El pasado y el futuro son simples construcciones de la
mente, empeñada en determinar un espacio y un tiempo a cada acontecimiento de
nuestra vida! Pero, mientras permanecemos en la mente que divaga en el
tiempo, se nos escapa el hoy! Y solo en la realidad del hoy está
nuestra felicidad! ¿Por qué se nos escapa la felicidad cuando pretendemos
fijarla en un espacio y un tiempo concreto de nuestra vida? Porque sin vivir el
hoy, vivimos simplemente en un mundo de ficción por lo que fue y/o
por lo que tal vez llegará a ser!
Pero, para vivir el hoy, hay que ser valiente y haber depurado
nuestro ayer! En él casi siempre hallamos lo que nos impide vivir el
hoy con toda la intensidad que nuestro corazón necesita! Ese sufrimiento
necesario para aprender que vivimos en nuestro ayer es lo que nos hace sentir
sufrimiento en el hoy. Pero el presente sin más no nos causa dolor, sino que es nuestro
pasado el que provoca su distorsión. Hemos aprendido a comparar, a
basar nuestras percepciones en lo vivido o en lo que nos gustaría vivir… y eso
nos impide ver el hoy con toda claridad y en toda su amplitud, tal como llega!
Mientras vives el ayer o el mañana, no puedes prestar atención al hoy! Y en él
hay suficientes razones y sentido propio para sentirnos felices como merecemos
y desde siempre habíamos deseado! Mientras estás distraído en el ayer o el
mañana, no puedes sentir en tu interior emociones necesarias para la felicidad,
como la paz y el amor! El pasado porque ya pasó y es imposible volver atrás. Y
el futuro que pensamos, difícilmente se hará realidad! Y nosotros no somos más
que el resultado de lo vivido en el pasado y que nos ha traído hasta aquí, hoy!
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