El límite lo define tu integridad, tu dignidad, tu felicidad. El
límite de lo aceptable se traspasa cuando tu vocación y anhelos pasan a un
segundo plano, cuando la vida comienza a convertirse en algo tan predecible
como inseguro, cuando
el “ser para el otro” te impide el “ser para ti”.
Si te pasaste de la raya y estás en el
lado oscuro del amor, es probable que quieras regresar a lo que eras antes, a
la tranquilidad de aquella soledad bien llevada.
Cuando establecemos las condiciones de
un amor de pareja saludable, definimos una zona, una demarcación realista más
que romántica, a partir de la cual una relación debe terminarse o
transformarse, así el sentimiento amoroso exista. Pasar los límites de lo razonable
(v.g. respeto, maltrato, infidelidad, desamor) no implica que el afecto tenga que
disminuir necesariamente, sino que a partir de ese punto, el amor por sí solo
no justifica ni valida el vínculo afectivo debido a los costos psicológicos,
morales, físicos y/o sociales. En una relación de pareja
constructiva, lo que en verdad interesa es la conveniencia/congruencia
interpersonal, es decir, qué tanto la persona que amas le viene bien a tu vida y
qué tanto concuerda con tus metas, intereses y necesidades, e igual para el
otro lado. A partir de
ciertos límites (cuando no te aman, cuando se ve afectada tu autorrealización o
cuando vulneran tus principios) el amor propio y el autorrespeto comienzan a
trastabillar y la dignidad personal pierde su potencia, así el amor insista y
persista.
Si en verdad, tal como dicen algunos
filósofos, el amor “verdadero” no tiene límites intrínsecos, pues, en las relaciones
de carne y hueso habrá que ponérselos. Esto no implica “amar menos”, sino amar de una manera
realista y decorosa. Es cierto que a veces no tenemos el poder de
desenamorarnos a voluntad, pero sí podemos dejar de magnificar el amor y alejarnos de una
relación afectiva destructiva, así sea con esfuerzo y dolor.
Autocontrol, sufrimiento útil, lucidez de una mente pragmática. Dejar el
alcohol gustándome el alcohol; dejar la droga, gustándome la droga. Y en una
relación afectiva malsana y destructiva, decir: “Te amo, pero te dejo”.
¿Cuándo
pierde el amor su sentido vital?. Al menos, en tres situaciones:
- primero, cuando no te quieren;
- segundo, cuando tu realización personal se ve obstaculizada; y,
- tercero, cuando se vulneran tus principios.
Dicho de otra forma: estaré a tu
lado siempre y cuando me sienta amada o amado, pueda llevar adelante mis proyectos de vida
y no vulneres mis principios y valores.
Tres preguntas: ¿Lo cumples?
¿Mantienes tus límites? ¿Negocias lo que no es negociable por amor?
Excelente, 100% de acuerdo, muy buena nota MUCHOS/AS DEBEN NO SOLO LEERLA, SINO EN LO POSIBLE APLICARLA A UNE EVIDENTE REALIDAD QUE NO QUIEREN VER...
ResponEliminaUn cálido saludo desde MArdel
Muchas gracias!
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