Manuel
Cruz, filósofo
Tengo 59 años. Nací y vivo en Barcelona. Soy catedrático de Filosofía. Tengo una hija (22 años). Soy reformista de izquierdas: es decir, casi un radical. Soy un agnóstico convencido (si es que esto no es un oxímoron). San Agustín rezó así: Dios, hazme casto. . . , ¡pero no todavía!.
'Amo, luego existo'
Me explica el profesor Manuel Cruz que hemos depositado expectativas desmedidas en nuestras relaciones amorosas: esperamos de ellas la plenitud extrema, tal estándar de felicidad.. que deviene imposible y acaba por frustrarnos. Cruz viaja por el amor visto por pensadores de todos los tiempos, recala siempre en los filósofos helenistas: "Ellos ya nos advirtieron de que cuidásemos de nuestro equilibro interno, de la armonía emocional¿. Cruz relata este viaje en 'Amo, luego existo' (Espasa, premio Espasa de Ensayo 2010), obra subtitulada 'Los filósofos y el amor'. El amor es una experiencia central en el pensamiento y la cultura: "Amar es apostar, creer en el otro más de lo que merece", explica.
Qué es el amor?
En la filosofía occidental, el amor es energía y carencia.
Explíquese.
Energía que te saca de ti mismo hacia otro ser (Platón), y búsqueda de plenitud en otro ser a causa de algo que te falta (Spinoza).
¿Qué filósofo habló primero de amor?
Platón, en el siglo V a.C., en sus Diálogos.
¿Y qué dijo Platón del amor?
Que al amar amamos lo que otro tiene de bello, algo que está fuera y que es alcanzable mediante el conocimiento: la idea.
Es lo que llamamos amor platónico?
Es el modo coloquial de referirnos a este amor a lo ideal, más allá de lo físico.
Esa prevención hacia el amor físico...
Se concretó en san Agustín y san Pablo, que dijo: “Huid de la fornicación”. Agustín rezó: “Señor, hazme casto..., ¡pero no todavía!”.
Ja, ja...
Tuvo una juventud libidinosa, y al pobre le torturaba la lujuria. Del desdén Platónico del cuerpo llegamos a la culpa de la carne.
Es un ideal muy aburrido...
Es el ideal de vida del sabio en la antigüedad: dedicarse a conocer sin distracciones mundanas. Lo adaptó la Iglesia para ejercer su control sobre los cuerpos.
¿Cómo aman los filósofos?
Como cualquier otra persona, pero añadiendo la experiencia del pensar..., ¡práctica de radical soledad!.
¿Cómo ama un filósofo estoico?
Cultiva el equilibrio interior frente al exterior que se desmorona: ve el amor como tormenta que da felicidad... y perturbación.
¿Qué hacer, pues?
Focaliza en los placeres, sin comprometer tu equilibro interior: es el epicureísmo.
¿Fue complicado el amor medieval?
El amor entre Abelardo y Eloísa me interesa: él, profesor de teología; ella, la sobrina del canónigo de Notre Dame. Se enamoran, ella queda encinta y se casan... en secreto.
¿Por qué en secreto?
Un sabio perdía prestigio con el matrimonio, por aquel ideal antiguo del sabio. El caso es que el canónigo... castró a Abelardo.
¡Ay!
Eloísa parió y acabó como abadesa de un convento. Años después escribió esta carta a Abelardo: “Te quería simplemente por ti, no a tus cosas. El nombre de esposa parece ser el más santo y vinculante, pero para mí la palabra más dulce es la de amiga y, si no, concubina o meretriz”.
¿Qué dijo la Iglesia de este lío?
Aprovechó para promocionar el sacramento del matrimonio como ideal vital que incluye sexo. La Iglesia no les reprochó tener sexo, ¡sino haber ocultado su matrimonio!
Otra célebre pareja filosófica: Jean- Paul Sarte y Simone de Beauvoir.
Atípica pareja: ella ejercía de celestina para él, y hasta compartieron alguna muchacha... No tuvieron sexo entre ellos en los últimos 30 años, pero mantenían un pacto.
¿Estaban enamorados o no?
Él estaba enamorado de su propia imagen más que de nada. Y ella tuvo un amante satisfactorio..., pero eligió regresar con Sartre.
¿Qué filósofo no supo amar?
Nietzsche y Lou Andreas-Salomé se acusaron mutuamente de egoísmo: ¡eran dos narcisistas, no sabían amar!
Otra pareja: Heidegger y Arendt.
¡El profesor filonazi y la discípula judía! Después de la guerra se reencontraron y continuaron siendo amigos.
¿Cómo amó Spinoza?
Sufrió por amor. Para Spinoza, el amor es una pasión tan fuerte..., que nos debilita.
¿Eres filósofo porque el amor te ha ido mal?
Heidegger, Sartre, Foucault... ¡tuvieron muchas aventuras sexuales y amorosas! Foucault asumió su homosexualidad y defendió la sexualidad como vía de creatividad.
¿Dónde establecería la frontera entre sexo y amor?
Es variable según las épocas. Casanova decía que el momento de mayor intensidad amorosa era... verla subir la escalera ante ti. Hoy... amor y sexo se han independizado.
¿Cuál es su frase favorita sobre el amor?
Amo, luego existo.
¿El que no ama no existe?
Existe... pero menos.
Otra frase.
“Según eres, así amas”. ¡Hay miles de modos de amar!. Pero siempre los amantes se dicen cosas de las que recelaríamos fuera de ese cosmos: los amantes cierran el cosmos sobre ellos en un universo propio. De hecho, los amantes deberían colgar este cartel: “Cosmos cerrado por amor”.
Qué bonito.
“Amor es decirle al otro: tú no morirás nunca”. El amor es incapaz de contemplar su propio término: es eterno mientras dura.
¿Y cuál es el futuro del amor?
Cambiante, siempre. En sus tiempos, Sócrates dijo: “¿Hay alguien con quien hables menos que con tu mujer?”. Y hoy, en cambio, esperas de tu pareja que sea amiga, compañera, amante, esposa, ¡todo! Mucho peso. Demasiado. Por eso se rompen las parejas.
¿Nos exigimos demasiado, verdad?
Y a la vez descreemos de que vaya a funcionar. Somos a la vez ilusos... y escépticos. Es jugar a una lotería que sabes que no toca.
Deme una conclusión muy amorosa.
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