Los largos periodos vacacionales como
las fiestas de Navidad suelen ser una buena piedra de toque para poner a prueba
nuestras relaciones sociales y sentimentales. La doctora Emma Ribas, psicóloga especialista en psicoterapia individual y de
pareja, tiene claro que el problema de base es que no nos han enseñado a construir el amor,
por lo que es habitual ver en sus consultas casos de dependencias emocionales
basadas en relaciones tóxicas. Para la psicóloga, la crisis actual es una buena
oportunidad para escuchar nuestro cuerpo y aprender a conectarnos con unos valores
que nos permitan vivir mejor con nosotros mismos, cuidando mucho más nuestras
relaciones con los demás. Ribas, que trabaja en SOMDEX Centro Ginecológico
Santiago Dexeus y Antiaging Group Barcelona de la Clínica Tres Torres, y también es psicóloga del Institut d’Estudis
de la Sexualitat i la Parella, alerta de que el estrés es uno de los
principales factores a la hora de deteriorar nuestra calidad de vida, por lo
que recomienda no
dejar de lado nuestras emociones y ser conscientes de que podemos
aprender a vivir la realidad de otra forma al margen de las creencias que nos
hayan impuesto.
-Trastornos como el estrés, las
ansiedades o las depresiones están, desgraciadamente, aumentado su protagonismo
de forma notable en los últimos años. ¿En qué momento cree que nos hemos
perdido como sociedad?
-Nos hemos desconectado de nosotros mismos y de los
valores ya que vivimos en una sociedad competitiva y capitalista,
pero el contexto de crisis económica está ayudando a que sean cada vez más las
personas que hagan un trabajo personal e intenten conocerse a sí mismas. Cuando
una persona tiene una crisis de ansiedad, por ejemplo, es porque el cuerpo le
está avisando de que algo va mal. Cuanto mayor es el síntoma, menos caso
estamos prestando a nuestro cuerpo; el cuerpo nos está pidiendo auxilio y se trata de
entender qué es lo que está sucediendo.
-Veo que es de las que considera esta
crisis como una oportunidad, al menos desde un punto de vista de
autoconocimiento…
-Gracias a esta crisis hay mucha gente
que se ha dado cuenta de que no podía continuar como hasta ahora, y está haciendo
un trabajo personal de escucharse e intentar ver cómo funciona
nuestra mente y cómo construimos la realidad, ya que hasta ahora la estamos
construyendo totalmente al margen de los valores. Si nos desconectamos de estos valores nos
sentiremos mal y no estaremos a gusto.
-No tengo la menor duda de que
superaremos la crisis económica, como ya ha pasado en otras etapas de la
historia. ¿Cree usted que algún día evolucionaremos como seres humanos?
-Sí. Es la única vía que nos queda:
conectarnos con nuestros valores. Hay que vivir este momento como una
oportunidad para reconectarnos de nuevo y entendernos mejor. El futuro pasa por
aquí; también en las empresas.
-Y no dar la espalda a nuestras
emociones…
-Las emociones siempre han estado ahí, pero no las hemos
escuchado, ni las hemos intentando entender. No hemos puesto la
suficiente atención en entender que podemos aprender a construir la realidad de
otra manera. Al crecer, vamos aprendiendo un conjunto de creencias que nos
impone nuestro entorno, y uno de los objetivos que tenemos que hacer a lo largo
de nuestra vida es ser conscientes de cómo hemos aprendido esta realidad y,
sobre todo, darnos cuenta de que podemos aprender a vivir de otra manera totalmente
distinta.
-¿Cree que hemos confundido los deseos
que todos tenemos con necesidades básicas para nuestra vida?
-Por supuesto. Esta sociedad
consumista ha creado una serie de necesidades que no existen, podemos vernos
atrapados por nuestros propios deseos. Es saludable revisar qué deseamos
realmente hacer en la vida, cuál es nuestra misión, qué sentido tiene para
cada uno de nosotros y encontrar el tiempo para practicar los propios valores
personales. I algo también muy importante: No nos han enseñado a construir el amor.
-¿Qué quiere decir?
-Nos dicen que lo normal es que la
gente se enamore y se aparee, tenga hijos y ya está. Hacemos lo que sea para
conseguir aquella persona y, cuando ya la tenemos, se acabó todo. En una
expresión metafórica, nos olvidamos de regar el jardín. La relación de pareja
es mucho más compleja y necesita su tiempo para ser revisada y cuidada, se pasa
por muchas etapas, crisis, que bien llevadas pueden fortalecer la relación y
generar un gran aprendizaje. A menudo me encuentro en la consulta parejas que
están intentando tener un hijo en la Unidad de Reproducción Asistida con graves
dificultades en la comunicación o que ni siquiera se miran.
-¿Decirle a alguien “te quiero mucho y
te necesito” es tóxico?
-Te necesito, sí, porque implica llenar vacíos y carencias.
“Quiero lo mejor para ti”, “quiero que seas feliz”,
esas expresiones son mucho más sanas, implican autoestima, confianza en uno
mismo, respeto, ser capaz de querer porque me quiero a mi mismo.
-Para muchos, la Navidad es sinónimo
de estrés y acaban las fiestas emocionalmente muy tocados. ¿Tampoco nos han
enseñado a relacionarnos bien con los demás?
-Estos periodos como la Navidad son
duros porque hay muchas reuniones familiares y salen a flote relaciones que no
están bien llevadas o sentimientos de pena por la ausencia de seres queridos.
Hay mucha gente que vive estas fiestas de manera más revuelta a causa,
precisamente, de lutos mal resueltos o de relaciones familiares que no son
sanas. Recordar cultivar las relaciones afectivas de calidad, basadas en la
honestidad y en la comprensión mutua, para ello necesitamos practicar la asertividad y
desarrollar habilidades comunicativas.
-Solemos esconder nuestras emociones
más negativas como el dolor o la tristeza…
-Sí, y esto cobra fuerza con las
pérdidas de personas queridas. A las pocas horas volvemos a trabajar y parece
que no haya sucedido nada. También nos dicen que llorar es malo, cuando llorar es algo
muy sano; es muy importante que dejemos que salgan todas estas
emociones y elaboremos los duelos para que no se enquisten. En este sentido, el
que lo tiene peor es el hombre, ya que venimos de una sociedad patriarcal y
está mucho más reprimido a nivel emocional. La mujer es más capaz de expresar emociones
y no pasa nada.
-Hábleme de los celos. ¿Tienen alguna
acepción positiva?
-En principio, no. Están los celos
adaptativos, que entran dentro de situaciones cotidianas más normales y sanas,
pero luego están los celos patológicos; detrás de ellos hay personas con grandes
inseguridades y baja autoestima que tienen mucho trabajo por hacer.
Hay diferentes grados, pero una persona celosa puede ser muy, muy tóxica, para
ella misma y para los demás.
-¿Han aumentado los casos de
infidelidad emocional?
-Sí. Nos pensamos que la infidelidad
sólo se produce en el momento en el que entra en juego el terreno sexual.
Hablamos de infidelidad emocional cuando, de forma obsesiva, alguien se acerca
a otra persona- quizás enviando mails, WhatsApp, Facebook, triviados,
apalabrados, etc- y esto implica desatender su relación de pareja. El problema
es que, como sexualmente no estoy haciendo nada, o no me estoy viendo con la
otra persona, pienso que es una situación normalizada, y no es así.
-Y es sintomático de que algo no va
bien en la relación…
-Exacto. La infidelidad emocional es
un síntoma que nos alerta de que algo está sucediendo en nuestra relación de pareja que
tiene que ser revisado, en estos casos se recomienda realizar una
terapia de pareja. Y una oportunidad para aprender y reforzar nuestra relación
de pareja. Tener pareja es la oportunidad que te da la vida para trabajarte a
ti mismo. Una relación de pareja es un trabajo continuo, es por ello que hay
que aprender a construir el amor desde una relación sana.
-¿Han detectado un exceso de
dependencias emocionales en el campo sentimental?
-Muchísimas. Es algo cultural, nos han
educado en tener que encontrar a nuestra media naranja, ya que nosotros por si
solos no somos completos. Llevamos una carga enorme en nuestro subconsciente, y
esto implica hacer mucho trabajo a nivel de creencias para que la persona se pueda
sentir completa sin caer en las trampas de una dependencia emocional.
-¿Cuáles son los ingredientes sobre
los que se sustenta una relación sana?
-Los dos miembros de la pareja deben
tener una buena
autoestima y sentirse bien con su vida, sin tener que necesitar al otro para
ser feliz. Se trata de ser feliz uno mismo y tener a nuestra pareja
para compartirlo.
-¿Envejecen más rápido los que no
sustentan sus relaciones en estos pilares?
-Por supuesto. El estrés, por ejemplo,
genera un envejecimiento prematuro. Todo depende de cómo vivamos nuestra realidad,
la experiencia del estrés es subjetiva. La psicoterapia que llevo a cabo está
muy centrada en dar herramientas para vivir la vida desde la perspectiva de qué
puedo aprender de cada situación. Cambiar los fracasos y el victimismo por las
oportunidades y los aprendizajes.
-¿Es exagerado decir que el estrés nos
puede acortar la vida?
-Nos la puede acortar, sí, el estrés
sostenido en el tiempo es uno de los mayores enemigos de la longevidad. Y lo
que provoca, sí o sí, es que no tengamos una buena calidad de vida. Hay
estudios que demuestran que muchas enfermedades son generadas por el estrés, en
la consulta cada vez nos encontramos con más personas con síntomas físicos generados por el estrés,
con el fin de reducir el estrés crónico y modificar el estilo de vida enseño la
práctica de Mindfulness
que ha ganado un gran nivel de aceptación en el campo de la
psiconeuroinmunologia.
-¿Qué respuesta le da a los que creen
que los tratamientos antienvejecimiento implican ir contra el orden genético?
-¡Al contrario! Es cuidar tu cuerpo,
algo que hoy en día hemos dejado de lado. No es ir en contra de la naturaleza
ni de nada, es empezar a cuidarse y prevenir enfermedades. La psicoterapia
centrada en antiaging nos enseña a ser conscientes de nuestro cuerpo y nuestra
mente, nos da herramientas para gestionar el estrés, mejorar la autoestima y la
calidad de vida en los diferentes ámbitos (trabajo, relaciones sociales,
pareja, sexualidad, …)
-¿Hemos normalizado las visitas al
psicólogo o continúa siendo un tema tabú?
-Lo sigue siendo. Hay mucha gente que
acude gracias al boca-oreja al comprobar que a un conocido suyo le ha ido bien
trabajar con determinadas herramientas. Cuando la gente se da cuenta de que
acudir al psicólogo es algo productivo, normaliza mucho más la situación y huye
de falsas creencias. Hemos superado una parte del tabú, pero todavía queda
mucho trabajo por hacer.
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