56
años. Vivo en Nueva York. Estudié cine, pero
mi mayor profesor ha sido mi estupidez Casado, dos
hijos; hay mucho amor en casa. Estamos ante un gran cambio en la manera
de relacionarnos entre los humanos y con el planeta. Somos vibración: creo:
creo en el sol y en la física.
DESPERTARES
La
película que ha ganado el festival de cine de Sundance, Alive Inside (Vivo en mi interior), que levantó a los espectadores
de sus butacas con vítores y lágrimas, y cuyo trailer se ha convertido en un fenómeno viral en YouTttbe (no se lo
pierdan) se ha presentado en la II Mostra Audiovisual de Cinema Científic i
Tecnològic de Barcelona y busca distribuidor en España. El documental muestra los
resultados del programa Música y memoria, oenegé que reune Ipods con música
personalizada para pacientes con demencia y que cómo la música evidencia como
la música activa el cerebro. Ver el despertar de esas personas arrinconadas, su
alegría, como conectan con sus vidas, es mágico.
¿De
qué estupidez ha aprendido más?
Me
rompieron el corazón me encerré en mí mismo.
¿Quién
le hizo eso?
Perdí
a mi madre cuando era muy pequeño, y mi padre, siempre ausente, se volvió a
casar con una mujer loca y violenta. Con 6 años me decía a mí mismo: «Sólo tengo que
aguantar 12 años más".
Pobrecito.
Dediqué
mi vida a buscar dónde reside el amor. Mis documentales tratan de seres
despertándose a la vida interior.
¿Qué
hizo con su propia desolación?
Sabía
que no podía superarla solo y decidí rodar Ilumíname.
Me puse a las órdenes de un maestro budista durante un año entero. También
conocí a un chamán que me llevó a mis infiernos y me ensanchó el corazón.
¿Le
libró de la tristeza?
Si,
desenterré recuerdos olvidados que años de psicoterapia no habían logrado
aflorar. Comprendí que el secreto es la conexión con uno mismo y con los demás. Y
cuando vi el despertar de aquellos ancianos dementes tras diez años
desconectados del mundo, fue como ver mi propia historia.
Cuéntemelo
despacio
Me
encargaron un corto sobre el trabajo de Dan
Cohen, un voluntario que cuidaba ancianos y que estudiaba el poder de la
música para restablecer la memoria en gente con alzheimer.
¿Qué
imágenes le impactaron?
Desde
el primer momento quise irme de aquella residencia. Entré por un pasillo y vi a
cien viejos en su silla de ruedas aparcados contra la pared. Algunos movian los
brazos compulsivamente, otros tenían la cabeza gacha y no se movían. Era tan
triste...
¿Estaban
todos idos?
Sí,
y sedados con antipsicóticos. Dan cogió a uno, lo entró en una habitación y por
primera vez le conectó, mediante unos cascos y un iPod, con su música de
juventud, y fue
como si encendieran una luz en su interior!
He
visto el vídeo, es impactante.
Henry
levantó la cabeza y comenzó a cantar y a hablar con tanta poesía que me hizo
llorar. Supe que esto es lo que las personas pueden ser si les das un poco de
atención y un poco de ellas mismas, de su identidad. Vi claramente que los
viejos del pasillo es en lo que nos convertimos sin esa atención, sin ese
amor de los unos hacia los otros.
Y
el corto se convirtió en un documental y en un proyecto de por vida.
Un
solo día me bastó para darme cuenta de que tenía que ayudar a Dan y sumarme a
su proyecto, Música y memoria:
utilizar la música personal de cada anciano en las residencias y empujar a los
jóvenes a que busquen esa música y ayuden a sus mayores.
Es
bueno para todos.
Nuestra
cultura nos segmenta, es la mejor manera de vendernos productos: mujer-joven-soltera;
adolescente... Cada identidad tiene sus identificadores, es marketing puro. Y
en este mundo los viejos son objetos inútiles que hay que aparcar en algún
lugar.
...Y
los amontonamos en residencias.
Sin
embargo, dentro
de nosotros hay una gran capacidad de sentirnos los unos a los otros, pero
buscamos la seguridad en lugares equivocados, en preservar lo mío, cuando lo
que nos hace felices es conectar. Así llegué a hacer un imposible:
una historia feliz sobre la demencia.
¿Qué
dicen los estudios?
El
Health and Hospitals Corporation (HHC) de Nueva York realizó un estudio de tres
años; trataron a los pacientes de alzheimer haciéndoles escuchar la música que
les gustaba y los conectaba con su juventud, y el consumo de antipsicóticos
disminuyó del 38% al 13% y se ahorraron 400 dólares por persona al mes sin
efectos secundarios.
¿Cómo
reaccionaron las residencias?
Dan
había despertado de su letargo a mucha gente, pero las residencias de ancianos
son grandes burocracias y no conseguía que se interesara nadie en esta idea.
Hicimos un vídeo corto para colgarlo en internet.
¿Y
tuvo visitas?
Muy
pocas, pero una noche mi hijo adolescente vio que otro chico lo había colgado
en una web de gente joven, Redditcom. En una sola noche tuvo casi 200.000
visitas, y en una semana alcanzó los ocho millones.
¿Reaccionaron
las residencias?
En
dos meses todas las residencias del mundo habían visto ese pequeño vídeo. Ahora
la gente sabe que la música tiene el poder de entrar en esas mentes dormidas y
despertarlas y, hoy por de hoy, ya hemos introducido el programa en 1.350
residencias.
Ha
conectado su propio pasado con su futuro.
El mayor
dolor de la gente es la separación y la incapacidad de sentirse a uno mismo, de
conectar, ese era mi dolor cuando era joven. Toda la alegría en mi vida ha
venido a través de la conexión conmigo mismo, con los seres queridos y con la
vida.
No
hay alegría en el aislamiento.
No, y sin
embargo es así como buscamos la seguridad. La música nos conecta con los
sentimientos, y los sentimientos siempre tienen que ver con los otros. La
música nos muestra que debemos vivir en armonía.
Sencillamente genial, sobran las palbras. Gracias por compartir tanta belleza.
ResponEliminaUn gran artículo, gracias por compartirlo!
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