que se nos presentan.
9.
Resistir las críticas. Ronaldo Nazario, en unas
declaraciones, aseguró que cuando marcas eres grande, y cuando no, estás gordo.
Él, como todos, no se libró de las críticas. Porque por muy bueno que seas,
llega un momento en el que te cuestionan. ¿Qué hacen los grandes futbolistas? Seguir
trabajando. Aceptar los comentarios negativos con el mismo
escepticismo que los halagos. Si nos hundimos con las críticas, o si dejamos
que afecten a nuestro rendimiento, entonces no podremos jugar la Champion
League en nuestra vida.
10.
Hasta que el árbitro pite el final. Pase lo que pase, mientras que
el balón esté en juego pueden pasar muchas cosas. Podemos remontar. Nos pueden
marcar. Fijémonos en lo que pasó en la temporada 2003-2004, en la final de la
Liga de Campeones. El Milán iba ganando por 3 a 0 al Liverpool. Al final, el
conjunto inglés remontó y se hizo con el título. Nunca pensaron que estaba
perdido. Nunca
desistieron. Por eso se alzaron con la victoria, porque fueron
conscientes de que el partido dura hasta que el árbitro señala el final.
11.
Se dice: jugar al fútbol. Nadie dice vamos a trabajar al
fútbol. En un artículo de su columna en el AS, Alfredo Relaño aseguraba que no
debíamos olvidar que al fútbol se juega. Este verbo implica diversión,
entrega, pasión, entusiasmo… Hoy es habitual que psicólogos,
pedagogos y otros especialistas pongan el foco en la importancia del juego como
fuente de crecimiento personal. Es importante no olvidarlo. Porque jugar es re-crearse,
y cuando lo hacemos es cuando aprendemos en serio. Y como dijo Johan
Cruyff a sus jugadores antes de jugar una importante final: “Salgan y disfruten del partido”.
Lógicamente, ganaron.
Un
lenguaje universal
El 11 de
diciembre de 2014 se inauguró un monumento en Ypres, Bélgica, para conmemorar
uno de esos episodios mágicos de la historia del fútbol. Se dio entre soldados
alemanes y británicos, que en el transcurso de la I Guerra Mundial decidieron
hacer un alto el fuego y jugar un partido. Como dijo Michel Platini, presidente
de la UEFA: “Me resulta particularmente conmovedor
imaginar a estos jóvenes hace 100 años, encontrando un lenguaje común en el
fútbol para expresar su fraternidad”. El resultado fue lo de
menos.
Para
saber más
Libros
‘366 Historias del fútbol mundial que deberías saber’. Alfredo
Relaño (Martínez Roca). Nos descubre las más asombrosas historias del deporte
rey.
‘Todo lo que sé de la vida me lo enseñó el fútbol’. Francis
Amalfi (Océano)
Compila las
sentencias más inspiradoras de la historia del fútbol.
‘El fútbol a sol y sombra’. Eduardo
Galeano (S XXI). El recientemente fallecido Eduardo Galeano rinde homenaje a
este deporte, a la vez que reflexiona acerca de sus caras más sombrías.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada