Esta es la historia de un niño
de color llamado Ben Carson. Cuando era pequeñito, su hermano, su madre y él
fueron abandonados por su padre. Eran gente muy pobre que vivían en un barrio
muy peligroso y violento de Detroit.
Este niño era considerado el
estúpido de la clase. Imaginaros lo que significa que alguien, cuando te mira,
te vea como un estúpido. Al final, Ben cargaba con una etiqueta que acabó
creyéndosela. Tenía tanta tensión, tristeza y rabia que en un
momento de desesperanza cogió un cuchillo y se lo intentó clavar a un amigo
suyo con la fortuna que se le partió la hoja al chocar contra la hebilla del
cinturón.
En aquel momento, el joven Ben,
experimentó una crisis emocional y se dio cuenta de que tenía que hacer algo
diferente, que así no podía seguir su vida… pero no sabía qué hacer.
Un niño norteamericano pasa una
media de 7,5 horas al día viendo la televisión. Ben no era una excepción en
aquella época. Sin embargo, un día su madre le dijo que había tenido una
revelación durante un sueño y que lo que ellos tenían que hacer, tanto su
hermano como Ben, era leer. Ellos no leían prácticamente nada.
Como no tenían dinero para comprarse
libros, iban a la Biblioteca Pública de Detroit.
Ben empezó a interesarse por la
naturaleza: por los minerales, los vegetales y por los animales.
Un buen día, el profesor de
ciencias llegó a la clase con una roca de color negro. Una roca extraña.
Seguidamente dijo a la clase:
- “¿Qué es?”
Ben inmediatamente supo que esa
roca era oxidiana. Sin embargo, Ben era considerado el tonto de la clase… para
qué iba a hablar. Esperó a que hablaran los más inteligentes, los que sabían
más, los que tenían más conocimiento… pero esos chicos estaban callados.
Entonces esperó que hablaran los otros, los que eran un poquito menos
inteligentes… pero tampoco dijeron nada. Al final, tímidamente levantó la mano.
Al levantar la mano, el resto
de sus compañeros le miraron sorprendidos como diciendo:
-
“Jejeje… pero Ben… pero ¿cómo te atreves?”
El profesor podría haber dicho:
-
“Venga Ben, tu esto no lo sabes”
y haber guardado la roca. Pero
el profesor le miró a Ben y le dijo:
-
Ben, ¿tu sabes qué es esto?
-
Sí, yo lo sé- respondió
tímidamente Ben.
-
¿Qué es?- inquirió
el profesor.
-
Es oxidiana- respondió
Ben.
-
Sí, es oxidiana.
En ese momento Ben observó cómo
la cara de sus compañeros cambiaba. El profesor podría haber dicho:
-
“Sí Ben, oxidiana, muy bien, has acertado.”
Sin embargo dijo:
-
Ben, ¿tu sabes algo más de la oxiadiana?
Vaya que si sabía Ben de la
oxiadiana. Empezó a hablar de la oxidiana con todo detalle. Todos estaban
perplejos.
Este niño que era el tonto de
la clase, que tenía una crianza muy dura en la pobreza y en la dificultad… este
niño experimentó un cambio muy profundo. Tan profundo fue el cambio que quedó
el número 1 de la clase, el número 1 del colegio, el número 1 de todas las
escuelas de Detroit, fue becado por la Universidad de Yale y es el mejor neurocirujano
infantil del mundo: el doctor Ben Carson, jefe de neurocirugía infantil del
Johns Hopkins en Baltimore, Maryland.
Ben Carson, una persona
aparentemente condenada al fracaso por sus circunstancias social y demográficamente
tan adversas, se convirtió en el mejor neurocirujano infantil del mundo, la
persona que más experiencia tiene en craniopagus, siameses unidos por el
cráneo. Hablamos de operaciones de 100 horas.
Ben Carson es un ejemplo de cómo alguien puede deshacerse de las
etiquetas impuestas por los demás y que nos las acabamos creyendo.
Extraído de una conferencia de Mario Alonso Puig.
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