Dice José María Paricio que a lo largo
de su carrera como pediatra ha aprendido tanto de los libros como de los
cientos de madres que han pasado por su consulta. Tras cuatro décadas hilando
conocimientos, el especialista acaba de tejer ambas experiencias en 'Tú eres la mejor madre del mundo'
(Ediciones B), una obra sobre pediatría y crianza que, huyendo de dogmatismos,
aborda las principales dudas que tienen la mayoría de los padres en el siglo XXI.
En las primeras páginas del libro dice
que no pretende dar consejos. ¿Cuál es su intención?
Los pediatras fundamentalmente nos
dedicamos a ver niños y a hablar con sus madres. Mi intención ha sido plasmar
mis conocimientos pediátricos de una forma muy matizada y muy revolucionada por
cientos de conversaciones con madres. Porque hablando con ellas me di cuenta de
que las cosas no siempre cuadraban con lo que estaba escrito en los textos
pediátricos. Hay demasiados libros que dicen 'enseñe
a comer o a dormir a sus hijos'. Hay muchos libros que son muy
sensatos, pero otros muchos pecan de excluyentes y dicen frases como 'hay que hacer esto porque si no las cosas pueden ir
fatal'. Yo he intentado huir de eso.
¿Se ha encontrado en la consulta con
madres con sensación de no estar haciendo bien las cosas por no cumplir la
teoría en boga?
Se culpabilizan muchísimo. Es una
constante entre las madres pensar que han hecho algo mal. Si el niño no come o
no duerme bien, muchas madres dicen: "no estoy a
la altura, no lo estoy haciendo bien".
¿Pesa mucho el mito de la buena madre?
Sin duda. Muchas mujeres tienen interiorizado que
tienen que ser una buena madre, una buena esposa y una buena 'de todo' y eso no
es así. Todo eso tiene mucho que ver con que, en realidad, la mujer no
concilia, sino que sacrifica. Estamos en un mundo muy difícil para
conciliar. Es un mundo misógino, hecho por los hombres y con relaciones de
trabajo realmente malas. Es muy difícil llegar a todo. Y al final las mujeres hacen lo que mejor
creen y lo que mejor pueden. Y pese a eso se culpabilizan.
¿Por qué hay tantas dudas en torno a
la crianza?
En realidad es normal porque estamos
en una sociedad en la que ya no hay esa familia extensa que sí tenían las
sociedades tradicionales. Ahora la familia es nuclear, básicamente la pareja
con su bebé y es normal que se sientan muchas dudas, por ejemplo con cómo comen
o duermen los bebés. Hay gente que dice que hay que los niños tienen que
aprender a dormir, pero la realidad es que los niños saben dormir perfectamente,
lo que pasa es que lo hacen a unos ritmos distintos a los de los adultos que no
siempre son fáciles de conjugar con una jornada laboral. Las teorías de
adiestramiento que algunos propugnan son una barbaridad que va contra los
principios de la vinculación del ser humano. Si algo está demostrado es que los
humanos somos animales sociológicos a los que nos gusta estar con otras
personas, querer y que nos quieran. Y eso se establece en la infancia. Atentar contra
eso es un error que además es tremendamente cruel.
¿Se admiten comportamientos con los
niños que serían impensables entre adultos?
Escribiendo el libro reflexioné sobre
por qué hay que tratar bien a los niños. Y la conclusión es que, al margen de
cualquier teoría y de cualquier finalidad educativa, la razón ha de ser que son personas.
Normalmente a las personas las intentamos tratar bien, nos tratamos bien entre
nosotros. Entonces a los niños, ¿por qué hay que
dejarles llorar y sufrir? Habrá que tratarles bien, cuando
además son personas que están en una posición de inferioridad física y de
conocimientos inferir frente a los adultos.
¿Están los niños de hoy en día más
presionados?
Veo niños muy pequeños de verdad sobrecargados de tareas. Con
miles de cosas. Tienen los deberes y luego los llevamos a piano, a inglés, a
chino, a yoga, a equitación... Estamos en una sociedad muy competitiva y
queremos lo mejor para nuestros hijos. ¿Pero lo mejor
no sería que jugaran un poco más? Está demostrado que hasta los
6 años sobre todo el juego es fundamental. Con que jueguen ya es suficiente. Jugar y
hablarles mucho. Eso es lo fundamental. Pero tenemos unos modelos de
conciliación muy duros. ¿No hay otra manera? Miremos qué relaciones laborales
tenemos. ¿Por qué no se establecen otros horarios para madres y padres que
estén criando?
¿Necesitan muchas madres oír que son
las mejores del mundo?
El título que había pensado
inicialmente era muy aburrido: 'Estrategias de madres'. Pero luego pensé que la
última frase del libro en realidad era la mejor. Para cada bebé, su mamá es la
mejor mamá del mundo. ¿Quién está sacando el mundo adelante? ¿Cómo sobreviven
muchos niños en los países pobres? ¿Quién concilia aquí? Las madres. Y pese a
eso viven con una especie de culpa perpetua.
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